Part. 1

1.2K 91 10
                                    


_______________________________________

Esta mujer es demasiado agradable.
En realidad no la consideraba tan diferente a la actitud habitual de mi madre; Ambas contenían la capacidad de mantenerte atento a cada frase que salía de su boca, con mucha fluidez y sobre todo, siempre con un toque de carisma que nunca aburría.
Aunque también tenía que enfatizar en "demasiado agradable", hablaba hasta por los codos, explicando y comentando sobre todo lo que se nos ponía enfrente.
—La cocina en realidad no es tan grande, pero tiene lo suficiente — comentó la mujer con la sonrisa más grande del mundo —. La considero la parte más tierna de la casa.

—Es muy bella — respondí amable.
Hice una reverencia corta con la cabeza, que la mujer correspondió con una sonrisa con mayor entusiasmo.

Continuamos con el recorrido, iniciado desde el recibidor, hasta el comedor, la cocina, la sala principal, los dos baños de visita, la puerta que daba al patio trasero, y a penas comenzaríamos con el segundo piso.
Subimos por las escaleras que estaban justo enfrente de la puerta de entrada principal, los barandales son de color blanco brillante, como la mayoría de habitaciones anteriores, a excepción de la sala la cual es de color marrón.
Al llegar al piso de arriba un pasillo enorme nos recibió, este,  repleto de puertas y muchas macetas con plantas de tamaños exhuberantes que adornaban el hogar con el mismo tono verdoso tan específico que rodeaba por igual todo el entorno de la ciudad, y al mismo tiempo me seguia teniendo maravillada está casa, era como vivir en un sueño.

Llegamos a la primer habitación de la derecha, donde la rubia abrió con rapidez para mostrarme el interior.
—Esta es la recamara para huéspedes. Es linda, pero no nos parecía buena idea que fuera tu habitación, no queriamos que te sientas como un huésped solamente, queremos que te consideres parte de la familia sin incomodidad alguna. Y claro, te daremos el tiempo y espacio que necesites hasta que te sientes más en confianza con nosotros — comentó  la chica, está vez con un tono menos de denuedo y siguió con las charlas que me dejaban sin palabra alguna. (A pesar de que su acento extranjero me llamaba mucho la atención)
—. Aquí es donde suelen quedarse nuestros familiares o amigos, cuando a mi esposo y a mí se nos ocurre hacer nuestras fiestas. Que de hecho se han convertido muy cotidianas hoy en día — Soltó una risa discreta ante su comentario.

En el momento de charla y de admiración a la hermosa habitación de huéspedes. (demasiado hermosa, para solo ser una habitación adaptada para personas "ajenas").
El ruido de la puerta nos distrajo a ambas.

—Debe ser Tobias...
Comentó la chica, insinuando que sabía a quién se refería—. Puedes seguir mirando lo que resta de este piso. Iré a recibirlo y decirle que estás aquí — ella gentilmente sonrió, posó su mano sobre mi hombro dando unas cuantas palmaditas antes de retirarse.

De echo me pareció de maravilla la ausencia de la mujer, necesitaba un respiro muy grande, después de casi cincuenta minutos de recorrido.

Cerré la puerta de la habitación con la mayor discreción, no quería hacer ruido en lo absoluto, me sentía demasiado abrumada, que si llegara a producir tan solo un ruido minúsculo, me arrancaría los cabellos de ansiedad y miedo.
Caminé un poco por el pasillo, mirando solo por el exterior de las puertas que tenían un color caoba muy bello.
Dentro de este pasillo, un olor a flores llegó a mi nariz, un toque muy femenino y agradable.

"Por favor ____(t/n) no cometas una estupidez". Dije para mí misma, ya que solía tener la magnífica suerte de cometer el ridículo en los momentos más inoportunos, desde: caerme, decir algo fuera de lugar o simplemente algo que me haga quedar en vergüenza con todos.

Caminé lentamente, me quería aprender los senderos más adecuados para llegar a la estancia, y recordar todas las habitaciones para no perderme en camino al baño o a la que sería mi habitación.

"____(t/n)"
Escuché una voz masculina a mis espaldas.
—Sí — dije instintivamente.
Al girarme me di con la sorpresa de que no había nadie detrás mío.
Por un momento creí que sería Asbjörn, pero no había absolutamente nadie en el pasillo.

"También debo dejar de imaginarme cosas". Comenté una vez más, dentro de mí subconsciente. Contuve un respiro dentro de mí pecho, y ahora continué con mi recorrido.

"____(t/n)"
Volví a escuchar la misma voz, solo que esta vez, más clara y más cercana a mi oído izquierdo.
Seguí con mi paso, con un escalofrío en mi espalda, y a un paso más apresurado debido al miedo que comenzó a invadir mi cuerpo como la ansiedad que me producía.
Llegué a la esquina del pasillo, donde ahora trate de seguir con un paso veloz.

—Hola — escuché.
—¡Cielos! Que susto — exprese con un grito ahogado.
Al mirar detenidamente, dos niñas aparecieron justo al final del pasillo.
Eran muy lindas, solo que mi cabeza tenía una confusión justo en este momento. Las dos vestían un vestido negro que llegaba hasta sus rodillas, ambas con cabellos largos y dorados que caían hasta sus caderas como cascadas, ambas sujetas de las manos y con una sonrisa formulada de oreja a oreja.
—¿Quiénes?... ¿Quiénes son? — pregunté con un chillido apenas audible. Primero escucho una voz y ahora imagino a dos niñas.

—Vaya, veo que ya conoces a nuestras hijas — escuché ahora detrás mío.
Volví a ahogar mi grito, esta vez girando de golpe—. Hola. Lo lamento, no quería asustarte — comentó con una risa disimulada y entre dientes—. Me llamo Tobias Forge, es un placer poder conocerte, _____(t/n).

No comprendía por qué la presencia de el señor Forge me intimidó mucho más que la de su mujer.
Mire como extendió su mano para saludarme, una mano pálida y con unos anillos que decoraban sus dedos. Correspondí el saludo, tratando de verme lo más amable posible, a pesar de estar muy asustada por dentro. Su mano era significantemente mayor a la mía, sus dedos podían rodear el torso de mi mano por completo, y podía sentir su piel absolutamente fría, con ausencia de ese calor humano tan representativo.
—. Bienvenida a casa, por cierto — dijo—. Déjame presentarte a Hannah, la mayor de las dos y Ann la pequeña de la familia — informó, señalando respectivamente a las niñas. Ambas me sonrieron, y trataron de saludarme.
—Es un Placer — dijo la mayor de ellas.
—Och också ser jag att de tog sig tid att lära sig lite mer av språk___ (t / n), jag är väldigt stolt.  Men gå nu till din mamma, okej, hon tog snart emot dig.  Jag måste visa huset (Y También, veo que se tomaron el tiempo de aprender un poco más del idioma de ___(t/n), estoy muy orgulloso. Pero ahora vayan con su madre, vale, pronto las alcanzó. Debo de terminar de mostrarle la casa) — finalizó el señor Forge. Acarició las cabezas de sus hijas, y ellas corrieron a la parte de abajo.
(Afortunadamente a él se le entiende mejor mi idioma).

_______________________________________

dance with the devil: Ghost Donde viven las historias. Descúbrelo ahora