dance with the devil: Ghost

Part. 1

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El miedo me tenía paralizada.
Tarde un tiempo en reconocer lo que en verdad estaba sucediendo.
Copia no era la clase de chico que se quedaba tan quieto cuando alguien trataba de hacerme daño.

"No importaba nada, ni siquiera la edad".
Copia estaba lo suficientemente débil como para producir algún movimiento brusco y exigente para su cuerpo.
En ese momento me aparte del lado de Copia, quién abrió los ojos a tal magnitud que pensé que se desmayaría.

"No"
Escuché en mi cabeza. Sus manos trataban de buscar mi cuerpo.
me aleje y le hice frente a Emeritus.
—¿Te conozco? — interrogó con una mirada extrañada.
—Me llamo ______(t/n) — Le contesto.
Seguía en busca de algo que sirviera como arma.
—Creo que si... Acaso... ¿Es ella? ¿Si es ella? — ahora mira a Copia quién se volvió para estar a un solo un metro de mi, tenía sus ojos en Emeritus, Supongo que esperaba cualquier movimiento de su parte para que él reaccionara al fin—. Esta es la chiquilla que te salvó en aquella ocasión —dice en alto, orgulloso de descubrirlo—. Te ves muy joven y linda...¿Qué edad tienes? — me pregunta.
Era evidente que no sabía que yo provenía de una época totalmente diferente a la de ellos.
—Dieciocho — contesto. Mire a mi lado, había una silla y una mesa, quizá podría usar la silla, romperla en la mesa y usar la madera sobrante como una defensa.
—Debo decir que eres muy linda... ¿De dónde dices que vienes? — pregunta curioso y cortes.
—_____(T/p) — trate de ser lo más cortante posible. Sin dar muchas explicaciones, pero firme en mi respuesta.
—Ahí la magia terminó — me dice con una expresión de desagrado.
—¿Te causo repulsión? — le pregunto ahora yo. En realidad anhelaba que dijera que sí.
—En lo absoluto. La gente de tu país es horrible — añade con aprobación—. Pero yo hago las preguntas aquí — indica ahora dando ciertos pasos hacia mi.
No me moví de mi lugar, en cualquier caso, podría darle una patada.
—.¿Que le ibas a decir al Cardenal? Cuando entraste — me señala y ahora se mantiene a unos centímetros de mi.
Los ojos de Copia parecían que echaban chispas.
Su cuerpo se puso rígido y note como sus piernas se preparaban para correr.
—Nada de tu incumbencia — quería ahorrarme la formalidad con el hombre que tenía enfrente. Lo detestaba tanto, que apenas y podía verlo a los ojos.
Él había Sido el causante de la mayoría de las tragedias en mi vida: mato a mi hermano, básicamente a mis padres, quiso matar a Copia, tuvo un intento fallido de matarme y ahora estaba aquí... ¿Cuál sería su motivo? ¿Cómo pudo entrar?
—Me encanta tu carácter — me dice y puse los ojos en blanco.
Ya solo faltaba eso. "Por qué todos me decían eso"—. Pero te preguntaré una sola vez más. ¿Qué le ibas a decir al Cardenal? — repitió.
No entendía la intensión a su inminente interés.
No hice nada y tampoco di respuesta, solo soporte una mirada fija en su cuello, sus ojos me causarían náuseas.
—Segura que no contestarás — dice en un tono tranquilo, pero no dejaba de ser escalofriante.
—No la toques — informa Copia.
—No interrumpas, papá no te dijo que interrumpir era de mala educación — dijo en su tono frívolo.
A qué se debía su extrema preocupación por los modales, dudo que él los tuviera.
—Me encanta todo lo que tú cabeza loca piensa — dijo en un tono sereno, pero esta vez impaciente.
¿Podía escucharme pensar?

