propósito

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____________Un año después___________

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Ya había pasado un año desde la última vez que ví a Copia.
La última vez que pude tenerlo cerca de mi y la última vez desde que las amenazas de Emeritus dejaron de aterrarme.

Conforme todo este tiempo transcurrió, solo podía escuchar a copia una vez, cada mes; a veces más, a veces menos. Casi todas esas ocasiones me cantaba en las noches para calmar mis malos sueños que afortunadamente ya son menos recurrentes.
Solo que ahora tenían una variación extraña, veía a Emeritus IV; sabía que era él... Dentro de mí lo sabía.

Tobias y la banda también dió un giro impresionante, pues sus presentaciones en el restaurante de Hellmånt y Grinner han echo que su popularidad crezca en todos los espectadores del restaurante y muchos más, llegaban al local para poder escuchar su música.

Sin embargo, las cosas en el mundo actual tampoco han ido de maravilla; puesto a qué la economía mundial de todos los países se había reducido considerablemente. Tobias, mi familia y nuestros seres cercanos no se habían visto tan afectados por las consecuencias económicas.

Meses después de aquella tragedia mundial, las cosas mejoraron cuando por fin se dió solución en un país lejano; no recuerdo con exactitud en cual.

Avelinda había venido unas siete veces a visitarnos debido a sus giras mundiales, y en aquellas ocasiones le pedía que me contarás sobre las leyendas que averiguaba en cada país que visitaba.
Ya me convertí en una fanática de ellas.

También habíamos celebrado el cumpleaños de Hannah y Ann. (No puedo creer lo mucho que han crecido).
Y pronto se acercaba el cumpleaños de Tobias.

Durante estos días, mi depresión fue disminuyendo, mucho más rápido de lo que imaginé. A pesar de extrañar con locura a Copia, parte de mi se había resignado a esta nueva etapa de nuestras vidas: aunque sigo en busca de su propósito. Incluso han habido ocasiones en las que creo imaginar que lo consigo descifrar... Pero son solo más cosas que se acumulan o que me estorban para encontrar el verdadero.

Al pasar el día, desayuné junto con Boel y Hannah, quienes también me hablaban sobre mis próximos horarios de clase: Matemáticas, sueco, historia, geografía e inglés.
—Tengo que aprender dos idiomas — le dije a Hannah con un atisbo de posible fracaso.
—Tranquila. Yo tengo que aprender seis — me dice y un golpe de angustia me lleno.
Seis idiomas. Y Hannah tiene doce años y yo Dieciocho.

—¿Vas a ir al pueblo hoy? — me dice Boel con su copa de vino en la mano.
(Creo que es muy temprano para beber).
—Sí, tengo que recoger unos libros que encargue en la Biblioteca y no estará de más estar un rato con Eduard— informo con una sonrisa y un trago a mi café matutino, con chocolate.
—Esta bien. Pero ten cuidado, sabes que ahora las cosas se han puestos algo violentas — advierte con una mirada severa.
—Lo sé, tendré cuidado— logro tranquilizar a la mujer y viajo al pasado un segundo en mis pensamientos.

Era verdad. Gracias a los problemas económicos que se vieron en Suecia, las personas se vieron necesitadas a robar o sacar provecho de la situación para obtener beneficios. Se habían informado casi unos cincuenta casos en el periodo de dos meses.
Esto se estaba descontrolando, pero afortunadamente, el pueblo cerca de casa es muy sereno y tranquilo, y conozco a mucha gente que podría auxiliarme en casos necesarios.
Por ejemplo, Eduard.
Lee le había puesto una condición a su hijo unos meses atrás: Sobre si contraer matrimonio o probar suerte por su cuenta. Y Eduard se fue por la opción dos; trabaja en la biblioteca donde justamente tengo mis libros encargados, le iba muy bien y de hecho, ya no era grosero conmigo ni mucho menos; podría decir que somos amigos.

dance with the devil: Ghost Donde viven las historias. Descúbrelo ahora