Alba observaba de lejos como Marina y Natalia hablaban y reían por alguna de sus muchas tonterías.
La veía tranquila y feliz, y eso le llenaba el corazón. Estos últimos días, tras su vuelta de Pamplona el estado de ánimo de la morena era muy distinto.
Cuando le contó los comentarios de su tío en la comida, sintió mucha rabia e impotencia.
Ver la tristeza y la angustia reflejada en sus ojos mientras le detallaba todo, hizo que un nudo se le cogiese a ella misma en el pecho, haciéndola sentir como propia, la pena de Natalia.
Por más que lo pensaba, no entendía como todavía existían personas con ese tipo de pensamientos...
Temió por la estabilidad emocional de Natalia, y que todo lo que había logrado se fuese al traste después del incidente con su tío.
Tal y como le pidió ella, se encargó estando a su lado de recordarle que lo que ambas sentían no era nada malo ni antinatural... por nada del mundo iba a permitir que nadie hiciese sentir pequeña a una persona tan buena como ella.
Saber que tanto Santi como Elena y sus amistades la apoyaron en todo, fue un gran alivio para ella, pues sabía que esa era la cuerda donde se agarraba Natalia para poder llevar esa decepción tan grande mucho mejor, pues veía que no todo estaba perdido.
Natalia, que se sentía observada, buscó con la mirada a la responsable de ese sentir.
Cuando sus ojos chocaron con los de Alba no pudo evitar devolverle la sonrisa que esta le estaba regalando a lo lejos.
-Mírala que cara de tonta se te pone- dijo Marina llamando su atención de nuevo-
-Sin verme la cara, es algo que no te voy a negar- contestó sorprendiendo a Marina viendo que ya no se achantaba ante sus comentarios.
-Para que te hagas una idea, es la misma cara de idiota que se le pone a mi hermana.
-Pues cara de guapas entonces
-Bueno, si tú quieres pensar eso, no voy a ser yo quien te quite la ilusión- chinchó un poquito Marina.
- Me voy con ella, que me trata mejor que tu- informó mientras se reía ante las ocurrencias de la futura mama
-Si corre, que llevas la friolera de quince minutos lejos de ella.
Natalia echó a andar, no sin antes hacer una peineta a Marina delante de su cara provocando que esta le diese un empujón mientras se reían que a punto estuvo de desestabilizarla por lo inesperado de este.
Dejó a Marina plantada delante de la máquina del café para enfilar el largo pasillo que la separaba de Alba.
Mientras caminaba hacia ella, pensó en lo poético de la imagen que tenía antes sus ojos, pues la luz solar que entraba por la ventana que tenía Alba tras de si, hacía de su imagen toda una aparición divina.
Sin duda Alba era un ángel, era su Ángel.
Desde la vuelta de Pamplona había visto como la rubia se había desecho en darle todo el cariño y la seguridad que sentía que había perdido por el camino.
Fue un golpe duro, no iba a negarlo. Los comentarios de su tío le habían hecho mucho daño, pero no podía permitirse tomar como ciertas las afirmaciones que este había hecho.
Decidió quedarse con lo bueno de ese viaje como fue el apoyo de las personas a las que ya les había contado la verdad. Pensó en lo bien que se sintió, en esa liberación y esa tranquilidad que su cuerpo experimentó cuando dijo lo que tanto temía y sus seres queridos reaccionaron de una manera tan natural...
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Fanfiction"Algo que parecía sencillo en un comienzo, pero que terminó marcando tu vida para siempre"