"Eso es imposible"—. No lo es para mí — asegura Emeritus, definitivamente escuchaba todo lo que pensaba—. Pero resulta que todo eso que piensas no es de tu incumbencia — me dice y ahora se aproxima a mi.
Sentía su respiración gélida sobre mis cabellos, tenía casi la misma altura que Copia.
Su mano fría acarició mi rostro.
Nunca pude estar más asqueada. Enseguida sus dedos cubiertos por la tela blanca, rodearon mi cuello, su fuerza era estrangulante.
—Dime... ¿Qué le ibas a decir al Cardenal?— reprime más su mano.
Su fuerza era impresionante, con solo una mano abarcó todo mi cuello. No podía respirar.
Entre cerré los ojos debido a mi falta de aire y ahora de reojo vi una sombra negra sobre nosotros. Emeritus me soltó y cayó al suelo.
Lleve mi mano a mi cuello y tome aire rápidamente con una tos infernal, y la conciencia poco a poco llegó a mi.
Mire hacia enfrente, Copia me había quitado de encima a Emeritus, Quien estaba siendo sometido.
Sus manos sujetaban el cuello de la ropa de Emeritus.
—Eres Muy estúpido o muy ingenuo para creer que me ganarías — rio entre dientes y dió un golpe en la cara.
La rabia me invadió a mi, como el miedo de que algo malo le pasará—Desperdicias tu tiempo en una chica como ella — asegura mientras daba una patada al cuerpo tieso de Copia.
—Te diré todo lo que quieras saber — interviene. Quizá no tenía la fuerza para detenerlo, pero podía mantenerlo ocupado, mientras pensaba en un plan secundario.
Asiente y se aleja.
—Sin mentiras. Me daré cuenta si lo haces — se aproxima a mi, nuevamente la repulsión llegó.
Quería romperle la cara.
—Quería hablar de los collares — confesé con alivio, buscaría la manera de mantener a Copia alejado de Emeritus. — Creí... Creí que si encontramos el tercer collar, podríamos encontrar algo importante sobre el propósito de Copia — le digo con voz entrecortada. Emeritus entendía exactamente a lo que me refería.
—¿Copia? — repite—. Te refieres a el con mucha confianza... Por qué no eres más respetuosa — insiste con la educación.
Ahora su mano me golpea a mi.
De momento, el golpe me despojo de mi realidad por unos segundos, pero la recupere pronto. Sabía que Copia no lo permitiría tocarme de nuevo.
Emeritus apretó mis brazos y con poco fuerza y valentía le di una patada.
Fue en vano, parecía una caricia para él en lugar de un golpe.
—¿Por qué hace esto?  ¿Qué hace aquí? — le digo casi sin poder moverme.
—Pregúntale tu a "Copia" él tiene todas las respuestas — giré la mirada hacia él.
Estaba tan débil que a penas logro ponerse de pie—. No lo mires a él, yo estoy hablando contigo — me dice y me hizo mirarlo.
Tenía tanto dolor de hacerlo, que mis ojos prácticamente quieran matarlo.
—¿Qué es lo que quiere? — le pregunto. Al parecer acerté en mi pregunta.
Sonríe y contesta casi aliviado de que le preguntara.
—Mi propósito — dice con una voz fina y aterradora—. Ahora veo que "Copia" te tiene muy desinformada. Que lastima, tendré que desenmascarar todas las mentiras que te ha guardado — su mano subió a mi rostro.
De pronto, Copia volvió a quitármelo de encima.
—Dijiste que me darías un día — informa Copia. Se puso frente a mí, encarando a Emeritus.
—Resulta Que puedo cambiar de opinión — dice y se acerca feroz a Copia.
Tenía que hacer algo.
—Un día — repite—. Solo dame un día — súplica.
Emeritus volvió a golpearlo.
—Sabes como detesto que interfieran en mis actos — dice y ahora Copia se defiende.
La pelea comenzó, una más.
Emeritus tenia la ventaja lógicamente.
—¡No! — replique.