Un rato después sus cuerpos permanecían unidos. Era como si el tiempo se hubiera parado en esa habitación, se sentían seguras en los brazos de la otra y el mundo parecía haber desaparecido. En ese momento solo importaban ellas y ese abrazo lleno de amor con el que se estaban acariciando las almas.
Finalmente fue Natalia, quien después de ver el reloj de la mesilla, se atrevió a romper el silencio.
Se separó muy lentamente de su cuerpo, observando la cara de la rubia, y dejando un pequeño beso en su nariz.-Te prometo que te secuestraría y te ataría a la pata de mi cama, pero es mi deber avisarte que son las nueve y media.
-¿Enserio?- cuestionó la rubia mientras volvía a aferrarse a su cuerpo.- no quiero irme.
-Jo, ni yo quiero que te vayas, pero has quedado...
-Pues desquedo- afirmó con voz pucherosa.
-Albi no me hagas esto. No puedes dejar de lado a tus amigas por mi...
-Ya, en realidad odio a la gente que hace eso... pero es que no quiero irme- confesó dejándole varios besos en mandíbula.
-Vuelve luego si quieres, da igual la hora, yo te abro.
-¿No te vas a venir entonces?- Preguntó intentado dar pena a la morena para que cambiase de opinión.
-No, no me apetece salir la verdad, ahora estoy muy blandita y prefiero quedarme en casa.
-No puedes decirme estoy y esperar que me vaya como si nada.
-Que guapa eres- dijo besándola por toda la cara
-Natalia, no me estas ayudando nada- afirmó Alba entre risas mientras se dejaba besar.
-Venga, vamos, que no quiero que llegues tarde por mi culpa, te puedes duchar aquí y te dejo yo ropa para que te vistas si quieres...
-No te preocupes, prefiero ir a casa, estoy aquí al lado y tardo nada... Las diez menos cuarto y aun tengo que cenar- exclamó mientras miraba el reloj-
-¡Ah! ¿Pero que aun te has quedado con hambre?- preguntó Natalia de manera provocativa.
Alba abrió la boca asombrada cuando la escuchó, pues no se imaginaba que se iba a atrever a hacer ese tipo de bromas ya.
-Con lo que he comido no tengo ni para empezar chavala, necesito tres Natalias mas para calmar un poco el hambre.
Natalia rompió a reír tras la confesión de la rubia que ya estaba de pie delante de ella vistiéndose. Se quedó mirando sin ningún tipo de pudor ni disimulo como cubría su cuerpo. Observaba la piel que apenas hacía unos minutos disfrutaba acariciando mientras se daba cuenta que ya echaba de menos su tacto.
Alba odió por primera vez en su vida tener planes con sus amigas. Se dio toda la prisa que pudo en vestirse para salir de allí cuanto antes pues bastante tarde iba a llegar ya.
-¿Vienes luego?- preguntó Natalia mientras la despedía en la puerta.
-Pero no se a que hora voy a terminar... te voy a despertar.
-No me importa. Además me suelo acostar tarde.. vente.
Alba se moría por aceptar su proposición. Le apetecía mucho dormir con Natalia, pero no le gustaba mucho la idea de dejarla esperando toda la noche hasta que ella volviese a aparecer.
-No quiero que estés todo el rato pendiente de la hora y de si voy a venir o no... no me parece justo que estés aquí esperando y que luego se lié la cosa y se me haga super tarde.
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Fanfic"Algo que parecía sencillo en un comienzo, pero que terminó marcando tu vida para siempre"