Invierno y primavera entrelazaron sus manos y otoño así nació; le amó presenciando la caída de hojas secas aún cuando el azotador viento hacía sus dientes castañetear, entonces, invierno deseó que la calidez de primavera fuese prolongada y con un in...
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¿Qué hacer con una esfera de energía concentrada y gigante que puede destruir toda mi estación? Bueno, destruirla aún más.
—¿Qué? ¿No te gusta la esfera?— pregunta, en tono juguetón y engreído— podemos jugar con ella un poco en lo que se te ocurre algo.
Levantó la mano izquierda, sus dedos comenzaron a moverse como si se tocase las teclas de un piano y al ritmo de estos la masa brillante cambió su forma, ahora daba vueltas y vueltas en un mismo punto.
Como un remolino de fuego.
—¡No se te ocurra hacer algo!— escucha la voz agitada de Namjoon— iré allí contigo ¿está bien? iré y-
—No— suspiró Seokjin, había tomado una decisión, no había de otra— quiero que me escuchen muy bien, todos.
Roja se cruzó de brazos, sonriendo triunfante y observando como el rey de invierno se acercaba a ella, a pasos lentos y con toda la paciencia del mundo. Odiaba no poder alterarlo al menos un poco.
—Quiero que todos salgan de aquí— tragó saliva, sólo los que tenían la conexión con él podían escucharlo, Aria no necesitó aquella conexión, así que ella no sabía absolutamente nada de lo que diría Seokjin a continuación— los necesito fuera de invierno, a todos, sin excepción alguna.
—No.— escuchó de Jungkook.
—Teníamos un plan que estaba destinado a fracasar— continúa, levanta él igualmente ambas manos, causando confusión en Roja— si la única manera de detener está masacre a la naturaleza es dándole lo que quiere, pues así será.
Cerro ambas manos en un puño, un círculo enorme se dibujó en la sucia nieve y en segundos una barrera de escarcha impenetrable los encerró a ambos, creando una especie de cápsula que impedía que alguien entrara a interrumpir, así como tampoco permitía que alguien saliese.
—¡Te dije que no la enfrentaras!— Hoseok gritó, desesperado— ¡Te dije, maldita sea!
—Espérenme en la quinta frontera— sonrió, triste— díganle a Aria que no intente buscarme, me molestaré mucho si alguno se atreve a desobedecerme y esta vez estoy hablando muy enserio.
—Seokjin, por favor no— de nuevo Namjoon— no hables como si estuvieses despidiéndote, imbécil.
—No sabemos— dijo— soy yo quién debe hacer esto, triste, pero así son las cosas y confío plenamente en ustedes, apenas lleguen a la frontera necesito que hagan algo respecto a esas almas que están allí— suspiró— para cuándo yo esté allí, ese asunto debe estar solucionado, así que no estoy despidiéndome, tranquilo— ignoró los gritos y negaciones de Jungkook acompañados de su llanto— estaré perfectamente y luego verán como nos reímos de todo esto después. Bin— llamó al hombre en voz baja.
Inmediatamente respondió.
—S-Señor.
—Te encargo a Jungkook, debes calmarlo por mi.
Luego, Seokjin regresó a su color de ojos normal, destruyendo la conexión que mantenía con todos.
Ahora solo eran Roja y él en medio de invierno, su hogar y el de su gente.
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