RED MOON»KSJ

🍃87🍃

Lira se quejó en voz baja por quinta vez aquel día. Hacia demasiado frío y sus dedos comenzaban a congelarse.

—¿Te gusta la primavera, Jadiel?

El asintió, por supuesto ¿a quién no le gustaba la primavera? las flores y la calidez.

—¿Y no te gustaría que viviesemos allí? en el palacio, con los niños.

—Sabes que eso es imposible para mi— susurró, aún ocupado firmando autorizaciones— no puedo dejar sola a invierno, además, los niños nacieron aquí y su cuerpo se adaptó al frío, no podemos llevarlos a primavera, al menos no por ahora, podrían enfermar gravemente.

Lira suspiró, molesta y colocó ambas manos en su cintura, mirando a Jadiel.

—Ya no soporto más el frío, empieza a dolerme el cuerpo de tanto estar aquí.

—Puedo hablar con la guardia para que te lleven a primavera y estés ahí un tiempo, tienes que gobernar tu estación como es debido, de todas formas.

—No es lo mismo, Jadiel— levantó la voz—quiero que ambos estemos allí, con los niños, nada de irme sola otra vez, se supone que soy tu esposa.

Dejó a un lado lo que estaba haciendo, entrelazó ambas manos y observó a Lira con cansancio, ya había explicado lo mismo infinidad de veces.

—¿Porqué estás siendo tan irracional?

—Estoy llegando a mi límite de paciencia, Jadiel, quiero que hagamos algo que a mí me guste y complazca, siempre estamos aquí— alegó— invierno puede quedar bajo cargo de Ren, a ti ni siquiera te gusta ser rey.

—Ya hablamos de esto, basta. No sucederá, si quieres puedo-

No le dejó terminar, abandonó la habitación furiosa, sus pasos resonando por los pasillos e ignorando a todo aquel que le saludaba hipócritamente, como si no estuviese enterada acerca de lo que hablaban de ella en todo el palacio.

Lira sabía que no era del agrado de nadie en la estación, ella no veía nada de malo con querer vivir con su esposo e hijos en el palacio de primavera cuando a Jadiel ni siquiera le molestaría, pero su sentido del deber parecía ser más grande que el amor por su esposa.

Al menos a sus ojos así era.

Pasaron varias horas desde la pequeña discusión en la que Jadiel decidió salir en busca de Lira, no le gustaba irse a dormir sabiendo que ella se encontraba molesta.

Ren le detuvo a mitad de camino, la expresión que traía consigo no era exactamente una que brindase paz, sus ojos estaban demasiado abiertos y parecía no saber que decirle con exactitud.

—Lira...

—La encontraron en todo el frente del palacio— concluyó Netza— pálida, cubierta de nieve y no respiraba, por supuesto inmediatamente se le dió por muerta.

Seokjin asintió, era obvio.

—Invierno la asesinó porque ella quería llevarse al rey— suspiró, resultaba ser tan trágico que incluso el sintió la tristeza de Jadiel— pero sigo sin comprender porqué soñé tal cosa.

—Tu mismo lo dijiste, tal vez una advertencia— arruga la nariz— aunque una advertencia vacía, pues Aria no puede morir, tú tampoco, no hay conflictos entre reyes e incluso has firmado la alianza con las estaciones cálidas.

Seokjin no temía que a él le pasara algo, realmente preocuparse por morir era irrelevante puesto que no podía, ni él ni alguno de los reyes.

—Jadiel empezó a tener alucinaciones dónde veía a su esposa aún viva ¿verdad?

—En efecto.

—Supongo que Ren no lo dejaba salir del palacio por lo mismo, se le consideró enfermo...

—E inhabilitado para gobernar, Ren tuvo que encargarse de los hijos de ambos, los entrenó, les vio crecer y todo eso— sacudió la mano— y así fue hasta que Jadiel murió.

Seokjin pensó en qué tal vez en lugar de ser una advertencia, era más un grito de auxilio.

—Tal vez su alma necesita consuelo— murmuró.