16

4.6K 242 24
                                    

Alba daba vueltas inquieta en la cama. Sabía que Natalia se había dormido. Lo notaba en la lentitud de su respiración, así que se levantó y salió al balcón a tomar el fresco.

Necesitaba pensar que había pasado. Hacía apenas una hora la morena estaba besando a un chico, luego llorando y finalmente besándola a ella.

Sin duda, algo tenía que pasarle a Natalia. No encontraba el sentido a lo que acababa de suceder.

Pensó en como se la encontró en el aseo de aquel local llorando al borde de un ataque de ansiedad. Se asustó mucho al verla así, nunca la había visto tan destruida, ni siquiera el día que le contó toda su historia con Pablo y lo avergonzada que estaba por habérsela ocultado.

Se tocó los labios pensando en el beso, y sonrió negando con la cabeza al pensar en la borrachera que llevaba su amiga encima.

Le había costado pararlo. Le había costado mucho. Pero tenía que hacerlo, no podía aprovecharse del estado Natalia para conseguir algo que ella anhelaba desde hacia tiempo y no estaba preparada para escuchar las disculpas o las excusas de la morena al día siguiente si la cosa hubiese ido a mas.

Estaba realmente cansada, y decidió que era hora de volver a entrar a casa a acostarse. Dudó en si hacerlo en el sofá, o volver a la cama con la morena.

Finalmente decidió acostarse en la cama, pues tampoco se fiaba mucho de que Natalia necesitase de su ayuda en mitad de la noche.





Los primeros rayos de sol despertaron a Alba que maldijo internamente por no haber bajado la persiana antes de acostarse. Intentó levantarse para ir a bajarla, cuando fue consciente de que tenia a Natalia abrazándola por la cintura y con los pies enredados con los suyos.

Observó la escena en silenció. La miró dormir. Era tan bonita...
Muy lentamente se deshizo del nudo que formaban sus cuerpos y salió de la cama para bajar la persiana. Había dormido a penas unas horas y necesitaba descansar.

Sin pensarlo mucho se volvió a meter en la cama y Natalia volvió a buscar su cuerpo mientras dormía, y Alba, a estas alturas de la vida, ya no tenía fuerzas para huir de ella, así que se dejó abrazar por los brazos de Natalia y volvió a dormirse en apenas unos minutos.

Cerca del medio día Alba volvió a despertarse, y de nuevo se encontró con sus cuerpos enredados. Pensó que no había otro lugar en el mundo donde quisiera estar en esos momentos, pero sabía que lo mejor que podía hacer viendo la situación era escapar de esos brazos para evitar un momento incómodo con la morena por si esta se despertaba y se encontraba en esa tesitura. 

No se lo quiso pensar mucho, y escapó de la habitación como pudo. Dudó si irse a casa o esperar a que Natalia se despertase para hablar con ella. Pensó que lo mas maduro era quedarse y afrontar cuanto antes lo que tuvieran que hablar.

Natalia rodó su cuerpo hasta el lado de Alba buscando su calor en cuanto esta salió de la habitación. Estaba despierta, llevaba mucho rato despierta, pero optó por disimular cuando notó que la rubia se estaba despertando.

No podía describir la sensación que experimentó su cuerpo cuando esta mañana se despertó abrazada a Alba. Pensaba que nada podría superar a ese pequeño beso que se dieron, pero estaba muy equivocada...dormir abrazada a Alba le había causado tantas cosas en su cuerpo que solo podía explicarlo llevándolo a un nivel superior, a algo mas espiritual.

Nunca había sentido tanta paz como la que le dio el cuerpo de Alba cuando correspondió en sueños su abrazo, al igual que nunca había sentido tanto miedo como cuando anoche Alba la rechazó.

Sentía que había metido la pata hasta el fondo, y no sabía como iba a salir de esa. 

Había besado a Alba. Y Alba se había apartado.

KEYFRAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora