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Abrió la puerta de la que ya era su casa desde hacía más de un año.

En menos de un segundo su recién adoptado cachorro salió a recibirla emocionado por su vuelta a casa después de casi un mes de ausencia.

-¿Que pasa Lux? ¿Me has echado de menos gordito? - se agachó para cogerlo en brazos y dejarse besar por el pequeño que no tardó mucho tiempo en saltar de sus brazos para salir corriendo hacía el jardín y mear bajo la sombra de una palmera- ¡Muy bien! ¿Quiere un premio mi gordo? - preguntó orgullosa viendo los avances del animal mientras el pequeño corría veloz en dirección a la casa otra vez para recibir su premio.

Entró a la cocina siguiéndole mientras lo veía impaciente por recibir su ansiada chuche, cuando una nota en la encimera llamó su atención.



Bienvenida a casa cariño!!

Cuando tú no estás, este lugar no sabe tanto a hogar porque no tengo a quien abrazar por la noche ni besar por la mañana.

Cuando tú no estás, este lugar no parece tanto una casa. Es sólo eso, un lugar.

Y es que no es el dónde, si no el con quien, y yo contigo siempre.

Te quiero

Alba




Acarició el papel con la yema de sus dedos y sonrió emocionada entendiendo la verdad de esas palabras.

Era la primera vez que se separaban tanto tiempo desde que se habían ido a vivir juntas y ninguna de las dos había imaginado que los días se les iban a hacer tan largos estando separadas.

Sacó su móvil para hacer una foto a la nota y enviarle un mensaje a Alba.

Natalia:

(foto)

Porque eres tan bonita?

Guardó el móvil y salió en busca de las maletas para comenzar a deshacerlas antes de que el cansancio la obligase a sentarse en el sofá y se quedasen abandonadas en algún rincón durante días.

A cada paso que daba, el pequeño jugaba con sus pies intentando morderlos e impidiendo que caminase bien.

Sonría orgullosa viendo como el cachorro no se había olvidado ni un poquito de ella después de un mes sin verla.

En unos días haría cuatro meses de la noche en que se lo encontró llorando al lado de un contenedor. No tuvo fuerzas para pasar de largo e ignorarlo y no dudó en cogerlo y llevarlo a casa.

Apenas le cabía en la mano. Debía de tener unos pocos días de vida pues el pequeño no era capaz ni de abrir los ojos.

Nada más llegar a casa cogió el coche para buscar un veterinario de guardia donde le hizo un reconocimiento y le explicó las nociones básicas para cuidarlo: una leche especial para cachorros, e intentar proporcionarle el calor que le faltaba de su madre sustituyéndolo por mantitas.

No le costó nada convencer a Alba para adoptarlo, pues desde el primer día robó el corazón de las dos, y desde entonces esa casa se convirtió en hogar también para Lux.

Una notificación de su móvil la sacó de sus pensamientos.

Alba:

Ya estas en casa! 😍😍

Natalia:

Ven ya

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