Capítulo 21.

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La noche ya había llegado, pronto iríamos todos a ese dichoso lugar llamado orgasmo, que nombre para una discoteca.

Melody ha llegado temprano, pues ha insistido en arreglarme.

-Te traje un vestido. –Me dice con una radiante sonrisa.

-Si es como el otro paso.

-Te lo pondrás, no iras a la mejor discoteca del pueblo con tu ropa de monja.

-¿Ropa de monja? Yo no me visto como una monja.

-Si lo haces. –Me toma de las mejillas. –Por suerte tienes una dulce amiga que vino para ponerte bella.

¡AUXILIOOOOO!

Después de un rato de peros y regaños me he bañado y me he puesto el bendito vestido, era de color rojo de tirantes, dejaba mis pechos y mi espalda al descubierto, y me llegaba mucho más arriba de la rodilla, Melody era más esbelta pero este vestido se ha adaptado a mi perfectamente como si fuese mío desde siempre.

-Tienes unas curvas de infarto Rose.

Me sonrojo, nunca he creído eso.

Melody parece notar mi reacción.

-¿Nunca te lo han dicho? –Me pregunta.

-La verdad, no.

-Pues yo te lo digo chica, eres bellísima.

Melody nota que no estaba muy convencida, esta me toma del brazo y me pone frente al espejo.

-¿Qué ves ahí? –Me pregunta señalando el espejo.

-Veo el reflejo de nosotras.

-No, no me mires a mí, mírate a ti, ¿Qué ves?

-A mí con un vestido muy ajustado.

Me da un golpecito en la cabeza. -¡Auch, Mel, dolió!

-Igual que la verdad. –Me dice. –Mírate, tienes unas curvas envidiables, un lindo trasero y ni hablar de tus pechos, eres una chica realmente hermosa, y no solo por fuera, por dentro eres estupenda, y no importa que ningún chico no te lo haya dicho, ¿Qué importa la opinión de un idiota? Lo importante es cómo te veas a ti misma, no permitas que comentarios de gente mediocre te afecten, eres linda a tu modo, como te veas a ti misma es lo que vale, siéntete hermosa y serás hermosa.

Sonrió, la verdad que sus palabras me han animado.

-Gracias. –Le digo.

-De nada. –Me sonríe. –Pero ahora vamos con el maquillaje y tu cabello también.

Ruedo los ojos, libérenme de esta loca.

Alex Griffin.

-¿Por qué tengo que ir yo? –Pregunto. -¿No pueden ir solo ustedes dos?

Miro a mi madre y a mi hermano que estaban arreglándose.

Mi madre pone sus brazos en jarras.

-Porque es el cumpleaños de Pablo y vamos por él.

-¿Se están dando cuenta que están metiendo a cinco menores de edad a una discoteca solo para adultos?

Esta me levanta una ceja. -¿Cuántas veces has ido a esa discoteca sin mi permiso?

Buen punto, fueron incontables las veces que Melody, Alvin y yo asistimos a esa discoteca, pero hace mucho tiempo que dejamos de ir, al menos yo había dejado de ir.

-Si, además, quiero divertirme. –Suelta Alvin.

-¿Mas que ayer? –Le miro.

-¿Qué paso ayer? –Pregunta mi madre.

-Nada, uy ya es tarde, ¿Nos vamos? –Dice Alvin saliendo del tema.

-Vamos.

Los tres hemos ido en dirección a la casa de Rose, suspiro no tenía ganas de asistir a una discoteca y mucho menos con estos locos, mamá se volvía loca después de varios tragos y no se me hacía buena idea estar junto a Rose, ayer casi la beso, y no quería que eso pasara.

Te desea.

Una vocecita se asoma por mi mente, sacudo mi cabeza, ¿Qué importaba? Era una niña que quería un rato de diversión, no iba a meterme con ella, mientras más alejado estuviera de ella mejor, nada iba hacer que cambiara de parecer.

Error.

Al llegar a la casa, estaban saliendo, Rose venia atrás, he abierto los ojos como platos, estaba hermosa, llevaba un vestido rojo que se le ajustaba a la perfección, tenía curvas perfectas, nada que ver con el cuerpo de una niña, iba maquillada sencillamente, llevaba la boca pintada de rojo, cualquiera que la mirara desearía fuertemente besarla, su cabello ya no estaba desordenado, pues lo llevaba suelto perfectamente liso, le llegaba hasta más debajo de los hombros, con el brillo de las luces podía reflejarse lo castaño de su cabello, ha alzado su vista, nuestros ojos se encontraron, la verdad, que la parte que más me gustaba de ella eran sus ojos, pues no tenía necesidad de abrir la boca para decir algo, sus ojos lo decían todo, cada emoción, cada expresión, era unos ojos realmente intensos si los mirabas con atención.

-Se te está cayendo la baba. –Dice Melody pasando delante de mí.

Rose se ha parado frente a mi mirándome.

-¿Eres tú? Ya no pareces una monja.

Por el rabillo del ojo he visto como Alvin y Melody se llevaban sus manos a su rostro, hasta yo lo hiciera, Rose se encontraba hermosa delante de mí, ¿Y a mí solo se me ocurría decirle que ya no parecía una monja? que idiota.

Esta me fulmina con la mirada y se aleja de mí.

Grandioso Alex, la has ofendido con tus idioteces.

-Muy bien, súbanse al auto. –Dice Pablo.

Todos hemos subido, Rose ha tenido que sentarse sobre las piernas de Marco ya que no cabía, este ha posado sus manos en sus caderas, he arrugado el ceño, no me gustaba que el la tocara.

Rose Johnson.

He ido por todo el camino con el ceño arrugado, "Ya no pareces una monja" Horas en arreglarme para que sus únicas palabras sean esas, suspiro, ¿Estaría mal? No lo creo, por primera vez me sentía realmente linda, y si a Alex no le parecía eso y solo le parecía una monja, esta noche iba a demostrarle todo lo contrario.

Prepárate Alex Griffin, ahora conocerás lo mala que esta monja puede llegar a ser.

Intense.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora