Capítulo 8.

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Eran las 8:30 de la noche cuando Melody ha llegado.

- Hola chica, he traído bebidas. 

Sonrió. - Gracias, ¿ha sido tú padre quien te ha traído? 

- Si y bueno, le he dicho que iba a quedarme a dormir aquí, espero no te moleste. 

- Claro que no, me alegra. 

- ¡Qué maravilla! Ya hasta se invita sola, ¿Qué sigue? ¿Mudarte? -. Habla Alvin desde la Sala.

Lo fulmino con la mirada. - ¿Qué hablas tú? Tú también vas a quedarte a dormir. 

Este levanta las manos. – Si, pero yo ya te lo había dicho. 

- Ah perfecto, la rata ya ha llegado. – Dice Melody.

- A como vuelvas a decirme así te voy a... 

- Ya estuvo bien, iré por unos vasos y algunos platos, pon la película y por favor no se maten mientras vuelvo. 

- Vale. - Responden estos, y se han sentado en el sillón un extremo del otro, si serán estos dos.

Al estar en la cocina he tomado los platos y los vasos, cuando estaba a punto de regresar he escuchado un ruido, me he asomado un poco por la ventana pero no había nadie, supongo era algún gato.

He vuelto con los chicos y estos estaban cruzados de brazos mirando cada quien por su lado.

Suspiro. - Muy bien, aquí tienen, Alvin pon la película. 

- Ok. 

Y la película ha comenzado.

Al cabo de un rato el escenario ha cambiado totalmente, Alvin y Melody ya no estaban alejados, ahora no se cómo Alvin estaba sentado en medio con la taza de palomitas en sus manos, y Melody y yo sentadas abrazadas a él, ella por un extremo, yo por el mío, la película sí que estaba dando miedo, he perdido la cuenta de cuantos gritos hemos dado, había empezado a llover, pues se escuchaban los truenos, vaya ambiente para una película de terror, los tres estábamos temblando, la película iba cuando cuatro amigos estaban escondidos del asesino, y este a punto de encontrarlos, las luces estaban apagadas, y el aire a mil, sentía que ya no podía seguir viendo la película, iba a morir del miedo, había empezado la música de misterio y se escucharon dos toques a la puerta, ¡AAA! El asesino los había encontrado, no hemos apretado más, estábamos mirando fijamente el televisor cuando la puerta se ha abierto de golpe y una silueta grande ha aparecido.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAA! - Hemos gritado los tres.

Alvin ha tirado las palomitas por todos lados.

- ¡El asesino! ¡El asesino! - He gritado.

Las luces se han encendido, enfrente de nosotros se encontraba un Alex de ojos negros y con el cabello medio mojado, con una ceja levantada.

- ¿El qué? Puedo ser lo que quieras, pero no un asesino. 

Los tres hemos mirado de arriba a abajo a este intruso, ¿Que hace aquí? ¿Cómo puede asustarnos así? Casi nos mata.

- ¿Eres loco? Nos pudiste haber ocasionado un infarto. - Le grita Melody.

- Si, ya, ya, no es para tanto. 

- ¿No es para tanto? ¿Cómo demonios se te ocurre aparecerte así? - Le grita también Alvin.

- Oye, he tocado, no es mi culpa que la señorita deje la puerta abierta siempre. 

¿La puerta abierta? Creo que después de este susto no volveré a dejar ninguna puerta abierta jamás en mi vida.

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