Ha pasado más de una semana desde la última vez que vi a Alex, no respondió a mi dulce mensaje, Alvin me visitaba pero no le preguntaba nada, no quería saber nada de él, tampoco lo he visto en la ventana, no lo he intentado espiar lo juro.
Hoy había una tarde un poco calurosa, solo un poco ya que en este pueblo el frió en cada esquina era peor.
Pero estaba empezando a acostumbrarme, incluso podía decir que el frió estaba gustándome.
Estaba en la cocina preparándome mi desayuno cuando he oído la puerta, mis manos estaban llenas de harina así que rápidamente me las he lavado y secado, luego me he ido a ver quién era.
Cuando he abierto la puerta, mis ojos se abren como platos, justo delante de mí con una gran sonrisa era Marco, mi mejor amigo.
Sin decir nada siquiera me he abalanzado sobre el llenándolo de besos.
-¿Qué demonios haces aquí? –Le pregunto. -No me avisaste.
Este me sonríe. –Le he enviado a tu padre, quería que fuese una sorpresa.
-Y vaya sorpresa, ¿Vas a quedarte?
-Por supuesto, no he tenido un largo viaje para nada.
-Puedes quedarte a vivir aquí si quieres.
Lleva su mano a su barbilla frotándosela. –La verdad no sería mala idea, pero prefiero el calor, este clima es insoportable.
-Que va, luego te acostumbras.
-¿Ya has cambiado el calor por el frió? –Me pregunta con la boca abierta.
-Podría decirse.
-¡Pero que traición! – Dice fingiendo una mueca de decepción.
-Pero pasa hombre.
He cerrado la puerta y me he lanzado a abrazar a Marco una vez más.
Este me devuelve el abrazo.
-Vaya, si este siempre va hacer mi recibimiento vendré a visitarte todos los días.
Rio, la verdad estaba muy feliz de que estuviera aquí.
-Y cuéntame, ¿Qué estabas haciendo?
-Estaba por hacer el desayuno. –Le guiño un ojo. -¿Quieres?
Este junta sus manos como si fuese a rezar.
-Por supuesto, no te imaginas cuanto extraño tus comidas, además muero de hambre.
-Un desayuno en camino entonces.
-¡Yeii!- Exclama este en alegría.
Alex Griffin.
Estaba muriendo de hambre, mamá ha tenido que salir de emergencia al hospital, pues es enfermera, y no le ha dado oportunidad de preparar el desayuno, mofo, tenia de admitir que me era pésima la cocina, así que me puesto a trotar por el vecindario, estaba exhausto, pues llevaba como dos horas trotando, por lo general siempre trotaba treinta minutos, máximo una hora, pero hoy estaba frustrado, tengo la costumbre de ahogar mi frustración trotando o golpeando a alguien, y como no tenía mi saco de boxeo me he decidido por trotar, mejor dicho correr.
Empecé a caminar en dirección a mi casa, podía ver algunas muchachas, incluyendo mujeres mayores salir "disimuladamente" a la calle, algunas a pasear a su perro, recoger las cartas en sus buzones, pero en realidad lo que hacían era quedarse mirándome como bobas, sonrió, la verdad eran patéticas.
Casi estaba llegando a mi casa, he pasado delante de la casa de Rose, llevaba más de una semana sin verla, Alvin me ha dicho en repentina ocasiones que lo acompañase a su casa junto a Melody, pero la verdad no he tenido ganas de verla, he visto como me miraba la última vez en la cena, no quería que se hiciese ideas equivocadas conmigo, es solo una niña para mí, aunque me gustaba molestarla de vez en cuando.
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Intense.
RomanceLes cuento mi historia. Mi nombre es Rose Johnson, una chica común y corriente como cualquier otra. Tenía un sueño ser escritora profesional, era mi mayor sueño pero, una tragedia arruino todo, perdí toda ilusión de mi vida, una parte de mí, no tení...