Capítulo 37

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ADVERTENCIAS DEL CAPÍTULO:

Este capítulo contiene escenas que aluden al consumo de drogas y/o alcohol. Estas sustancias son nocivas para la salud y no se recomienda su uso indebido.

Se recomienda discreción.

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Su: Perdón, es que... no me he podido contener. Lo siento.

         Jane finalmente me miró, pero yo no podía contener la sonrisa que había aflorado sobre mi rostro. Escucharlo decir eso no solo me había hecho gracia, sino también ilusión. Jonathan me tomaba en serio, incluso frente a la pesada de Jane.

Jane: ¿Qué te hace tanta gracia?- me preguntó.

Jonathan: Vamos Jane. ¿Vas a ponerte pesada ahora?

Jane: Lo único que creo, Jonathan, es que estás faltándome al respeto, de muchas maneras, igual que ella. No me parece justo que me trates de esta forma.

         Se había cruzado de brazos y le había hecho frente. Llevaba un hermoso vestido corto negro y unos tacones del mismo color que combinaban perfectamente con su larga y ondulada cabellera negra, que resaltaba sus ojos verdes. Me estremecí al notar finalmente el increíble parecido entre ella y Lillie. Eran idénticas, en realidad, solo que Lillie llevaba el cabello tal vez un poco más largo y más lacio, era más pálida que Jane y las arrugas comenzaban a surcar su rostro por la edad. Pero fuera de eso, y del excéntrico gusto de Lillie por la vestimenta exuberante, eran idénticas. Sin embargo, mientras en Lillie era notorio un estilo más bien callejero, en Jane era notoria su pulcritud y su formalidad, digna de una ejecutiva con carácter. Y, sin embargo, parecía que ese carácter y esa personalidad fuerte se escurría únicamente frente a Jonathan, con quien parecía todo el tiempo alterada y embelesada. En ese momento incluso parecía al borde del llanto.

         Noté que, en realidad, nadie más nos prestaba atención, como si aquella disputa les pareciera de lo más normal.

Jonathan: Si los de seguridad no han dicho nada cuando entramos, debe ser porque en realidad no hay ningún problema con que pase gente ajena al personal, ¿no crees? Rebekkah está aquí- señaló con la cabeza a una chica de chinos sentada al lado de Head, mientras platicaba animadamente con el resto del grupo, que yo reconocí de inmediato como la chica que había conocido en el bar de la primera tocada a la que fui con Em- ¿Por qué Susan no podría estar aquí también? Si es por cuestión de marketing, me importa una mierda que sepan que tengo novia, no soy un artista que vende su imagen y lo sabes. Ahora... si es por una cuestión personal...

Jane: Aj, cállate Jonathan. Por supuesto que no- me echó un vistazo rápido y colmado de repudia- Ya sabes que a mí no me importa cuántas mujeres se metan en tu cama al mes. Son intrascendentes.

         Fruncí el ceño. Auch.

Jonathan: (frunció los labios) ¿Entonces cuál es tu jodido problema?

Jane: (suspiró)... Eres muy cruel, Jonathan.

Jonathan: No lo soy- la miró con seriedad- Lo he sido antes, mucho más que ahora. Te consta. Ahora lo único que quiero es que dejes de pensar que hay cosas que ya no existen.

Jane: (enarcó las cejas) No puedo evitar que me importes- habló con tono bajo, tratando de evitar que todo el mundo la escuchara.

Jonathan: (tragó saliva) No te justifica.

EL HOMBRE QUE DISIPÓ EL MIEDO DE SER © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora