RED MOON»KSJ

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—¿Todos pueden ingresar al castillo de primavera o simplemente hay demasiado personal?— preguntó Seokjin claramente sorprendido ante el flujo de personas que circulaban por los pasillos—no parece existir un fin.

Aria soltó una pequeña risa, tomando su manos e instándolo a seguir caminando.

—Parecen ser demasiados, pero realmente no es así, simplemente están alterados por tu visita e intentan que todo luzca perfecto—le mira mal— se están esforzando más contigo que conmigo, debería sentirme ofendida.

Seokjin se encogió de hombros y la observó petulante, aquel gesto hablaba por sí solo y recitaba un claro "¿Qué quieres que te diga?" el cuál en lugar de molestarla, la hizo reír.

Su esposo era definitivamente egocéntrico, al menos tenía razones para serlo.

Aquel palacio era todo lo contrario al de invierno, Seokjin nunca había visto tantos colores juntos, era bonito, pero para él que no estaba acostumbrado se sentía un tanto mareado, se notaba que Aria había diseñado todo.

La baldosa era blanca, con diseños de su flor favorita, así que podría decirse que estaban pisando margaritas mientras que las paredes eran... no sabía que color era ese, como un amarillo muy claro, sobre estas colgaban varios cuadros con distintos tipos de flores, aquello si le gustó bastante.

—Obra de nuestro mejor pintor— presumió— hay muchísima gente talentosa en primavera, deberías venir más seguido.

—No puedo negar tal cosa— se cruzó en brazos viendo el cuadro a final del pasillo— ¿Qué flor es esa?— Aria lo golpeó, sacándole una queja— aún no controlas tu fuerza, terminarás haciéndome magulladuras.

—Es que dices muchas tonterías— blanqueó la mirada— el pintor hizo un retrato enorme de mi como regalo de cumpleaños y Yoongi fue quién pensó que era una maravillosa idea ponerlo aquí.

—Y yo pensé que nadie podía superarme en narcisismo cuando claramente mi esposa está por encima de eso.

Salieron al balcón, siendo tan temprano, contaban con un cielo bastante azul y nubes pomposas, bajo ellos, muchísimos niños jugando, corriendo de un lado al otro, tropezando con sus propios pies y riendo.

Por supuesto que para él no pasó desapercibida la mirada llena de anhelo con la que Aria los miraba, suspiró, sabía que los bebés y todo lo involucrado con niños entraba en la lista de deseos de Aria, incluso la encabezaba.

Lastimosamente, Seokjin podía darle cualquier cosa que pidiese, si Aria quería el universo él encontraría una manera de envolverlo y regalárselo; pero no podía darle algo tan simple como hijos legítimos aún cuándo él también lo quería, no era fanático de los niños, nunca lo fue, pero imaginar que tal vez existiría un ser más pequeño con la misma sonrisa y cabello de Aria, le hizo cambiar totalmente de opinión.

La rodeó con sus brazos, besó su cabello y la apretujó contra sí mismo.

—Lamento que no pueda ser—susurró a manera de consuelo, ella negó con la cabeza y le restó importancia— no lo sabemos, tal vez en algún punto de nuestra existencia ellos al menos cedan.

—Bastaría con uno solo— tragó saliva, intentando deshacer el nudo formándose en su garganta— un sólo bebé.

—Me gustan más las niñas.

Aria resopló.

—Yo quiero un niño, un mini Seokjin que corretee por todo el lugar y destruya todo a su paso— casi pudo sentir su ojo derecho temblar ante la palabra destrozo, como odiaba el desorden— necesitamos adrenalina en nuestras vidas.

—Y un niño haciendo trizas el palacio y sus alrededores con sus jugarretas y demás es tu definición de adrenalina— respiró profundamente— definitivamente debe ser una niña, voy a rogar toda la eternidad para que en caso de que sea posible, sea una niña.

Aria se burló todo el camino de regreso a invierno de Seokjin y su trauma con el desorden.