KEYFRAME

43

-Hola Natalia, mi nombre es Laura y soy una de las doctoras que te ha estado atendiendo. ¿Cómo te encuentras? – se interesó por ella mientras iba anotando los diferentes números que reflejaba la máquina donde estaba conectada.

-Bien...- contestó un poco desorientada todavía

- ¿Crees que podrás contestarme a unas preguntas?

Asintió con la cabeza y confirmó a la doctora que podía empezar a preguntar lo que necesitase

-Vale, ¿Te acuerdas lo que pasó cuando te caíste?

-Sí, me maree

- ¿Te mareaste?

-Bueno... - guardó silenció unos segundos y recordó los minutos previos al desmayo- en realidad, creo que sufrí un ataque de ansiedad...

- ¿Sueles tener ataques de ansiedad?

-No...- no le hizo falta pensar mucho para negar esta pregunta, pues recordaba cual había sido su último- hace unos meses me pasó algo parecido en cuanto a ese ahogo y falta de respiración... pero nada que ver con lo que sentí ayer...

-¿Y pasó algo previamente que pudiese ser desencadenante para esa reacción?

-Si- afirmó sin ninguna duda- tuve una discusión... bueno, en realidad dos...digamos que fue un día un tanto estresante para mí.

-Vale, eso puede explicar entonces el porqué de tu tensión tan alta. Tus padres nos dijeron que nunca antes habías padecido hipertensión. Pero es importante que pienses si estos días atrás te ha dolido la cabeza, has sentido angustia o algún tipo de mareo.

-No- contesto rápidamente- bueno, ayer sentí todo eso de golpe... y un par de horas antes, ahora que me preguntas, al levantarme de una silla también me sentí un poco mareada y con dolor de cabeza, pero no sé, lo achaqué a las cervezas que me acababa de tomar.

La doctora estuvo un rato más con Natalia, mandó a que le quitaran la sonda y algún gotero que ya no le iba a hacer falta, y continuó preguntando y haciendo unas pruebas preventivas de visión entre otras muchas cosas, para intentar descartar posibles secuelas y buscar un diagnóstico más certero.

Después de preguntar a Natalia si quería escuchar el diagnostico a solas o con su familia, abrió la puerta e invitó a pasar a la habitación a sus padres y a Alba, pues la morena había especificado a la doctora que quería que pasasen los tres.

-Bueno Natalia, aparentemente no tienes ninguna afectación derivada de la caída y el posterior coagulo que se te ha formado en la cabeza. Voy a solicitarte una nuevamente un TAC dentro de un par de días para ver la evolución del coagulo. Lo que me preocupa ahora es que tu tensión no está del todo controlada, y no sabemos si es un indicador avisándonos de algo que aún no ha dado la cara, o solo fue algo puntual derivado al estrés que me has comentado, por lo tanto, las visitas van a quedar reducidas y limitadas a dos personas como mucho- explicó girando su cuerpo y avisando a los padres de Natalia- es importante en estos momentos que esté muy tranquila y sin estímulos externos que la puedan alterar. Vas a continuar ingresada hasta que se te realice el tac y veamos resultados- volvió a dirigirse a Natalia- es importante ver la evolución de ese coagulo y tenerlo todo controlado. Mientras tanto tendremos tu tensión monitorizada para comprobar su evolución a lo largo de estos días.

Natalia desvió su vista de la doctora buscando mirar a Alba en cuanto sus padres comenzaron con preguntas.

Le fue imposible no sentir incertidumbre después de escuchar que aún le quedaban unos cuando días en ese hospital, y que sus visitas se iban a ver muy limitadas.