Capítulo 44.

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Han pasado dos semanas desde que fuimos a ver al padre de Alex y aun no tengo idea de cómo preguntarle si estaba al tanto del embarazo de Amanda y del informe de su padre.

Salgo de la estación de policía para dirigirme a casa, recuerdo que la tienda de Guillermo queda como a tres cuadras, ¿Podre preguntarle? Camino hacia la tienda.

El letrero dice abierto así que sin más entro, adentro olía pintura no era un olor desagradable al contrario.

-¿Rose? Que gusto.

Guillermo se encontraba arriba de una escalera terminando de colocar un cuadro, al verme me ha sonreído.

-Lo mismo digo. –Le devuelvo la sonrisa.

Este baja rápidamente de las escaleras para darme un abrazo. -¿Qué te hace venir a este humilde lugar?

Mi sonrisa se borra, Guillermo me mira extrañado. -¿Pasa algo?

Tardo unos segundo en hablar pero lo miro hacia los ojos. -¿Puedo preguntarte algo y no te molestas?

Levanta su ceja. –No me molesta nada de ti, ¿Dime?

Saco mi móvil, y le enseño las fotos. –Mira.

Él toma el móvil y empieza a ojear las imágenes, por un momento su rostro se puso pálido, me mira. -¿Dónde has sacado esto?

-Este, las tome de los informes de ese hospital.

-¿Qué hacías en ese hospital?

-Un informe del colegio.

Este parece no estar muy convencido.

-¿Tu lo sabias? –Pregunto.

Suspira. –Si sabía lo de su embarazo, pero no lo de su estancia en el hospital, mis padres me dijeron que era un centro de rehabilitación.

-Alex me contó que ella estuvo unos meses en rehabilitación que luego volvió, ya tenía un mes de embarazo cuando eso, ¿Qué paso con los demás meses?

Guillermo se sienta sobre un sillón, lleva su mano a su cuello con frustración. –Estuvo cuatro meses en rehabilitación, a partir de su segundo mes de embarazo lo perdió.

-Qué horror, ¿Quién sabia sobre su estado?

-Solo yo lo sabía, nunca supe si mis padres se enteraron.

-¿Alex nunca lo supo?

-No, ella no quería que nadie lo supiera, ni siquiera el, porque...

Se torna el silencio. Me siento junto a él tomándole la mano. –Puedes confiar en mí.

Me mira, sus ojos se veían cristalinos, me sonríe con dificultad. –El hijo que Amanda estaba esperando no era de Alex.

Mis ojos se abren totalmente, quedo paralizada.

-¿Qué?

-Así como dije, no era hijo de él.

-Pero ellos estaban juntos ¿no?

-Si.

-¿Entonces por qué...?

-No lo sé, cuando me lo confeso, solo me dijo que no pensara mal de ella, que cuando llegara de rehabilitación me contaría todo, pero no fue así. –Su voz se escuchaba entrecortada. –Yo tuve que irme a Francia por estudios, así que yo no estaba aquí cuando ella volvió, la llame pero dijo que iba a explicarme todo personalmente, faltaban dos meses para volver pero las cosas aquí empeoraron, ella volvió a las drogas, un día me llamo diciendo que allá había perdido a su bebe, estaba muy mal por eso, y las drogas estaban acabando otra vez con ella, la última llamada de ella fue diciéndome que estaba aterrada, en peligro, y Alex no quiso ayudarla, trate de calmarla pero colgó. –Ahora sus palabras destellaban furia. –Después lo último que supe de ella fue que murió, al llegar aquí ni siquiera pude reconocer su cuerpo, estaba irreconocible.

-¿Piensas que Alex le hizo eso?

-No. –Me contesta rápidamente. –O no lo sé, no lo creo capaz, pero no estuvo para ella, mientras mi hermana se destruía poco a poco el solo se revolcaba con esa Alisson, si tanto quería a mi hermana ¿Por qué no estuvo con ella?

Las lágrimas se asomaban por sus ojos, lo abrazo con fuerza, este me devuelve el abrazo.

Me separo un poco de él. –Alex se arrepiente mucho de eso, créeme.

-No vale los arrepentimientos, lo que importaba era su acción.

-Lo sé, ella volvió a buscar a Alex, pidiendo un poco de dinero para...

-¿Qué? –Me interrumpe. -¿Volvió a buscarle? Amanda me dijo que no había vuelto a ver a Alex, que no le vería hasta que sus problemas se acabaran.

-Pero ella lo busco de nuevo, pidiéndole dinero, Alex se negó rotundamente porque pensó que el dinero era para comprar las drogas, después de ese día no la volvió a ver, y lo último que supo fue que la hallaron muerta en el bosque.

-Me doy cuenta que nunca pudo superar su adicción.

-Pero aún no sabemos quién era el padre del bebe. –Digo.

-Ni tampoco por qué en vez del centro de rehabilitación estuvo en el hospital psiquiátrico. –Me dice.

-¿Por qué no le preguntas a tus padres?

-Lo dudo. –Niega con la cabeza. –Mamá se encuentra viviendo quien sabe dónde, lo único que se de ella es las cosas que me cuenta por teléfono cada mes y siempre un numero distinto.

-¿Y tu padre?

-No supe más de el después de la muerte de Amanda, nuestra familia se desintegró totalmente.

Suspiro. –Creo que mi investigación muere aquí.

-No lo creo. –Dice levantándose.

-¿Qué? –Me levanto también.

-Gracias a ti me has dado ganas de retomar el pasado de mi hermana, había muerto el tema cuando murió, pero hay muchas preguntas ahora. –Me toma de las manos. –Rose, tenemos que descubrir la verdad.

-¿Cómo piensas hacerlo?

-No lo sé, pero debemos intentarlo, ¿Me ayudarías?

Lo pienso por un minuto, Amanda era una total desconocida para mí, pero nada de ella me cuadraba, maldigo el instinto de periodista de mi madre, de igual forma estaría ayudando a Guillermo a saber de su hermana, tendré que hacerle caso a mi presentimiento, espero y no me meta en problemas.

Suspiro. –Vale voy a ayudarte.

-Gracias. –Me contesta este abrazándome.

Investigación sobre Amanda Barrer iniciada.

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