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-Natalia para, esto no es necesario, me estás haciendo daño- pronunció Alba con sufrimiento en su voz.

-Perdona

-¡Perdona no! Para ya- exigió moviendo su cuerpo

-Jo Albi, que está ya casi fuera, aprieto una vez más y sale, ven- pidió volviendo a poner su espalda recta para acabar de sacar el punto negro con el que llevaba un rato peleando. - ¡Toma! ¡Ya está! ¿Quieres verlo? - ofreció feliz acercando su mano a la cara

-Quiero verlo, no comérmelo- contestó entre risas- ¿Para esa mierda tanto daño? - se indignó cuando observó su dedo- Venga, túmbate que te busque yo ahora.

-Pero no me hagas daño ¿Eh? - rogó mientras se quitaba la camiseta

-Si te hago daño te jodes- dijo mientras se sentaba en su culo para empezar una exhaustiva inspección a su espalda.

- ¿A qué hora viene Julia al final?

-Si es puntual, en dos horas, pero como no lo va a ser, a saber- contestó concentrada en su trabajo.

El día anterior las chicas comentaron por el grupo, que este año entre unas cosas y otras al final Alba tampoco había hecho la fiesta tradicional que hacía todos los veranos en su casa, a excepción del año trágico de la ruptura.

No había sido una casualidad ni un olvido que no hubiese propuesto a nadie ir a casa.

Por un lado, había pasado las últimas semanas muy ocupada con cierta morena, por otro, la idea de retomar una tradición que empezó por sugerencia de Dani cuando se independizó no le apetecía mucho.

Era cierto, que por fin podía compartir espacio con el sin sentir ningún tipo de sentimiento ni de añoranza por lo que fueron, de hecho, su relación pasaba por el mejor momento después de más de un año y medio de esa ruptura. Pero una cosa era estar bien cuando coincidía todo el grupo en algún cumpleaños o de fiesta, y otra muy distinta era ser ella quien propusiese juntar a todos en su casa con algo tan de ellos como era esa fiesta.

Porque sí, era algo muy suyo, de los dos. Siempre la habían preparado juntos con semanas de antelación. A Dani le encantaba buscar una temática, y él mismo se encargaba cada año de decorar el jardín acorde con los disfraces que elegían.

El verano pasado nadie dijo nada, todo el mundo entendía que esa fiesta no iba a realizarse. Pero ahora, viendo los últimos acontecimientos y el buen rollo que había entre ellos más de una persona sugirió la celebración de ese día hablando con las chicas, y estas, amantes de las fiestas poco tardaron el proponer a Alba la vuelta de este día.

Le pilló un poco de sorpresa la petición. Si bien hacía un par de meses ya habían hablado de hacerla, era algo que no entraba en los planes de Alba.

Finalmente, y tras mirar el calendario cedió. El único pero, era que tendría que ser ese sábado, pues al siguiente Natalia no estaría y luego ya se metían en Agosto.

Se consoló pensando, que, con un poco de suerte, y dado lo improvisto que fue todo, la gente tendría ya planes hechos y serían muchos menos que otros años.

Así que ahí estaba, repasando mentalmente la lista interminable de cosas que tenía que comprar para la fiesta del día siguiente, mientras se concentraba en buscar y quitar poros de la espalda de su morena favorita.

- ¿Todo bien Albi? - preguntó ante el silencio prolongado de la rubia

-Si ¿Por?

-No sé, te oigo pensar desde aquí...

-Estoy concentrada en mi trabajo, y pensando en la lista de la compra- explicó sin querer profundizar en sus pensamientos.

- ¿Al final todo el mundo de blanco no?

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