RED MOON»KSJ

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Los tres regresaron con los demás, la escena con la que se encontró Seokjin alteró nuevamente sus nervios, haciéndole suspirar y mirar a invierno en busca de una explicación.

Aria estaba siendo abrazada no sólo por Hoseok, ahora Verano se sumaba a ellos y apretaban con desespero el cuerpo de su esposa.

—Antes de que te enojes— intervino Namjoon con rapidez— invierno y primavera encontraron la causa, no te gustará ni un poco— ¿más problemas? ¿de verdad?— y... no puedes acercarte tanto a ella, no hasta que encontremos una solución.

Seokjin se mostró más que confundido, ahora también asustado y expectante, invierno le extendió el anillo, él lo tomó mientras la estación se preparaba para una explicación que tal vez sería dolorosa para su rey.

—El anillo real de invierno no es un rubí, eso lo he dicho antes, siempre ha sido un diamante de oro blanco— observó la joya en sus manos, eso quería decir que efectivamente había sido alterado por...— la luna roja cambió la piedra.

—¿Puede hacer eso?— preguntó Otoño, recibiendo un asentimiento— vale, entonces eso es el porqué de los desmayos de la reina, ahora-

—No son simples desmayos— suspiró, nervioso por la mirada filosa del rey sobre si— cuándo primavera revisó su temperatura corporal, se dio cuenta de que un lugar en específico estaba más frío que el resto del cuerpo— levantó la vista— Aria tiene la mitad de su corazón congelado.

El anillo se hizo trizas al momento en el que Seokjin cerró el puño, más atrás, Wendy se escondió detrás de su hermana y Jimin imitó su acción, pues a quién más cerca tenía era a Taehyung.

—Si no le hubiésemos quitado el anillo días atrás— retomó esta vez primavera— probablemente hubiese alcanzado a tomarlo entero y ahora sí, no podríamos intentar siquiera salvarla.

—Prometo que buscaré la manera de revertir esto— Invierno observó el rostro molesto de su rey, sorprendiéndose porque parecía intentar contenerse— no sabemos cuándo despertará, pero como comprenderá-

—No puede volver a invierno ¿verdad?— pregunta en voz baja.

Invierno niega, con pesar.

—No por ahora.

—Y tampoco puedo estar con ella.

—No, alteza, su presencia y cuerpo solo-

—Lo empeoraría.

La estación volvió a afirmar, seguido de eso, un silencio se instaló, uno dónde los pensamientos de Seokjin se revolvieron, preguntándose porque ahora que tanto necesitaba la fuerza que solo Aria podía brindarle, era que tenían que mantenerse alejados.

Y la mirada escarlata volvió, llena de ira, de tristeza e impotencia, pues por primera vez él, Seokjin rey de todo, no podía hacer nada que sirviera de ayuda.

Asintió, tragándose aquella tristeza.

—¿Qué sigue, entonces?

Fue Hoseok quien explicó lo que harían esta vez.

—Llevaremos a Aria a mi estación y se quedará allí con Invierno, Primavera, Verano y Yoongi— el último mencionado asintió, dando a entender que no estaba a discusión, pues él era quién debía mantenerse a su lado— Otoño nos guiará hasta la sexta frontera, iríamos los tres reyes, Jungkook, Taehyung, Jimin y las hijas de la luna blanca.

Los hijos de ambas lunas irían, eso le recuerda aquel suceso importante.

—Ya lo sabemos— le dice Invierno— el rey Namjoon nos lo ha explicado e igualmente lo ha hecho Verano, no hay de que preocuparse.

—Sin embargo tengo una duda respecto a esas dos

Señala a Wendy y a Rosé, con desconfianza, ellas dejan su miedo de lado dando unos cuántos pasos hasta Seokjin, inclinándose ante él con respeto y manteniendo la cabeza gacha, Rosé las presenta a ambas.

—Es un honor conocerlo— empieza— nosotras-

—Mírame cuándo hables— suspiró, interrumpiéndola, Seokjin no sabía porque cuando se dirigían a él mantenían la cabeza mirando al suelo, se preguntaba si así de intimidante era— tienes mi permiso.

Lo hizo, con gran esfuerzo, tanto se notaba su miedo que se escuchó a Taehyung soltar una risa burlona atrás, Jimin lo golpeó para que se callara.

—N-Nosotras estamos aquí para ayudar y que tal vez usted pueda ayudarnos a nosotras.

—Su difunta madre— hizo énfasis en que estaba muerta, queriendo ver sus reacciones, encontrándose con una tranquilidad absoluta— dijo que las había enviado a nosotros precisamente para ayudarnos.

Negó frenéticamente, como si Seokjin hubiese dicho la cosa más horrible en el mundo.

—Ella nos mantuvo encerradas en uno de los valles en la quinta frontera, lo juro— aquello último lo balbucea— hace un año escapamos y hemos estado deambulando buscándole, n-no puedo decirle porque perdimos nuestros recuerdos puesto que tampoco lo sé con exactitud, pero puedo jurar que no hemos sido enviadas por nadie y nuestras intenciones no son en absoluto malas, alteza.

Wendy levantó la mirada, Seokjin asintió para ella cuándo le vió con intenciones de hablar.

—Puede preguntarnos todo lo que desee saber, incluso sin necesidad de que lo haga, le diremos todo lo que sabemos acerca de la luna roja pues hemos convivido con ella— sus labios tiemblan, pues ella es realmente asustadiza, sensible y débil, la situación la tiene totalmente sobrellevada, o al menos eso puede notar Seokjin— prometemos ser de ayuda y no estorbar, denos una oportunidad y le aseguro que podrá creernos.

Hubo todo tipo de reacciones, desde la expresión neutral de los guardianes hasta las emotivas ganas de llorar de Verano y Primavera.

Seokjin suspiró, alzando ambas manos y colocándolas sobre ambas cabezas, sintiendo la textura reseca y sucia del cabello de ambas niñas.

—Debió ser duro— pronunció— tal vez están cansadas, quizás también duela— contrario a otras situaciones, Seokjin sintió su tristeza aumentar, ahora si podía notar todo el dolor en ambas miradas que le observaban boquiabiertas— escucharé sus peticiones e historia en el camino, antes de eso espero que Primavera pueda guiarlas a algún lago donde puedan tomar un baño, Aria trajo demasiados vestidos y estoy seguro de que no le molestaría compartirlos— suspira, con dolor— te encargó esa tarea— primavera asiente, dichoso— partimos en dos horas.

Si, Seokjin era frío, tosco e imponente, pero no carecía de comprensión y sentimientos, él podía entender el dolor de los demás y siempre estaría dispuesto a dar una oportunidad si veía que se merecía.