Part. 1

623 75 5
                                    


_______________________________________

Tobias permanecía abrazándome gentilmente, Sus brazos eran Fuertes y cálidos a comparación de sus manos frías. Tenerlo cerca de mi me hacía sentir cómoda, una sensación que solo había sentido con, Copia.
—"Hablando de él"—.
Ya era  de madrugada, debería de ir con él.
—¿Iré? — me plantee esa primer duda en mi cabeza, mientras jugaba con uno de los botones de la playera de Tobias. Quería ir con, Copia, pero de quedarme un rato más en brazos de Tobias me fue más conveniente, además, no contaba con el ánimo suficiente para encontrarme con nuevos problemas.

"_____(t/n)"
Su voz en mi cabeza se escuchó diferente. ¿Por qué?.
—Lo siento — susurré para no llamar la atención de, Tobias. Cerré los ojos y pegue mi cuerpo al del hombre a mi derecha quién estaba profundamente dormido.
Era muy tierno verlo dormir, su cabello alborotado lo hacía ver cómo un niño.
Esbocé una sonrisa y me quedé dormida en sus brazos.

En mis sueños tampoco había mucha paz y tranquilidad de la que pensé.
En mis sueños vi a Emeritus III,
(lo reconocí fácilmente, gracias a la foto que vi de él, en el libro de la historia de Suecia).
Lo mire detenidamente, pero solo logré congelar mi sangre de pánico, al observar lo que llevaba consigo: llevaba cargando la cabeza degollada de, Copia con su mano enrollada a su cabello.
Solté un grito de dolor en mi sueño. Aquella imagen petrificó mi alma
—No — dije a penas con voz. No podía creer lo que estaba mirando.

Al despertar susurré el nombre de, "Tobias"...
Aún reposaba en su pecho, y al notar que estaba despierto, me dio  plácidamente los buenos días.
Me sentía un poco incómoda ahora, tenerlo tan cerca me era raro.

—Hola — le digo con voz suave de mañana.
Él se limitó a contestar y solo me sonrió.

Al despertar, Tobias se puso de pie, tomo mi abrigo y me lo coloco.
—Hace más frío del normal — escusa abrochando dicho abrigo negro.
—No tengo frío, ya no como antes — aseguro con un atisbo de sonrisa.
—Bueno... Por si acaso — dijo gentil, y sus ojos se encontraron con los míos.

Después de aquella mirada tierna.
Ambos Bajamos al comedor y nos pusimos a desayunar.
Yo no tenía hambre en lo absoluto, pero me sentía vacía del estómago por una extraña razón.
—¿No vas a comer nada? — pregunta  con la mirada baja.
—No tengo hambre.
Dije sería.
—Oye.. — dice Tobias, pero es interrumpido por el resto de mujeres que llegaron al comedor a hacernos compañía.
—God morgon ( Buenos días ) — dice la rubias con voz normal.
—God morgon — respondo.

No quería que me dieran un sermón o algún discurso... No lo soportaría. Así que trate de fingir estar tranquila y "bien" con ellos.
Las tres chicas tomaron asiento y desayunaron junto con, Tobias.
Yo por otro lado, tomé una taza de café que no me terminé y antes de poder abrir una conversación, subí con, Hannah hacia nuestras habitaciones.
Mire al rededor y solo ví el paquete que me entregaron ayer.
Verlo, me provocaba náuseas.

Al cabo del día, no escuché a, Copia en ningún momento. Quizá estaría molesto por qué no fui con él la noche anterior.
Pero espero que pueda entenderlo, acabo de perder a mis padres, básicamente a toda mi familia, ya no me quedaba nadie... ( Salvo, Tobias y su familia y claro, Copia ).

Al paso de la horas, me quedé sola en mi cuarto, no quería hablar con nadie y no tenía muchas ganas de hacer mucho en realidad.
Me metí al baño, y me di una ducha rápida.
El agua que caía sobre mi cuerpo cubría las lágrimas que salían involuntariamente.
Al finalizar, me puse unos pantalones negros, una playera blanca que se oculta gracias a mí abrigo.

—Señorita ____(t/n) — escuché a Asbjörn llamar a la puerta.
Le cedí el paso, y enseguida entro con la mirada baja, y con algo entre sus manos.
—Tenga — dijo con una sonrisa, después entro a la habitación y colocó una charola con comida en mi mesa de noche: Un plato de pasta con carne, y a un lado, puré de papa y agua.
—Tobias te mando a traerme la cena — le dije con una mirada sería y burlona.
—No... De hecho el señor Forge salió al pueblo a resolver aquel incidente del día de ayer — explicó un poco apenado.
—¿Boel? — le pregunte otra vez.
El anciano negó y me miró
—Tengo iniciativa. No quiero que muera de hambre — sonrío un poco
—Gracias, pero estoy bien — le digo.

dance with the devil: Ghost Donde viven las historias. Descúbrelo ahora