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Seokjin suspiró, su paciencia agotándose con el paso de los minutos, Namjoon también comenzaba a hartarse

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Seokjin suspiró, su paciencia agotándose con el paso de los minutos, Namjoon también comenzaba a hartarse.

—Altezas— Jungkook llamó la atención de ambos reyes, luego, señaló con la barbilla— viene alguien.

En un principio no se vió absolutamente nada, pero el movimiento de los arbustos y las pisadas sobre la grama advirtieron que efectivamente algo se acercaba.

Un hombre de contextura delgada, cabellos castaños y de estatura baja se puso de pie a centímetros de la línea fronteriza, levantó la vista y con dureza, se atrevió a mirar a los ojos de los presentes, haciendo a Namjoon arquear ambas cejas por el gesto irrespetuoso.

—Ya era hora— espetó con arrogancia y poca paciencia— ¿se puede saber porque no hay guardias vigilando la frontera?

El hombre lo corta inmediatamente.

—Me temo que aquella información está fuera de su interés— fue la respuesta— debo pedirles que regresen a su estación.

Seokjin se cansó estando de pié, se cruzó en brazos y sin problemas tomó asiento en el suelo, aquello iba para largo y a juzgar por la cara de Namjoon a ese pobre infeliz no le quedaban más de veinte minutos vivo.

Jungkook sonrió a medias, su rey era muy despreocupado.

—Creo que tendré que ir al punto— Namjoon se armó de paciencia, la poca que poseía— ¿conoces al rey de otoño?

Aquí vamos. El hombre asintió, aún dudoso.

—Namjoon— quince minutos de vida, apostó Seokjin— ¿Qué sucede con él?

El moreno odiaba cuando sobrepasaban el límite de irrespeto a su persona.

—Lo tienes en frente— escupió— para ti y para cualquier ser humano en este mundo a excepción de este sujeto— señaló a Seokjin— soy su alteza real Namjoon, si, me gustan los honoríficos, no me parto la espalda protegiendo a mi gente y mucho menos me aplasto el culo en el trono para que un aparecido me trate como si fuera su perro.

Namjoon era un hombre bastante vulgar, aveces Seokjin pensaba que el único idioma que su moreno aliado conocía, era el sarcasmo, las groserías y los gritos.

Luego de eso llegaban los puños, Seokjin admitía que era fuerte y hábil pues en uno de sus tantos enfrentamientos, el más alto llegó a rozarle el costado derecho del abdomen, aquello era increíble.

Jungkook se abalanzó frente a él y gimió adolorido, aquello sacó a Seokjin del limbo nuevamente y se puso de pié, notando a un segundo hombre parecido al primero, sosteniendo un arco.

Iban a joderle el rostro con una flecha y el por estar pensando en otras cosas, ni siquiera se percató. Jungkook se desencajó el metal del muslo, Seokjin vió a su guardián sangrar una vez más por protegerlo y la sangre le hirvió.

Nadie lastima a Jungkook y vive para contarlo.

Namjoon intentó detenerlo cuándo vio los ojos del rey de invierno tornarse escarlata, Jungkook lo tomó del brazo aún cuándo sabía que era inútil.

Pero oportunamente una voz importante se alzó en medio del bullicio y las exclamaciones, deteniéndolo.

—Asesinar a mis súbditos no sería muy bien visto, rey Seokjin.

Resopló.

Hoseok se manifestó, aquella sonrisa lo sacaba de sus casillas pues todo gesto amable que viniese del rey de Verano hacia él, jamás sería bien recibido porque carecía de verdad. Hoseok despreciaba a Seokjin con todas sus fuerzas.

Los dos hombres e incluso Jungkook mostraron sus respetos mediante una reverencia, su guardián tenía la intención de rasgar sus propias ropas para amarrarse la tela sobre la herida y detener el sangrado, sin embargo, Seokjin aún molesto se despejó del pañuelo que cubría su cuello, se puso a la altura de su guardián sorprendiendo a todos los presentes.

Anudó firme, escuchando a Jungkook agradecerle infinidad de veces conforme se ponían nuevamente de pié y cruzaban la línea fronteriza.

—Estoy esperando a que esos ojos vuelvan a su color natural— comentó Hoseok de manera graciosa, Seokjin se obligó a si mismo a calmarse— me disculpo en nombre de mis hombres, solo hacen su trabajo.

—Uno pésimo— contesto Namjoon.

Jungkook se puso en frente de su rey mientras eran guiados por los territorios de Verano, Seokjin supo que su intención era cubrirlo pues su cuello y clavículas habían quedado a la vista de todos, el mayor lo tranquilizó con un toque en el hombro y su caballero pudo respirar con paz.

Todos sabían acerca del guardián del rey de invierno, sabían cuán preciado e importante era para él, por lo que lastimarlo significaba una sola cosa; Seokjin te asesinaría con sus propias manos.

Lo mismo sucedía con Jungkook, protegía al rey con su vida y quién se atreviera a siquiera acercarse con intenciones innombrables, él como su guardián y fiel amigo no dudaría en degollar cuánta cabeza se le cruzara, sin culpa alguna.

No por nada Jungkook era el jefe de tropas y espadachín más temido. Alguien fuerte debía ser el acompañante del rey más poderoso.

 Alguien fuerte debía ser el acompañante del rey más poderoso

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RED MOON»KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora