20

6.8K 312 60
                                    

Natalia se despertó sobresaltada por el sonido de una llamada insistente, se frotó los ojos y descolgó al ver que era su madre.

La verdad es que en esta semana no habían compartido mas que un par de mensajes ya que no había tenido tiempo de llamarla. Desde que el Lunes habló con Alba y terminaron de sincerarse había dedicado todas las tardes y parte de las noches a estar con ella.

Olvidada la vergüenza de los primeros días y los primeros besos, ahora solo pensaba en pasar tiempo a solas con Alba para poder disfrutar  de sus labios y de las caricias de las que ya se estaba volviendo  adicta.

En cierto modo, la grandeza de lo que estaba empezando a sentir le asustaba, pues no sabía muy bien como controlar tanto sentimiento nuevo de golpe, y aunque sabía que con Alba todo era recíproco no dejaba de preocuparle saber que le estaba dando a alguien el poder de hacerle mucho daño con solo chasquear los dedos, pues tenía el convencimiento de que eso es lo que pasaría si algún día Alba acababa con su historia.

Sentía que por primera vez en su vida lo que estaba sintiendo era amor, pues nunca antes había tenido este tipo de unión con nadie. Ya no se trataba de algo sólo físico, era algo que iba mas allá, era una conexión emocional unida a una necesidad física que le costaba poner en palabras.

Esa noche, no había dormido muy bien. Llevaba varias tardes donde su cuerpo estaba empezando a reaccionar de una manera mucho mas sexual  cuando estaba con Alba y esto era algo para lo que no sabía si estaba preparada.

La noche anterior, mientras la rubia y ella se besaban esta acabó sentada a horcajadas encima de ella, y el vaivén  de sus cuerpos hizo que sus pelvis se rozaran desatando un fuerte deseo entre ellas donde Natalia no supo reaccionar. Trató de suavizar la intensidad del beso haciéndolo mucho mas suave y lento pues no quería decirle a Alba directamente que no estaba preparada para seguir por ese camino. Por suerte, la rubia pareció entender lo que estaba pasando y no intentó ir mas allá.

Esa misma noche, cuando iba de camino a casa llamó a su amiga Marta, necesitaba hablar con alguien, y ella era la única que conocía sus historia con  Alba, así que le confesó que llevaban unos días liadas, y que una vez desbloqueado el miedo a empezar algo con la rubia había pasado a desbloquear un nuevo miedo: El sexo.

Estaba muy frustrada ante esta nueva situación. Que Alba le gustaba mucho estaba tan claro como el deseo que sentía cuando compartían intimidad a solas.

Le daba miedo no estar a su altura. Ella nunca había tenido referencias de relaciones entre dos mujeres y no sabía como iba a reaccionar ni como tenía que actuar. 

Llegó a casa y decidió buscar información en Internet, después de leer varios artículos donde alguno de ellos detallaban paso a paso que había que hacer llegó a una conclusión: la intuición y la comunicación.

¿Intuición y comunicación? vale, se había quedado en las mismas, así que decidió pasar de la teoría a la practica buscando porno.

Los primeros vídeos que encontró, no duró mas que un par de minutos viéndolos. Claramente, eran actrices  trabajando para un público mayormente masculino recreando unas escenas que deseaba que estuviesen muy alejadas de la realidad.
Entendió que igual que con el sexo hetero el porno no representa a la realidad  y de ahí no iba a sacar nada en claro.
Se sintió mal y sucia por consumir ese tipo de material que no hacía mas que perpetuar y crear estereotipos contra las mujeres y normalizar agresiones en sus escenas, así que cambió sus criterios de búsqueda, y encontró vídeos amateurs, echó un ojo por encima a algunos,  pensó que estos eran mucho mas cercanos a la realidad y se atrevió a ver varios de ellos. 

No sabía si había hecho bien en entrar a buscar esta información, pues ahora tenia muchas mas dudas e inseguridades que antes... 
No tenía del todo claro que le había producido ver como se comían un coño, ni sabía si ella iba a querer hacer eso. En sus antiguas relaciones, no siendo ella una gran amante del sexo oral era algo que toleraba bastante bien, sin embargo la idea de chupar ella una vagina no le resultaba del todo apetecible.

KEYFRAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora