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—No entiendo de qué te quejas— Netza observó a su rey favorito cruzarse de brazos— tu querías tener hijos y te lo concedí

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—No entiendo de qué te quejas— Netza observó a su rey favorito cruzarse de brazos— tu querías tener hijos y te lo concedí.

—Haberme avisado que mi hija estaría destinada a Jimin.

—Detalles, detalles...

Se encontraban en primavera, Arxa caminaba de la mano de su madre por los campos florales, todos habían decidido reunirse en la bella estación y aprovechar un poco sus tiempos libres.

Jimin conversaba con Taehyung y Hoseok a lo lejos, parecía ser una charla bastante seria pues nadie se acercaba a perturbarles y las expresiones en sus rostros los delataban.

—Siento que te ves más joven— lo adula— si existiese la vejez física en este mundo, probablemente no podrías ni moverte sin quebrar tu espalda.

Seokjin blanqueó los ojos, Netza salía con cada comentario extraño.

Johan se acercó, ambas manos entrelazadas tras él y su mirada fija al frente, era el vivo retrato de Seokjin.

—Hola, Netza— saludó con una pequeña sonrisa— ¿cómo estás? aunque por la cara de papá...

—Lo sé, me mira como si quisiera matarme y estoy seguro de que si pudiera, lo haría.

—No lo dudes.

Rieron, había una suave brisa que los mantenía frescos, Johan, al igual que Seokjin, sudaba en exceso cuando se acercaba a las estaciones cálidas, le resultaba molesto tener que cambiarse varias veces al día cuándo llegaban allí.

Menos mal Arxa no tenía el mismo problema, porque sería un desastre y Aria se indignaría mucho más de lo que ya estaba.

—¿Saben que recordé?— menciona Seokjin de la nada, habían tomado asiento solo para observar a los demás en lo suyo— cuando Johan pasó días molesto con Aria por haberlo traído a primavera.

Netza aplaudió riendo, recordando también con gracia aquellos días en los que el pequeño se enojaba muy seguido con su madre por obligarlo a convivir en su estación.

—¡Ay no me lo recuerdes!— continuó riendo, abrazándose a si mismo— Johan sentado en una colina rodeado de flores...

—Cruzado de brazos y sudando a montones mientras se negaba a jugar con los niños de la estación porque se sentía muy pegajoso— siguió Seokjin.

Netza estaba rojo de tanto reírse, ignorando los ojos asesinos del menor.

—Y Aria no lo dejaba bañarse porque pescaría un resfriado— limpia bajo sus ojos, unas lágrimas por la risa asomándose— entonces se quedaba ahí como un oso gruñón empapado y su rostro transpirando, con Arxa presumiendole que a ella no le daba calor.

—No es mi culpa, ella nació aquí en primavera— se justificó, mirando mal a su padre por traer ese recuerdo a colación— yo nací en invierno.

—Eso me hace recordar cuando ella pisó invierno por primera vez.

Ahora fue el turno de Seokjin para reírse, su pobre niña la pasó muy mal esos días, tardó en acostumbrarse.

—Johan siempre ha sido maldadoso— acusó al menor— salió descalzo del palacio y retó a Arxa.

—Ella odia que la reten, cree que piensan que no puede hacer cualesquier cosa y eso la enerva— Johan se estiró, descansando luego en el regazo de Seokjin— fue un buen día, no me arrepiento.

—Lo malcriaste— dijo Netza a Seokjin— está demasiado apegado a ti.

Se encogió de hombros, inclinándose para besar la cabeza de su hijo quien no se quejó en absoluto.

—Me encanta que esté todo el tiempo conmigo, si es por mi, que nunca me deje— sonrió— es mi hijo, después de todo. Mi familia, yo amo muchísimo a mi familia.

Como si las invocara, Arxa llegó, tirándose sobre su hermano y sacándole quejidos por lo pesada que era, Aria tomó asiento junto a Seokjin y entre ambos cargaron el cuerpo de su perezoso hijo, dejando a Arxa acostada sobre el estómago de este.

Netza sonrió ante la bonita y cómica imagen, aceptó la mano que Johan le ofreció, uniéndolo a ellos.

—He decidido que viviré mi eternidad soltera y con el corazón intacto— proclama Arxa.

—Apoyo la idea— soltaron ambos hombres al unísono mientras Aria resopló.

—Realmente no los soporto— se quejó— Jimin está llamándote.

—Ya voy.

Se levantó, corriendo como nunca. Aria celebró.

—Tal vez si se parece a mi, un poco al menos— palmeó las piernas de Johan— no llevamos ni dos horas aquí y ya estás sudando, que decepción.

Una pequeña disputa entre madre e hijo comenzó, la cual parecía no ser tan pequeña pues se extendió por unos minutos.

Minutos en los que Netza apretó el hombro de Seokjin, capturando su atención.

—¿Eres feliz, rey de invierno?

Sonrió genuina y enormemente, como nunca, de hecho, era de aquellas sonrisas únicas que sólo aparecen una vez y en un momento determinado.

—Lo soy, Netza— suspira con suavidad— soy muy feliz.

Nunca más se hablaría de un solitario rey de invierno, tampoco se pondría en duda la felicidad de este.

Ahora Seokjin tenía más motivos para vivir cuidando y protegiendo a quiénes tanto ama y dan sentido a su existencia.

Seokjin, finalmente, tenía un hogar cálido al cual regresar. Una familia.

 Una familia

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RED MOON»KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora