Capítulo 11

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NOTAS DEL AUTOR:

Sí, Tony está inspirado en Daniel Reynolds (jajajajajaja). No sé, supongo que cuando escribí esta historia tenía un crush con él. So, obviamente el personaje no tiene nada que ver con el artista, pero en un mundo ficticio habrá que hacer de cuenta que Tony es un Dan Reynolds de los 90's.

Pd: Que creisi la imagen x'D pero así es como la tenía guardada desde hace años.

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Me quedé observando el mensaje por varios minutos.

         Es difícil describir a Dylan... y todo lo que él provocaba en mí.

         Podría decir que él había sido mi último novio, pero mentiría. Lo cierto es que él y yo tuvimos... ¿Una aventura? No se me ocurre otro nombre para llamar a lo que fue eso.

         Y lo cierto es que de esa aventura yo había salido muy mal parada.

         Yo amé a Dylan, pero él no me amó a mí. Él jugó conmigo. Y yo me sentía enferma y asqueada solamente por recordarlo.

         El sonido de una puerta abrirse me sacó de mi ensimismamiento. Me giré, ocultando el teléfono, y miré a Jonathan salir de la ducha, recién bañado, con solo una toalla blanca cernida a su cintura, con las rastas cortas y castañas en un chongo alto y su pecho cubierto de gotitas de agua escurriendo desde su cabello. Cuando me miró despierta sonrió ampliamente.

         Le devolví la sonrisa, llevándome el pelo hacia un lado del hombro y le miré con inusitado deseo. Yo misma me sorprendí de lo rápido que me podía encender con solo mirarlo semi desnudo.

Su: Buenos días- musité con voz ronca.

         Él avanzó hacia la cama, subió a ella y se posicionó sobre mí, sosteniéndose a cada lado de mi cuerpo con sus brazos. Besó mi hombro mientras yo agachaba la cabeza, disfrutando del cosquilleo que su piel mojada me provocó.

Jonathan: Buenos días, nena- soltó con voz ronca, sensual- creo que dejé un par de recuerdos en tu piel, ¿sabes?- besó mi cuello, en una zona donde sentí un ligero ardor.

         Me reí como tonta, tratando de recordar el momento en que me hizo ese chupetón. Me revolví bajo su cuerpo para girarme y encararlo.

Su: (sonreí) Tú tampoco te fuiste ileso.

         Recorrí con el dedo índice una larga línea roja sobre su pecho, que se perdía en su costado izquierdo.

Jonathan: ¿Quién diría que eres más salvaje de lo que aparentas?- se inclinó hasta alcanzar mis labios y mordió mi labio inferior- Me encanta ese lado tuyo.

         Sin poder retenerme le rodeé el cuello con ambos brazos, atrayéndolo hacia mí, tumbándolo por completo sobre mí, sintiendo como su pecho aplastó mis senos desnudos.

         Nos besamos profundamente, sin prisas. Me dediqué a jugar con su lengua, saboreando su aliento a pasta dental. Mierda, yo aun debía saber a cerveza y cigarro. Pero él me saboreaba de todas formas con perverso deseo, mordiendo mi lengua y mis labios cada que se le presentaba la oportunidad. Me recorrió un costado con su mano abierta, hasta detenerse en mi trasero. Soltó un sonido gutural sobre mis labios y apretó con fuerza mi piel bajo su palma.

         Llevé una mano hasta su rostro, acariciando su cuello y el rededor de su mandíbula por el camino. Entonces fruncí el ceño, sintiendo algo diferente en su rostro. Separé mi boca por un momento de la suya para mirarlo y toqué su rostro con detenimiento. Él levantó una ceja, mirándome con expectación.

EL HOMBRE QUE DISIPÓ EL MIEDO DE SER © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora