Capítulo 13.

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El ruido de que alguien tocaba la puerta me ha despertado, ¿Quién podría ser? A duras penas bajo las escaleras. Al abrir delante de mí se encontraba Melody.

-Hola – Me dice esta con una sonrisa.

-¿Sabes qué horas son? Es domingo, puedo dormir hasta tarde.

-Lo sé – No me mira, mantiene su mirada en el suelo. –Pero te debo una explicación de todo lo que paso.

-Pasa, puedes decirme – Le señalo el sillón para que pueda sentarse, segundos después me siento junto a ella.

Melody resopla. –Espero que después de lo que voy a decirte, no te alejes de mí, sé que puedo no ser una buena amiga pero si necesito una.

Le sonrió y tomo una de sus manos. –No te preocupes, nadie puede juzgar tu pasado Mel, eso solo lo haces tú.

Esta me devuelve la sonrisa. –Vale – Toma un poco de aire. –Hace casi tres años atrás estuve en una situación complicada, mi vida era estar en cada fiesta que hubiese, llegaba a mi casa a muy altas horas de la madrugada, incluso había días en lo que dormía fuera, hasta que en una fiesta conocí a Alfred, el sujeto de ayer, fui a esa fiesta con una amiga mía - Melody desvía su mirada, su voz ahora era diferente como si le costase hablar.

-Ese sujeto nos ofreció drogas, éramos unas niñas inmaduras en ese tiempo así que aceptamos, las consumimos por años, hasta el punto que pensábamos que sin eso no podíamos vivir, yo caí en muchos problemas, tanto físicos y emocionalmente, mis padres se enteraron y me prohibieron acceder al dinero, así que me dirigía a Alfred prometiéndole que iba a pagarle, hasta el punto en que llegue a deberle demasiado dinero, sus hombres me seguían, me amenazaban, tenía que pagar esa deuda. –Sus ojos se llenaron de lágrimas, se me encogía el corazón verla de esa forma. – Por eso fui a la fiesta, para pagarle, iba a darle el dinero, pero... -Hizo una pausa. –Me dijo que ya no quería el dinero, que quería algo más si sabes a lo que me refiero, me negué obviamente, así que salí inmediatamente de ahí, me arrepiento de verdad en haberte llevado, pero eras la única persona que estaba conmigo en estos momentos, mis amigos o si a esos se le podían llamar amigos después de verme en esa situación empezaron a alejarse de mí, decían infinidades de cosas sobre mí, me di cuenta que la palabra amigo le queda grande a muchos y no cualquiera puede serlo, por favor Rose perdóname por eso.

Sin pensarlo la abrazo. –No tengo que perdonarte nada Mel, solo querías enmendar un error.

Duramos unos segundos abrazadas. –Pero dime, ¿No has vuelto a consumir?

-No, créeme que no, no lo haría otra vez, he superado mi problema créeme, pero sé que Alex y Alvin piensan que no es así, lo vi ayer en sus caras, estaban decepcionados, solo quisiera que me creyeran.

-¿Por qué no intentarlo? – Le digo.

-¿Qué?

-Vamos, de todas formas viven aquí al lado, habla con ellos, no tienes nada que perder.

-¿Estas segura? No creo que sea buena idea, no van a creerme.

-Eso no lo sabes, si no lo intentas no lo sabrás.

Mel lo piensa por unos minutos hasta que por fin se decide.

-Muy bien, vamos.

-Vamos – Digo con todo el entusiasmo del mundo, espero que mi idea funcione.

Alex Griffin.

"Me gusta" las palabras de Alfred referente a Rose me invadían en la mente, me hervía la sangre de solo recordar su tono y su asquerosa sonrisa, y pensar que podía intentar algo con ella me enfurecía aún más. Rose no es una persona para ese mundo, se le notaba, tenía mucho camino como para destruirse, "Si le pones una mano encima te mato" sabía que esa reacción podía provocar a Alfred, hace mucho tiempo que no actuaba de esa forma por una chica, normalmente me valía un pepino, pero solo pensaba en Rose involucrada de algún modo con ese sujeto perdía la cabeza, sacudo mi cabeza, ¿Alex que está pasando contigo?

Intense.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora