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—Por supuesto que la luna roja continuará apareciendo— confesó Netza, riendo ante los ojos abiertos de Seokjin— esta luna representa prosperidad y suerte para los habitantes de todas las estaciones, no puedo simplemente arrebatarles aquella creencia

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—Por supuesto que la luna roja continuará apareciendo— confesó Netza, riendo ante los ojos abiertos de Seokjin— esta luna representa prosperidad y suerte para los habitantes de todas las estaciones, no puedo simplemente arrebatarles aquella creencia.

Ambos estaban sentados en la maravillosa nieve, adentrados en el bosque blanco con Diamond disfrutando de su momento de libertad.

—Si te preguntas quién la representará, seré yo— pellizco las rodillas de Seokjin— no te abrumes por ello, decidí que los únicos seres más poderosos en la tierra eran los indicados para representar las lunas.

»Tú eres mi luna blanca, mientras estés vivo, ella brillará en el cielo sin ningún problema y todos la apreciaremos con más intensidad— sonrió— siempre será una luna llena.

Seokjin siempre prefirió las noches en lugar de los días, le gustaba como el cielo nocturno enseñaba unas cuantas estrellas y la inmensa luna les hacía compañía, luciendo absoluta e inalcanzable.

Supuso que ahora tenía un significado aún mayor puesto que ahora él era quien la mantendría brillante en el cielo con solo respirar, así que sonrió complacido.

—¿Este es tu regalo de bodas?— preguntó, su tono de voz fracasando en cuánto a seriedad apenas vio la sonrisa extraña que Netza le enseñó— ¿No te emociona mi segunda boda? será en primavera y que yo sepa, también te encantan las flores, porque por supuesto estás invitado.

—Sería el colmo si no— dio su mejor expresión de ofensa, antes de sonreír con suavidad— claro que estoy emocionado por la boda, es un gesto hermoso de tu parte querer darle paz al alma de Jadiel cumpliendo el deseo de Lira— agradeció, su expresión ensombreció un poco— durante toda mi existencia, deseé poder hacer algo por todos los reyes de invierno que no nacieron destinados a la felicidad.

»Pero la felicidad es tan efímera, Seokjin, para algunos inalcanzable e incluso hay quienes no conocen siquiera un atisbo de ella, me hubiese encantado poder darles al menos un poco a mis reyes de invierno—le miró— ¿sabes porque hice de la estación fría la más importante e imponente?— negó, brindándole toda su atención, parecía que Netza no había tenido alguien que le escuchara en mucho tiempo— porque quería que la amaran, la apreciaran y que al llegar aquí, cuando sus ojos vieran la nieve, los altos pinos blancos, el lago congelado... pensaran y dijeran "woah, es precioso y brillante incluso sin tanto color"—concluyó.

Tenía razón, todo el que no conocía invierno pensaba que era simple y sencillamente frío y nieve por doquier con un castillo en medio, pero era más, mucho más que eso.

Era belleza pura, claridad, luz.

Invierno definitivamente brillaba con luz propia y de manera única e incomparable.

—Gracias por darme una estación tan increíble— soltó Seokjin de la nada, tomando por sorpresa a Netza debido a la sinceridad en su voz— crecí enamorado de invierno, así que puedo asegurarte que hiciste un excelente trabajo dándole tal importancia que en algún momento, personas de otras estaciones tendrían que visitarla y darse cuenta de cuán equivocados estaban al pensar que invierno es solo nieve— sonrió— también tiene su propia calidez y es... la más reconfortante de todas.

—Oh, por la luna— sacudió las manos, dándose aire con ellas— me harás llorar, mejor hablemos de otra cosa o-

—Quiero hijos.

—Tienes razón, invierno tiene su propia calidez.

Seokjin le miró con reproche y súplica, sabía que a quién tenía que convencer para ello era a Netza, pues el es quién decide todo.

—No pueden haber más herederos, Seokjin— suspiró resignándose— si te permito tener hijos, estos tendrán que tomar el trono algún día y se supone que te concedí la eternidad porque no quiero más generaciones de gobernantes.

—No tienen que tomar el trono, pueden permanecer como princesas, simple y sencillo.

—Incluso quieres más de uno.

—Y niñas— Netza resopló— bueno, puedo conformarme con solo una.

Negó con la cabeza antes de masajearse las sienes, pensando en si no sería muy malo romper sus propias reglas por un hombre que está casi rogándole por un hijo.

Y él jamás había roto sus reglas, nunca.

—Piensa en ello como un regalo de bodas.

—Seokjin, te he regalado la luna.

—No para mi, para Aria.

Se levantó, sacudiendo sus ropas para deshacerse de la nieve en estas.

—Lo pensaré ¿te parece? lo tendré en consideración.

Rey caprichoso.

Rey caprichoso

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RED MOON»KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora