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-¿Puedes repetirme lo que me dijiste anoche?

-¿El que?- preguntó confundida

-Que me quieres- contestó mirándola a los ojos con una intensidad que cortó la respiración de la morena.

Natalia sonrió al escuchar su petición y rápidamente la complació.

-Te quiero

Sonrió al escucharla, y se acercó lentamente a ella sin soltarle la cara.

-Yo también te quiero- dijo sobre sus labios fundiéndose en un beso tierno y lento donde sellaron esa confesión antes de hablar y de decirse todo lo que tenían que decirse para poder aclarar las cosas y continuar avanzando juntas.


Natalia abrazó el cuerpo de Alba aferrándose a el cómo si fuese un salvavidas que acababa de encontrar en mitad del océano justo cuando estaba apunto de ahogarse. 

No se creía estuviera allí con ella diciéndole que le quería unas horas después de haber visto la decepción y la tristeza en los ojos de la rubia.  No lo pudo evitar y rompió a llorar otra vez. No sabía si de alegría,  por ese sentimiento de culpabilidad que le acompañaba desde hacía ya varios días o por ser consciente de lo cerca que había estado de perderla. 

-Nat- intentó  calmarla sin mucho éxito viendo como la morena lloraba desconsoladamente- ven, vamos a sentarnos- dijo tirando de ella hacía el sofá-

-Alba lo siento- habló cuando pudo controlar su respiración- siento no ser tan valiente como tu, no quiero que pienses que no tengo las cosas claras, pero es que pienso la gente, y se me pone un nudo aquí- explicó llevando su mano al pecho- que no lo puedo controlar, te juro que no puedo- acabó la frase con un pequeño hilo de voz-

-Perdóname tu a mi también...

-No, no me pidas perdón tu a mi por favor- la cortó Natalia

-Si, escúchame. No tendría que haber reaccionado así, tendría que haber escuchado que te pasaba para intentar entenderte . Yo no puedo obligarte a nada y no respetar tus tiempos... no es justo forzarte a hacer algo si no estas preparada. Me obcequé y solo pensé en mis circunstancias... 

-Tampoco es justo para ti tener que estar esperándome... te mereces una persona a tu lado tan valiente como tu.

-Natalia... estas siendo super valiente, lo mas difícil de todo para mi ya lo has echo... has sido sincera contigo misma, has reconocido que te gustan las mujeres, y no solo no te has ido corriendo, si no que estas con una...

-Me gustas tu- puntualizó

-Bueno, pues lo mismo es ¿no?- contestó sonriendo

-No, porque solo me gustas tu, nunca me he fijado en otra chica- afirmó muy convencida

-Pero sigo siendo una mujer ¿no?- insistió intentando destensar el ambiente 

-Si, supongo que tienes razón- contestó pensativa mientras sonreía- Alba, necesito explicarte lo que me pasó para que puedas entenderme- dijo mientras cogía de sus manos buscando su apoyo-  hasta hace tres días no fui consciente de tu necesidad de hablarlo con tus amigas y tu familia... entiéndeme, yo estoy sola aquí y no se,  es como si hubiese creado un micromundo aparte contigo y se me olvidó que tú tienes una vida, y no pensé en ti, y en que si yo estoy en ella con las condiciones que estoy implica que tengas que ocultarnos..., y me agobié, me agobié por que fui consciente de que esto para ti tampoco estaba siendo fácil, y yo no me veía capaz de contárselo a nadie aun y por primera vez pensé que te podrías cansar de esto y todo lo que mi cabeza había evitado pensar este último mes hizo un clic y se me vino el mundo un poquito encima - intentó explicarse atropelladamente -

KEYFRAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora