Invierno y primavera entrelazaron sus manos y otoño así nació; le amó presenciando la caída de hojas secas aún cuando el azotador viento hacía sus dientes castañetear, entonces, invierno deseó que la calidez de primavera fuese prolongada y con un in...
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Bin se había quedado apartado del resto, su cabeza entre sus rodillas y negándose a comentar algo acerca de lo que pasaba.
No quería contarle a nadie acerca del estado físico de Seokjin, no se sentía con el derecho a revelar tal cosa, pues si el rey lo había mantenido en secreto era por algo, únicamente permitió a Jungkook quedarse con él, pues aún se le notaba triste y distraído.
Mientras, Aria se encontraba un tanto estresada.
—No tengo idea de cómo hacer la conexión con ustedes— Namjoon suspiró, era de esperarse, Seokjin no había tenido tiempo como para enseñarle a Aria a manejar la mirada escarlata— y si no pueden verlos, no creo que podamos hacer mucho.
Seokjin le había enseñado rápidamente como activarla en caso de que necesitara rastrear, ver o descifrar algún código oculto.
Pero la conexión que había establecido horas atrás, fue algo totalmente momentáneo que a él se le ocurrió de repente.
Ahora entendía porque todos amaban el cerebro de ese hombre, desearía que le hubiese dado al menos un poco de esa inteligencia que tanto necesitaban justo ahora, pues Aria veía a las almas reunidas, a la espera de que ellos pudieran ayudarles finalmente.
Las sonrisas en sus agotados rostros, llenas de esperanza en que podrían ascender al cielo y descansar en paz.
Yoongi se acercó a ellos, Namjoon se había quedado en silencio, recordando cuántas veces Seokjin le habló acerca de sus habilidades oculares.
—No estás prestando atención, Namjoon.
—Es que no entiendo de que me serviría saber sobre tus ojos cuando yo no poseo esa habilidad.
Seokjin se rió.
—Soy un tremendo imbécil— musitó, el karma existía y ahora estaban en aprietos cuando si él hubiese prestado atención, sabrían que hacer— vamos, rey de pacotilla, piensa, usa el maldito cerebro que tanto presumes...
Las estaciones lo observaron ir de un lado al otro, hablando solo e insultándose a si mismo, suspiraron y se miraron entre ellos.
Verano preguntó.
—¿Todo está sucediendo como debe suceder?— preguntó a Invierno, quién asintió— supongo que nuestras preocupaciones pueden reducirse a solo una.
—Confío en que Seokjin resistirá— contó Primavera— está escrito en el libro que va a triunfar.
—Pero no sabemos a qué costo— Otoño suspiró— no deberíamos confiar tanto en el libro cuando hemos tenido tantas sorpresas.
Era cierto, la traición de la luna blanca, el hallazgo de Joe y Bin y las habilidades escondidas de los cuatro gobernantes habían sido cosas que ellos definitivamente desconocían.
—Netza no lo dejará morir. Ama demasiado a Seokjin como para condenarlo de esa manera— Invierno sintió su interior revolverse al escuchar los gritos del rey y de Roja, estaban a dos horas de llegar a primavera y no sabían si el cuerpo humano de Seokjin aguantaría— él nos está defendiendo, nadie más tiene el poder para aniquilarla.
Rieron, asintiendo y estando de acuerdo con Invierno.
—Ya no habrá una luna roja— musitó Primavera con pesar.
—Se vienen nuevos tiempos— sonrió Otoño, viendo a los hijos de ambas lunas conversar con Joe— nuevos e increíbles tiempos.
Todo dependía de Seokjin.
—¡LO RECORDÉ!— gritó Namjoon— Escúchame muy bien, Aria, porque no se me puede olvidar otra vez.
Cuatro reyes magníficos destinados a la eternidad y el éxito, uno de ellos siendo la esperanza más grande para que así sea.
Sólo si Seokjin lo logra, solo así.
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