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Se encontraba la sala de juntas ya prácticamente vacía. Miguel Ángel observaba orgulloso como sus hijas se abrazaban emocionadas como estaban, después de haber conseguido convencer a todas las personas que asistieron a la reunión.

-Natalia!!! muchas gracias por aceptar la propuesta, estoy segura que más de uno ha aceptado formar parte de esto al saber que tu nombre va a estar involucrado- dijo Marina apretando suavemente el brazo de Natalia.

Natalia sonrió de oreja a oreja mientras negaba tímidamente con la cabeza

-Yo estaba preocupada por haberlo oficializado antes de hablar con vosotras sobre las condiciones, pero estaba tan emocionada con vuestra idea que no he podido decir otra cosa.

Por unos segundos le entraron dudas al pensar si había hecho bien en confirmar nada antes de hablar con ellas, pero ver la emoción con la que las hermanas la estaban mirando la hicieron relajarse.

-Esto hay que celebrarlo, vamos a tomar unas cañas, y ya hablamos de todo en otro momento. Después de toda la tensión que estaba acumulando estos días, me siento como si hubiese corrido una maratón y no soy capaz de seguir hablando de trabajo- propuso Alba a sus acompañantes.

El padre de las chicas se disculpó con ellas por no poder acompañarlas, así que las tres jóvenes salieron de las oficinas al bar más cercano a tomar algo relajadamente y empezar a conocerse.

Mientras iban hablando, Alba se dio cuenta que Natalia había dejado de seguirlas. Al girarse,la vio mirando al cielo con la misma cara de ilusión que tiene una niña cuando el día de Reyes ve el árbol de navidad.

-¿Natalia?- preguntó Alba preocupada

- ¡Madre mía!, que bajos pasan por aquí los aviones!! si me fijo estoy segura de que se puede ver hasta quien los pilota!- Natalia seguía mirando con ilusión el avión pasar justo por arriba de sus cabezas.

Marina y Alba acostumbradas a que el polígono donde se encontraban sus naves estuviese pegado al aeropuerto, habían olvidado lo que impresionaba al principio que los aviones empezaran la maniobra de aterrizaje justo a la altura donde se encontraban las fábricas.

-¿Te gustan los aviones?- se asombró Alba

-Pues la verdad es que me encantan. Osea, soy la típica que se pone super nerviosa cuando tiene que volar, pero me fascina su funcionamiento, y dios, verlos de repente así de cerca me parece una pasada... aunque el ruido este no es muy cómodo ¿no?- dijo embobada aun Natalia

-Bueno, te acostumbras. En realidad nuestra fabrica esta bastante insonorizada, pero si, cuando salimos fuera, si pasa un avión, en esos segundos, o gritas o no te oiremos- dijo Alba subiendo el tono de voz de manera innecesaria asustando a dos chicos que pasaban por su lado en esos momentos y haciendo reír a sus dos compañeras por lo cómico de la situación.

Entre risas llegaron a un bar, y se sentaron en la terraza ya que era finales de marzo, y la temperatura era muy agradable.

-Madre mía, que agusto al sol. Esto es primavera o verano?- se asombro Natalia al sentarse y ver que la chaqueta le sobraba

-Bienvenida al mediterráneo. En Elche por si no lo sabes, solo hay dos estaciones, invierno y verano. Aquí pasamos de un día a otro del calor al frió, pero eso sí, el frío dura dos o tres meses como mucho- dijo marina cerrando los ojos y estirándose en su silla para tomar el sol.

-Marina tía, baja los pies de la silla y no la pintes

-¡Ay tata!, que estamos solas, que no hay nadie mirando, déjame relajarme un rato que estoy muy estresada

-¡Ja!, estresada dice la puta, tendrás poca vergüenza... "Alba mejor que en la reunión solo hables tu. Que vean que hay una voz cantante va a dar seriedad al asunto"- imitó Alba con tono burlón la voz de su hermana, ganándose un manotazo en el brazo

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