Capítulo 4

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Cuando regresé a la barra, la mirada que Tony me lanzó me hizo encogerme de hombros, queriendo desaparecer.

Su: ¿Qué?

Tony:... ¿Qué fue eso?

Su: (me encogí de hombros) Saludé a mi nuevo amigo.

Tony: ¿Y por qué vino?

Su: Porque le gustó el café.

Tony: ¿Solo el café?

Su:... ¿de qué hablas?

Tony: ¿No te das cuenta de cómo te mira?- bufó- Te come con la mirada.

Su: (alcé una ceja) Tony, ¿estás celoso?

Tony: ¿Qué?... Pff, te volviste loca... yo solo quiero protegerte.

Su: ¿Pero de qué?

Tony: Del pervertido ese que te empieza a seguir.

Su: Dios Tony, él no me sigue. Dudo mucho que tengas razón. Cálmate por favor.

Tony: (se cruzó de brazos) ¿Entonces no te dijo nada raro?

Su: En lo absoluto, me saludó y me dio las gracias por lo de ayer.

Tony: ¿Nada más?

Su: Ajá...

Tony: ¿Y va a volver?

Su: (me crucé de brazos) Pues está en todo su derecho de hacerlo, ¿no crees?

Tony: Pues sí, pero...

Su: Basta Tony, estás actuando como un loco. Yo estoy emocionada porque tengamos un cliente famoso. ¿No puedes dejarlo por la paz?

Tony: (suspiró) Solo quiero que tengas cuidado de las personas con las que te relacionas, ¿sí?... ¿Por favor?

Su: (rodé los ojos) Sí, papá.

         Me marché hacia la cocina, escapando de Tony. La verdad es que me molestaba la actitud que tenía de pronto. ¿Es que no se daba cuenta de que se trataba de Jonathan Davis?... Yo misma no podía terminar de creerlo, y aquello me mantenía en una ensoñación peligrosa.

         Continué en el trabajo sin distraerme- o lo intenté- y sentí como con cada hora transcurrida, mis nervios se crispaban cada vez más.

         Cuando dieron las 7:30 ya nos encontrábamos limpiando para salir. Esperaba con impaciencia a Emily mientras terminaba de limpiar el piso y miraba de reojo a Tony. Joder.

         Emily cruzó entonces la puerta y me lancé hacia ella con precipitación.

Su: ¡Emily!

Emily: ¡Susan!

Su: Venga, tienes que ayudarme en algo, por favor.

Emily: ¿De qué cosa hablas?

Su: Umm... hoy regresó el chico de ayer, el de la banda.

Emily: (sonrió) ¿Cómo olvidarse de él?

Su: Pues eso... me invitó a dar una vuelta hoy.

         Emily se quedó estupefacta por unos segundos y luego sonrió de oreja a oreja.

Emily: ¿Tienes una cita hoy? Que intenso. Que mala, pudiste decirme antes, ¿qué te vas a llevar puesto?

Su: (me encogí de hombros) No es una cita.

Emily: Oh, por supuesto que sí, Su.

Su: Te digo que no... Pff, de cualquier forma, eso no importa. Él va a llegar a las ocho, pero necesito que me ayudes con Tony.

EL HOMBRE QUE DISIPÓ EL MIEDO DE SER © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora