Part. 2

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Las lágrimas comenzaron a caer sin ningún control, pesadas y gordas que brotaban desde mis ojos rojizos por el llanto.
En ese instante la mano helada de Copia tomo de mi hombro y me empujó hacia otra realidad fuera de esta.
—___(t/n) — escuché al fin su voz,
Tomo mi brazo, al parecer estaba devuelta en la habitación de, Copia. Mi cabeza daba vueltas que no pude contener mi cordura.

De repente, una sensación pesada en mi pecho me hizo golpear el pecho de, Copia, alejándolo bruscamente.

—¡Fuiste tú! — grite con la garganta echa un nudo—. Todo este tiempo.... ¡Tú fuiste el culpable de que mis padres perdieran todo lo valioso para ellos. Dejándolos en la calle a su suerte! — continúe con una pausa intermitente que aproveche para aclarar mi voz entrecortada por el llanto—. Gracias a ti, me separaron de mi familia... ¡Gracias a ti, mi hermano está muerto! y gracias a ti, estoy aquí encerrada ¡sin poder salir! — volví a decir con una voz ya agotada de gritar.
—_____(t/n), fue un mal entendido... Te prometo que yo nunca hice aquel trato — dice confundió e impactado por mi actitud.

Dió unos pasos sutiles y con un movimiento rápido, tomo mis brazos fuertemente, pero sin hacerme daño.
—¡Suéltame! — le exigí golpeando su cuerpo con mis puños.
—Por favor, cree en mi —trato de decirme de la manera más dulce. Aún soportando los golpes de mi parte.
—¡Suéltame!— forceje. Esa fuerte necesidad de forcejear y atacarle sobresalió ante todo mi caos.
Sentía como las manos de, Copia me sujetaban con tanta fuerza que por un momento creí que me iba a lastimar— . Suéltame — dije finalmente agotada.
No podía más, el dolor en mi ser parecía que quiera desvanecerme.
—_____(t/n), por favor — suplicó una voz tan dulce que me obligó a detenerme.

Sus brazos fuertes me envolvieron entera y sostuvieron fuertemente de mí, como si su vida dependiera de ello.
Se sentía tan cómodo y placentero, que escondí mi cabeza entre su pecho rígido.
Su tacto tan solo me volvía sumisa a cada movimiento que producía, sin embargo,  mi mente me exigía mantener la compostura y la cordura.

En un momento a otro, ya estaba en los brazos de Copia, lentamente cayendo al suelo y con nosotros cuerpos tan juntos que nuestras respiración se confundía mutuamente.
Su pecho se elevaba cada vez que tomaba aire, su frío tacto se convirtió en cálido y sus dedos se escurrían por mi cabello causando escalofríos por toda mi espina dorsal.
—¿Estás mejor? — menciono, Copia, con una voz pacífica, parecía que el sentía lo mismo que yo en ese momento.
—Perdón... — le dije entre lágrimas—. No debí gritarte y golpearte — arrepentida, volví a abrazar fuertemente a, Copia—. En verdad lo siento — digo con gran vergüenza.
Copia no merecía aquel trato de mi parte, quizá debe ser un mal entendido. Pero estaba tan confundida, la rabia, el miedo, la felicidad de ver a mi familia otra vez, la nostalgia y la enorme presión que tenía en mente, me hicieron explotar de tal manera, que no pude evitarlo.
Pensé que, Copia había Sido el mero responsable, cuando ni siquiera me detuve a preguntar si en realidad el había ocasionado todo eso.

—Descuida... No es lo peor que me ha pasado, y además... — Copia tomo de mi barbilla y con el torso de su dedo elevo mi rostro para encontrarme con sus ojos—. Golpeas como niña — Rio con poca actitud burlona.
—No me hagas sentir peor — le digo tratando de controlar mi llanto.
—Bueno... Al menos te mantuve a salvó — dijo entre una sonrisa.
—¿Sonríes? — le pregunto, mientras limpiaba mis últimas lágrimas—. Nunca te había visto sonreír de esa manera — comento atenta a su sonrisa.
—Bueno quizá no soy tan malo y serio como me imaginabas — comenta, y se puso de pie.
Extendió su mano cubierta por su guante y me ayudó a ponerme de pie. Un impulso fuerte y sencillo bastó para ponerme de nuevo en dos pies y el pequeño golpe hacia arriba me hizo perder el equilibrio.
—Gracias — le dije con la cabeza agachada. Tenía mi mano sobre su pecho, y mi mirada estaba puesta en sus zapatos, brillantes y con forma puntiaguda.
—Ahora, ¿me dejas explicarte? — pregunto serio.
Asentí con la cabeza, y me retire con él hacia su cuarto para estar más cómodos.

dance with the devil: Ghost Donde viven las historias. Descúbrelo ahora