Abril 28.
Siento los rayos del Sol y los aletazos de aire que golpean mi rostro, el sonido del mar y de las aves volar, sentir la arena en mi piel, en ese momento siento paz, puedo ser yo en este lugar, capturó este momento en mi mente.
-¡Rose! Nos vamos.
Toda la paz que sentía se esfuma al escuchar la voz de mi padre llamarme.
"Nos vamos" Esa palabra retumba en mi cabeza una y otra vez, me levanto lentamente, miro una vez más mi alrededor, el cielo soleado, las aves, la arena, el viento cálido, el mar, son cosas que extrañare, siento que al irme dejó una gran parte de mi aquí.
Me dirijo a donde se encuentra mi padre, mi abuela con lágrimas en los ojos me da un suave beso en mi frente y me abraza.
-Cuídate mucho cariño, te extrañare mucho.
La abrazó con fuerza. -También te extrañare abuela.
Luego de despedirnos nos subimos al auto, mire por la ventanilla, como si fuera en Cámara lenta ví como todo lo que amaba se alejaba, las lágrimas se asomaban en mis ojos, las detuve, no podía llorar, no después de ese día.
Les cuento que en estos momentos mi padre y yo nos estamos mudando, he vivido por dieciséis años junto en la playa, hemos sido muy felices en ese lugar. nos mudáramos a su antiguo hogar para creer que así curaría su dolor, al contrario de mí, al abandonar mi hogar siento que estoy alejándome para siempre de una gran parte de mí.
Ha sido un largo viaje, casi interminable diría, me he fijado alrededor, muchos árboles, el aire era frío, el cielo nublado, en serio que no iba a adaptarme.
Al cabo de unas horas hemos llegado.
-Hemos llegado cariño. - Escucho a mi padre mientras tocaba la ventanilla, me había dormido, al bajarme me he fijado en el vecindario, justo delante de mí se encontraba un bosque repleto de enormes árboles, sí que daba miedo ese lugar, el frío golpeaba mi cuerpo, tendría que abrigarme lo antes posible.
-Bueno cariño hora de entrar.
Me fijé en la casa, dos pisos, por lo menos se veía bien. Seguí a mi padre hasta adentro, estaba cálido pues la calefacción estaba funcionando, podía ver el pasillo que dirigía a la cocina, luego estaban las escaleras.
-Tu habitación es arriba, la primera puerta a la izquierda, puedes ir a verla mientras bajo las cosas del auto.
Sin decir más subo, al abrir la puerta observo con atención, es una habitación no muy grande, me fijé en la ventana que había delante de mí, camine hasta ella y mire, se podía ver un árbol y detrás una casa, en ese lado también había una ventana, miro hacia ella. Ojos, unos ojos negros puedo ver, eran intensos, no sabía cuánto tiempo estuve mirándolos que no me percaté que el dueño de esos ojos también estaban mirándome, era un chico que se encontraba sentado en la ventana, era de tés blanca, cabellos negro y alborotado, tendría que admitir que era apuesto, esta vez estaba mirándome con el ceño fruncido, me sonroje, estaría pensando que estaba mirándole, bueno si estaba mirándole pero eso no tendría porque saberlo, me aparte rápidamente de la ventana y corrí la cortina, es mejor dejar de ver a ese chico apuesto de ojos negros, pero muy bonitos, ok Rose concéntrate, solo es un chico, sí, sí.
Bajo a la sala a buscar mis cosas me encuentro a mi padre sentado en el sillón con una foto de mamá en sus manos, sé que ha Estado llorando, me dirijo a él, este me da una triste sonrisa.
-Estaremos bien-. Me dice.
Lo abrazo con fuerza, - lo estaremos papá.
"Lo estaremos. "
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Intense.
RomanceLes cuento mi historia. Mi nombre es Rose Johnson, una chica común y corriente como cualquier otra. Tenía un sueño ser escritora profesional, era mi mayor sueño pero, una tragedia arruino todo, perdí toda ilusión de mi vida, una parte de mí, no tení...