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El viaje era largo, Seokjin sabía que demorarían en llegar puesto que aún sentía el aire frío calando entre sus ropas, ademas de que a simple vista, las copas de los árboles seguían cubiertas de nieve y Namjoon seguía quejándose de la escarcha que...

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El viaje era largo, Seokjin sabía que demorarían en llegar puesto que aún sentía el aire frío calando entre sus ropas, ademas de que a simple vista, las copas de los árboles seguían cubiertas de nieve y Namjoon seguía quejándose de la escarcha que caía en sus hombros, entreteniendo al rey de invierno y a su caballero unos galopes más atrás.

—Odio la nieve— resopla en voz alta el moreno— se mete en todos lados, cuándo se derrite y me quito la ropa, estoy todo mojado. Es molesto.

Seokjin negó con la cabeza, se acercó en su caballo albino hasta el moreno quién lo observó curioso, este desprendió una de las piedras que adornaban su traje y la puso en una de las hombreras de Namjoon, con ese pequeño truco, la nieve dejó de caerle encima, creando una barrera que la repelía.

—Pudiste haber hecho eso todo este tiempo en el que me escuchaste quejarme— pronuncia, sin salir de su asombro y con un deje de molestia— pero elegiste disfrutar de mi molestia.

Seokjin se encogió de hombros, volviendo la vista al frente.

—No preguntaste.

Namjoon lo señaló con el dedo, logrando sacarle una risa tosca a Seokjin, el rey de Otoño parecía ser el único capaz de hacerlo reír, incluso cuando las épocas no eran las mejores y aunque el moreno fuese conocido también por su aura fría y nada compasiva o emocional, cuando se trataba de Seokjin... se tomaba la molestia de ser más agradable.

Las hojas de los arboles empezaron a notarse un tanto más claras al verde que Seokjin acostumbraba a ver, no tanto así, pues los pinos verde oscuro de invierno siempre estaban bañados en escarcha blanca.

Se acercaban a la frontera con Verano.

Se detuvieron, abandonaron los lomos de sus caballos, Jungkook se acercó y respetuosamente tomando las riendas de los tres animales pertenecientes al reino de invierno, amarrándolos con fuerza en uno de los últimos pinos que pertenecían a su estación.

—Te ordené no traer armas— Seokjin se dirige a su guardián, el rubio asiente lentamente— si traes algo, es tu última oportunidad para deshacerte de el y evitarme otro dolor de cabeza.

Hubo un momento de silencio en el que ambos reyes esperaron pacientemente a que el caballero siguiera las órdenes de Seokjin, quien muy bien lo conocía y sabía que no acataría su requerimiento, no cuando este implicaba reducir la protección a su rey.

Jungkook finalmente bajo la cabeza y con una sola mano sacó una de sus más preciadas espadas, escondida y envuelta en su pierna, otras dos más pequeñas salieron de su espalda, dejándolas caer al suelo y levantando los brazos dejándose revisar por Seokjin, escuchó a Namjoon silbar, sorprendido.

—Debo darle crédito por eso— musitó— dame la mano, niño.

Jungkook acomodó sus ropas y acató la orden, Namjoon levanto la mano derecha donde el símbolo de verano se dibujaba en tinta negra, un sol de cinco rayos ardió en tonos naranja, tomando la mano del menor. Jungkook hizo una mueca cuando aquel revoltijo en su estómago se hizo presente, su cuerpo empezaba a experimentar la calidez exasperante de verano, adaptándose al clima.

No podía quejarse, no es como que pudiese pasar la frontera siendo un habitante de invierno, moriría después de dar cinco pasos.

—Bien— hizo lo mismo con Seokjin, tardándose un poco más puesto que con el mayor siempre era una tarea casi imposible, su cuerpo siendo tan fuerte se resistía a la influencia del calor, volviéndose un problema, sin embargo era de esperarse si se trataba del rey protector de las cuatro estaciones — vamos a intentar que Hoseok no nos toque los huevos con su actitud defensiva.

Retomaron el camino ahora a pié, Namjoon notó el caminar alerta del guardián de Seokjin y aunque quiso meritarlo a su cuerpo sufriendo los efectos del cambio de estación, se preocupó un poco.

Seokjin mantenía su caminar firme y confiado, él jamás notaría el nerviosismo en quiénes lo rodeaban pues el avanzar inseguro no era algo que lo caracterizara, si algo se les cruzaba, se encargaría de ello sin problema y si no lo hacía el, lo haría Jungkook presumiendo sus reflejos perfectos o Namjoon con sus despiadados métodos.

Ahora que lo pensaba, probablemente no tenga que mover un dedo y eso sería lo más conveniente.

Nadie quiere ver a Seokjin usar su fuerza, jamás.

—Aquella línea marca la frontera— señala Namjoon, sacándolo de sus pensamientos— pero no hay nadie cuidándola.

Excelente, un problema.

Excelente, un problema

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RED MOON»KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora