RED MOON»KSJ

🍃20🍃

Cinco décadas atrás, nacimiento de Seokjin

—¡Esto es inaceptable!— Otoño se levantó se un salto, las tres estaciones restantes le apoyaron— Habíamos quedado en que el nacimiento de Seokjin sería en unas décadas más adelante.

—Sería nuestro rey eterno— Invierno se mostró apacible, sin embargo, la molestia que lo recorría era innarrable—has ido en contra de nosotros y tomaste decisiones a tu antojo.

—Eso cuenta como traición— Primavera observó con tristeza a la luna— me gustaría escuchar como te justificarás.

Las estaciones tenían un alma, esa alma podía tomar forma humana y pasar desapercibida entre la población.

La luna también.

Por eso ahora mismo las cuatro estaciones personificadas por hombres, se reunían furiosas ante la mujer que personificaba la luna roja, todo por un asunto en común.

Seokjin, futuro gobernante de invierno y rey supremo había nacido antes de tiempo porque la luna roja así lo había decidido.

—Seokjin no tiene nada de especial— mintió, precisamente porque tenía todo de especial, era que había interferido— más herederos vendrán y en algún momento, invierno tendrá su rey eterno; pero no será Seokjin.

Verano se levantó también, molesto e indignado ¿quién se creía que era para cuestionar las órdenes de las cuatro estaciones? había alterado el ciclo normal de ellas, poniéndoles en peligro.

—Creo que no quedó claro el hecho de que no habrá otro rey en invierno— mencionó— no queremos, no aceptamos a nadie más que a Seokjin, no nacerá otro rey más poderoso e ideal para gobernarnos.

—No sucederá nada, me tienen a mi— la luna intentó ser lo más suave posible, necesitaba que las estaciones se calmaran y simplemente aceptaran sus decisiones— Verano ya tiene a su rey eterno y están más que satisfechos ¿porqué desconfiar de mi voluntad? soy la luna y puedo gobernarles perfectamente-

—Tu no tienes voz ni voto a partir de hoy— Invierno la señaló, dejándola petrificada— no sé porqué nos sorprendemos, está más que claro.

—Invierno, yo no-

—Tu sed de poder quiere derrumbarnos— primavera se hizo escuchar igualmente— hiciste lo mismo con el nacimiento de Aria y Namjoon.

—Creí que nuestro enfoque estaba en el rey de invierno.

—Y lo está, pero al alterar el orden que ya estaba escrito, simplemente has arruinado todo— Otoño volvió a hablar, agresivo como siempre ha sido— tienes que entender que no seguimos órdenes tuyas ¿qué es lo que intentas? no tienes poder aquí.

Eso último ofendió a la luna.

—¿Que no tengo poder? ¡Gracias a mi es que el orden se mantiene!

—¡No! ¡Gracias a ti es que perderemos a nuestro rey supremo!— invierno golpeó la mesa, perdiendo los estribos— ¡Gracias a ti la humanidad parecerá! ¡Gracias a ti no habrá quién pueda protegernos! No habrá quién nos cuide y venere por nuestro bien.

—¡Haré todo eso! ¡No necesitamos a un humano inmortal que nos proteja!

—Lo necesitamos— Verano suspiró— ¿Qué? ¿cuándo confesaras que estás molesta?

—¿Qué quieres decir?

—Debe lastimar mucho tu ego el saber que un humano te sobrepasa en poder— apretó los puños por sobre la mesa— y por mucho.

—Me necesitan.

—Sabes que no, jamás has sido imprescindible, ni justa, tampoco necesaria— escupió Otoño, sobrellevado por la magnitud del error que la luna cometió— es que lo has arruinado todo.

—No te necesitamos— declaró Invierno— necesitamos a Seokjin.

—Él morirá y así lo he decidido.

—Es una lástima que tus decisiones no sean relevantes para nosotros.

Aquella reunión terminó en una declaración de guerra, dónde las cuatro estaciones rompieron vínculos con la luna quién resentida y furiosa, meticulosamente empezó sus planes; adelantar la muerte de Seokjin y hacerlo sufrir como a nadie antes de ello.

—Veremos si puedes soportar perder a tu destinada.

De allí, maldijo la piedra del anillo, las estaciones jamás se enteraron de aquello.