Capítulo 51

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Aquella semana fue una de las más felices de toda mi vida. No sé por qué. Probablemente porque estuve en compañía de Jonathan, pero mentiría si dijera que fue solo eso. La verdad es que me sentía liberada: liberada del recuerdo opresor de mi madre, de la sensación de culpa que siempre me traía los recuerdos de mi adolescencia y de esa creencia ingrata de que yo no merecía amor.

         Jonathan me había mostrado que no era verdad, que yo merecía amor, y él me lo daba. Cada mañana de esa semana me sentí plenamente querida, cada vez que despertaba a su lado, y lo observaba dormir, a veces abrazado a mí. Sentirlo a mi lado me hacía recordar que, al final, yo no era mala, ni era una mierda ni una puta. No era nada de eso y nunca más lo sería. Ahora era una mujer que estaba dispuesta a luchar por lo que amaba.

         Y lo que amaba era a él.

         Sin embargo, siempre tenía una horrible idea en el fondo de mis pensamientos: pensaba en el día en que terminaría con él y tendría que seguir mi vida. Solo deseaba que, para entonces, pudiera seguir creyendo en mí misma sin necesidad de tenerlo a él a mi lado. Así que todos los días trataba de disfrutar al máximo el tiempo que pasaba con él, de aprender de él y de darle lo mejor de mí.

         También me sentía liberada después de dejar el Daphne's Coffee, y luego de que comencé a checar las escuelas. Encontré una completamente libre que me permitía hacer exámenes cada mes y con la que terminaría la preparatoria en la mitad del tiempo que me llevaría asistir a una escuela normal. Al no tener a Daphne encima, y a pesar de que mi familia se había mostrado muy molesta con lo que pasó, no me sentía presionada ni tampoco mal. Ya no me importaba lo que ellas pensaran de mí, porque yo iba a salir adelante por mí misma, sin favores de nadie, y con el apoyo de Jonathan y de todos mis amigos. Por supuesto que le conté a Em y a Tony lo que pasó. Ellos también se enojaron con Daphne y me apoyaron con lo referente a la escuela.

         El viernes no pudimos salir porque a Em le dio un resfriado horrible y Munky se la pasó cuidándola. Cada día los veía más unidos y enamorados, y yo seguía igual de impresionada que al principio, pero feliz, porque hace mucho tiempo no había visto a Em ser tan feliz con alguien. Así que tuvimos que posponer la salida para el siguiente fin de semana.

         De esa forma transcurrió mi semana, sin muchas relevancias, pero magnifica en muchos sentidos, incluso aunque sabía que pronto Jonathan tendría que regresar a su ciudad y seguir con su vida. Bueno... Todavía no habíamos resuelto qué hacer al respecto, pero tenía una ligera idea de lo que yo quería...


El lunes por la mañana había hecho planes de dormir a mis anchas como no había hecho desde hace mucho tiempo, pero mi teléfono sonó muy temprano y me despertó a la fuerza.

Su: ¿Hola?- respondí con pereza.

Xx: ¡No te lo vas a creer!

Su: ¿Quién habla?- seguía adormilada.

Xx: ¿Cómo que quién habla? ¡Soy Tony! Su, tienes que venir...

Su: Tony, ¿por qué me hablas tan temprano en mi primer lunes de desempleada?

Tony: En serio, tienes que venir al Daphne's, es una locura.

Su: Oohhh, no quiero. ¡Quiero dormir!- me tumbé de nuevo sobre mi cama deshecha.

Xx: ¡Venga, levántate holgazana!- se escuchó una voz femenina al fondo del otro lado de la línea- Anda, flojonaza. No te puedes perder esto.

Su: ¿Em?- pronuncié con la cara medio enterrada en la almohada- ¿Qué pasa allá?

EL HOMBRE QUE DISIPÓ EL MIEDO DE SER © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora