RED MOON»KSJ

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Aria sostuvo la mano que Seokjin le ofrecía y sonrió ante el tacto, era reconfortante, se veía más apuesto de lo usual  y conservaba aquella expresión aburrida de siempre.

Se había acostumbrado al mundo de los sueños, pues cuando no eran pesadillas, su subconsciente creaba la imagen de las personas que anhelaba ver en aquel instante.

Su alma extrañaba a Seokjin.

—¿Cuándo piensas despertar?

No lo sabía ¿despertaría? ¿realmente lo haría?

Parecía que toda la caballería de invierno esperaba por su rey, pues el recibimiento fue tal que incluso alcanzó a ver a uno de sus cocineros.

Seokjin se esforzó por mantener una sonrisa y mostrar su mejor cara, los guardias más jóvenes se acercaron a él apenas este lo consintió.

—Soobin, Kai— saludó.

—Ha pasado tiempo, alteza— sonrieron— ¿podemos hacer algo por usted?

Seokjin asiente.

—Tenemos invitados, como pueden observar— aún se encontraban en las puertas del palacio, Bin parecía a punto de congelarse— necesito que lleven a esos dos hombres a una habitación, los alimenten y demás.

—Como ordene.

Ambos chicos asintieron antes de acercarse, Jimin le aseguró a Bin que estaba totalmente bien ir con ellos y que además Taehyung les acompañaría, Wendy se mantuvo aferrada al brazo de Joe y se ofreció a ir también.

Los vió entrar primero al palacio, Jungkook se acercó a su rey después de dar la orden de escolta a los reyes a sus habitaciones asignadas, acaparó todas las miradas debido a la faltante cicatriz que caracterizaba al jefe de la guardia real.

—Otoño dijo que iría hasta verano a supervisar a la reina— no entendía como su sola mención lo hacía sentir peor ¿en qué se había convertido? extrañando tanto a alguien— ambos reyes han dicho que necesitan dormir un poco antes de reunirse con usted, Diamond se ha dejado escoltar a los establos— asiente, él también debería descansar al menos un poco— todos han entrado al palacio.

—Muy bien— palmeó su hombro— estaré en mi habitación, puedes descansar.

Jungkook lo vió irse, hombros decaídos y sonrisa perezosa, su rey siempre ha sido de carácter y facciones serias, pero jamás había tenido que fingir felicidad para su gente.

Odiaba la situación en la que se veían envueltos, odiaba ver a su rey tan infeliz y miserable.

🌸🌸🌸

Al salir de su habitación totalmente cambiado, se dirigió hasta la cocina a preguntar si sus invitados ya habían sido atendidos, encontrándose inmediatamente con el chef real.

—¡Alteza!— aquel hombre poseía energía y felicidad rebosantes— que honor es verlo después de tanto tiempo.

—El placer es mío— respondió, sonriendo de boca cerrada—¿cómo va todo por aquí?

—Excelente, ya nos hemos encargado de preparar todo un banquete para los reyes y sus invitados— agradeció, aliviado— ¿aún no desea probar algo? ha de estar hambriento.

Iba a negarse, realmente no tenía muchas ganas de comer aún, sin embargo detrás del hombre había algo que llamó su atención, señaló la fila variada de cosas dulces e inmediatamente le respondió.

—Son postres, los había preparado especialmente para la reina— sonrió orgulloso el chef— lastimosamente fui informado acerca de que no había llegado con ustedes, así que tendré que rehacerlos cuándo regrese a invierno, le habían gustado muchísimo.

Seokjin sonrió, demasiado dulce, pero efectivamente aquello era totalmente del gusto de su esposa, pues ya le había comentado acerca de ella queriendo volver a comer algo hecho por los cocineros de invierno.

Suspiró.

—Voy a llevarme uno de esos, cenaré más tarde ¿está bien?

—Le serviré yo mismo.

Salió de la cocina con un trozo de pastel de chocolate cubierto de crema y trozos de fresa, no sabía nada mal, aunque seguía siendo demasiado dulce.

Vio a Hani estrujar entre sus manos las mejillas de Jungkook y mover su cabeza de un lado al otro, luciendo una mueca de confusión mientras que su guardián estaba sonrojado hasta las orejas, siguió caminando e intentó hacer como que no vio nada.

Los pasillos estaban tan llenos de personas circulando de allí para acá, todos inclinándose al verlo pasar, un poco sorprendidos de notar lo que come, era incluso raro ver a Seokjin comer y caminar al mismo tiempo.

Se encontró con la pequeña Rosé, quién pareció aliviada de verlo.

—Alteza— saludó, comenzando a caminar a la par de él— no encuentro a Jimin y creo que me perdí.

Eso se podía notar a kilómetros, le entregó su pastel y señaló al pasillo de su izquierda.

—Habitación final, debe estar con Namjoon tomando sus medicamentos.

Agradeció.

—Su pastel.

—Quédatelo.

Su objetivo estaba en buscar algo en la habitación de su esposa.