dance with the devil: Ghost

Part. 1

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—Lamento la interrupción. ¿Puedo pasar? — me preguntó con un tono gentil y humorístico.

Dejé el paquete a un lado, y discretamente limpie las lágrimas que habían caído hacia mis mejillas—. Veo que las cosas se pusieron feas — me dice, y tomo asiento a mi lado.
—Si un poco — le digo con dificultad, trataba de ocultar mi voz cortada, aún con un nudo en mi garganta.
—Me enteré de lo que pasó con tus padres... En verdad lo lamentó, quería... Quería decírtelo ayer pero no me hubiera gustado arruinar tu noche de celebración — me sonríe gentil. Incluso su sonrisa me intimida.
—Gracias — le digo tratando de mantener una conversación corta.
—Lamento cambiar el tema de este modo, pero note que Tobias ha estado un poco extraño, ¿Sabes por qué? — enseguida su mirada azulada me miró con firmeza.
—Hm... — dije haciendo frunciendo los labios que se formaron pálidos—Hubo un pequeño problemas con Lee y su hijo, Eduard — le digo, con ahora una mirada dispersa, aun me daba algo de vergüenza hablar sobre eso.
—Boel, me contó algo sobre Eduard: en la carta decía que se había propasado contigo, pero la verdad no le creí — comenta poniendo sus manos sobre sus piernas.
—Sí— le digo y veo su mirada impaciente por respuestas—. Él me golpeó... Bueno lo intento, igual con Ann — corregí dudosa, no quería preocuparla, pero sabía que tenía que darle detalles o regresaría después por respuestas.
—Eso es horrible — expresa con sinceridad—. Por eso Tobias ha estado asi, Nunca lo había visto tan molesto desde hace años — da una mirada hacia el cielo, como si recordara aquellos días.
—Estuvo muy molesto, pero ya está más relajado — añadí para relajar su preocupación.
—Eso me alegra — se silencia un poco y continúa animosa, aunque cautelosa—. Te lo digo por qué, también está muy distanciado de Boel; a decir verdad, eso no era mucha novedad, casi siempre están distanciados, pero esta vez, es diferente... No sé como decirlo, es como sí... Algo lo irritara, con solo verla, ¿me entiendes?— toma un suspiro largo y continúa—. Casi nunca los veía pelear y cuando lo hacían el nunca se veía tan serio e histérico, pero ahora me preocupa, la última vez que se molestó, casi lo perdemos — me dice con una mirada baja.
Enseguida recordé todo lo que Asbjörn me había contado sobre Tobias, sobre la vez que él ya no quería seguir viviendo.
—Bueno... — no quería arruinar el ambiente, sabía que tendría que cuidar mis palabras siguientes—. Si te soy sincera, nunca los he visto pelear, sí son distanciados, pero Tobias es un hombre estupendo. Supongo que sigue indignado por qué Boel le oculto sobre el matrimonio — di por echo que ella sabía eso. Pero su cara de sorpresa me obligó a explicarle—. Lee y ella tenían planes de unir a Hannah con Eduard, pero aún no le decían nada a Tobias, y la noche que pasó todo aquello que sabes, finalmente se enteró — le dije, tratando de sonar calmada.
—Eso no lo sabía — me dice con una ceja arqueada por la sorpresa—. Eso lo puede explicar — dice para nadie en específico—; ¿Y tú cómo estás? ¿También te comprometieron a ti? — me preguntó.
—Algo asi — digo sin verme grosera.
—Bueno creo que resolví mis dudas — sonríe y me mira de pies a cabeza. Supongo que buscaba algún rastro de moretones o golpes en mi cuerpo.
—Que lindo collar — añade con expresión tranquila.
Me alegraba totalmente que ella cambiará el tema.
—Gracias — le digo mirándolo. Era el que me dió Copia.
—Me recuerda a los collares de la familia Hurt, son una leyenda, y se supone que estaban en manos de otra familia y ahora están perdidos, pero puedo jurar que es idéntico — después de esos detalles, vuelve a mirar hacia el collar.
—¿Leyenda? — le pregunto. Recordé la historia que Copia me había contado.
—¿Nunca la has odio? Es muy famosa — me dice con incredulidad-, supongo que el "Deus in absentia" no fue el Mejor nombre que le pudieron haber puesto — dice ahora, pasando sus piernas a mi dirección.
—¿El que? — le digo.
"Deus in absentia", eso lo que decían aquellas voces del coro en la mansión Emperator, los que Sister me dijo, cuando vi... Cuando visite el recuerdo.
—Ese es el nombre de la leyenda — me dice con una sonrisa interesante y entusiasta.
—¿Me la puedes contar? — le suplico.