Capítulo 32.

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Miro mis compras no puedo creer cuantas cosas he comprado para Pequeñín, he comprado desde comida, accesorios hasta juguetes, creo me introduje mucho en el papel de madre.

Por suerte Pequeñín no era escandaloso, jugaba por un rato, comía y el resto se la pasaba durmiendo, mejor, así mi padre no se daría cuenta de su presencia.

El estómago me gruñe, tenía hambre, así que he caminado hasta la cafetería más cercana, he pedido una dona rellena, mientras me servían he mirado los mensajes de mi móvil.

Gusano:

Puede que te visite el próximo mes. ;)

Era Marco. Casi he dado un salto de alegría al leer su mensaje.

Yo:

¿En serio? ¿Vendrás?

Gusano:

Si, le he avisado a mi madre y no le ve nada de malo, dice que así es mejor, que me aleje de ciertas muchachas.

La Sra. Gloria, ella era un amor, siempre me trato con mucho cariño, pero solo a mí, ya que a todas las conquistas de Marco si tenía la oportunidad de corrérselas lo hacía, no estaba muy de acuerdo en la vida de mujeriego de su hijo, así que no permitía ninguna chica en su casa, solo a mí, siempre decía que yo era la buena influencia de su hijo.

Yo:

Me parece bien, entre más lejos que estés de esas zorras mejor.

Gusano:

Oye, ellas tienen sentimientos.

Yo:

Si claro, por cierto, adivina.

Gusano:

¿Qué?

Yo:

Tuve un hijo, wiii.

Gusano:

¿¡QUEEEEEEEEEEEEEEEEE!?

Rio, siempre pensando mal.

Yo:

Sí, es una ternura.

Gusano:

¿Te estas refiriendo a un cachorro?

Yo:

Si, ¿A qué más?

Gusano:

Ahh, menos mal, ¿Cómo has tenido ese cachorro?

Empecé a contarle toda la historia, que Alex se lo había encontrado, la pequeña discusión sobre el nombre y el gran plan de meter a el cachorro a escondidas por la ventana.

Gusano:

Vaya, estas volviéndote toda una delincuente, tu padre es policía, ¿No se da cuenta que ese vecinito tuyo se mete por tu ventana por las noches?

Yo:

No.

Gusano:

Que tragedia.

-Encontrarme contigo ya me parece obra del destino.

Alzo mi mirada, frente a mí se encontraba Hugo.

He vuelto a fijar mi vista hacia mi móvil. Este se sienta frente a mí sin ser invitado

-¿Podrías dejarme comer mi dona en paz?

Intense.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora