Natalia se levantó muy temprano, apenas había podido dormir esa noche.
Quizá salir despavorida de casa de Alba tras la llegada de María no fuera lo mas adecuado, pero era lo que necesitaba y sentía en esos momentos, pues no se veía encarando esa situación incomoda y aparentar una normalidad y una tranquilidad que para nada tenía.
Recordar el beso de anoche la tenía volando entre nubes de alegría, arrepentimiento y nerviosismo.
Natalia era un mar de dudas, no podía evitar pensar que la había cagado al lanzarse y reconocer que se acordaba del beso anterior, como también le era inevitable pensar que Alba había bebido y tan solo se había dejado llevar por la situación del momento.
No sabía en que punto las colocaba esto. Pensaba que quizá lo mejor sería llamarla y pedirle perdón, pero luego recordaba que Alba también le había besado, y aunque hubiesen bebido, no iban borrachas como para no saber lo que estaban haciendo.
Se estaba volviendo loca de tanto pensar. Se encendió un nuevo cigarro, el décimo desde que llegó de casa de Alba la noche anterior, y salió a la terraza a tomarse una tila y a intentar tranquilizarse.
Pensó en su historia con Alba desde que se conocieron y lo fácil que había sido todo siempre con ella.
Hasta ahora, ahora se encontraba en una encrucijada que la tenía totalmente bloqueada.Ni quería ni iba a negar los sentimientos que tenía por la rubia. Pero le intranquilizaba mucho pensar en ellos. Le costaba imaginarse teniendo algo con Alba, y ya no sólo porque fuese una mujer. Ella nunca había tenido algo con alguien con quien previamente hubiese tenido una amistad verdadera y no sabía muy bien como manejar esta situación si es que llegaba a darse.
A pocos metros de allí Alba amanecía en idénticas condiciones a Natalia: sin pegar ojo.
Agradeció secretamente el silencio que guardo María cuando se quedaron a solas, pues Alba estaba segura que María había notado algo y prefirió dejarle su espacio para hablar cuando estuviese preparada.
Se sentía mal por no contarle a su amiga lo que acaba de pasar.
Que Natalia estuviese tan integrada con sus amigas y su hermana era lo que frenaba a Alba para poder desahogarse con ellas, pues no era justo para la morena airear sus intimidades sin su consentimiento.
Contarles lo que les estaba pasando, significaba ponerse una flecha fluorescente con luces señalándolas y tener a gente analizando todo lo que hacían, así que Alba prefirió esperar y hablar con navarra antes de desahogarse con cualquiera de sus amigas.
Ahora ya no tenía dudas de que Natalia si sentía algo por ella.
Jodida Mari tenía razón desde el principio
No sabía muy bien como sentirse con respecto a ese beso. Estaba claro que la morena sentía algo por ella, eso era indudable después de lo que había pasado... pero tenía la sensación de que la morena iba a ser presa de un ataque de gay panic y no iba a saber como afrontar esto y ya la veía justificando ese beso mojándolo con alcohol.
Si algo había aprendido estas semanas con Natalia, es que de nada servía buscar una explicación a las cosas, así que decidió ir directamente a casa de la morena para poder hablar las cosas claras de una vez.
En lo que tardó a vestirse salió camino a su casa. Maldijo la cercanía de esta pues le restaba tiempo para pensar en un discurso. Conforme sus piernas iban acercándola a su destino, pensó que quizá seguir un impulso sin tener una conversación clara en la mente no había sido del todo buena idea.
Miró el reloj, eran las once de la mañana, hora suficiente para que Natalia estuviese despierta. No quiso ni avisarle de su visita para no darle una excusa para huir.
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Fanfiction"Algo que parecía sencillo en un comienzo, pero que terminó marcando tu vida para siempre"