Part. 1

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Tobias me tenía en sus brazos.
Uno de ellos en mi espalda y el otro sujetaba firmemente mis piernas.
Estaba colgada de él, más bien.
Me llevo a mi habitación y me depósito en mi cama con delicadeza y  cuidado de no hacerme daño.
Acarició mi cabeza una vez más y las lágrimas aún abundantes, miraron la silueta borrosa del hombre frente a mí.
—Te dejaré dormir, cielo — me dice y da unos pasos lentos hacia la salida.
—Espera — le digo con un nudo en la garganta.
Su inesperada sorpresa me deja un poco ansiosa—. Creo que ahora sí quiero ese cuento — le digo con una sonrisa fugaz.
Él parece entender a lo que me refería y se acerca nuevamente a mi y se coloca a mi lado.
—Creí que nunca me lo ibas a pedir —gracioso se junta cerca de mi.
Busque refugio en su pecho y me quedé callada hasta que él comenzó su historia.
Estaba llena de tristeza que su voz serena funcionó de manera excelente para tranquilizarme.
—Esta, era la historia de una pequeña Marta, que vivía en una pradera lejana en las tierras altas del oriente de Europa —. Estuve a punto de reír al escuchar la historia, pero me ahogue entre mis lágrimas al hacerlo.

Después de esa conmovedora historia, me quedé dormida en los brazos de Tobias.
Creo que ahora me daba cuenta de lo mucho que le importaba; definitivamente yo no tendría la paciencia para hacer algo así.

A la mañana siguiente desperté aún en los cálidos pectorales de Tobias, quien dormido seguía pareciendo un niño dulce y tranquilo, aunque supiera que por dentro debería de estar preocupado por mi actitud de anoche.
Pensando en eso, no pude evitar ver a Copia en mis recuerdos.
¿Que estaría haciendo? ¿Estará a salvó? ¿Volveré a verlo? ¿Sabrá que todo lo que hice y dije ayer fue solo por qué Emeritus Practicamente me obligó?
Tenía esas y más dudas en mi cabeza.
Pero lo que más me mantenía atenta era saber si podría entrar está noche.
Muy dentro de mí lo dudaba, pero otra parte tenía la ligera esperanza de que pudiera suceder.
No creo que todo ese hermoso romance lo haya perdido en solo una noche.

Pero no tenía opción, de no haber aceptado, Emeritus Podría a ver matado a Copia, y peor aún a mi familia, a tobias, a Hannah y Ann... Boel, Avelinda... Asbjörn y mis amigos; no me daría el lujo de perderlos, a ninguno de ellos. Esto cada vez mas parece ahora transformarse en mi nueva manera de hacerme sufrir.

Al despertar Tobias, me miró con preocupación, puesto que tenía mis ojos hinchados, mi nariz rojiza y temblaba a causa del miedo y del frío repentino que azotó en mi habitación.
No dijo nada, lo cual agradecí y me dió calor con sus manos. (Aunque estaban heladas, igual encontré confort).
Al paso de los minutos ambos Bajamos a la cocina, donde estaba Asbjörn igual de preocupado.
—Buenos días señorita — dijo con un tono bajo, creo que evita hacer un comentario que me pudiera lastimar.
—Hola — dije seca y con la voz lastimada por tanto llorar.
Ambos hombres se miraron y me dejaron caminar hacia una silla enfrente del comedor.
Estando allí, Boel bajo enseguida y se sentó a mi lado.
Paso su mano esbelta por mi espalda y me recostó en su hombro.
—¿Quieres decirnos que pasó ayer, cariño? — me pregunta dulcemente, es como si pensaran que sus palabras fueran a dañarme de algún modo.
(Ahora que lo pienso... Si pueden hacerme daño).
Aguante el llanto y trate deshacer el nudo en mi pecho y conteste.
—No — le dije sería, era lo único que pude haber dicho sin dispararme a llanto.
—Esta bien, cuéntanos cuando estés  segura de hacerlo — me dice y mire a Tobias sentando frente a mí.
—¿Quieres desayunar? — me pregunta.
—No — dije y seguí recostada en el hombro de Boel.

Al pasar el día, me límite a permanecer en mi cuarto hasta que llegara la noche.
Miraba por el balcón, sentada en una silla blanca que reposaba en mi cuarto sin uso alguno.
Solo contemplaba el cielo, las nubes y unas cuantas aves que pasaban por enfrente.

dance with the devil: Ghost Donde viven las historias. Descúbrelo ahora