Capítulo 35.

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"Que tan caliente estas" Imbécil, doy pequeños golpes sobre mi almohada, era un imbécil y más imbécil era yo en seguir haciéndome ilusiones con él, tienes que entender por una vez de todas que el solo juega contigo Rose, deja de hacerte ideas equivocadas con él, así como te besa a ti, besa a la zorra, de seguro y era rubia, claro, sus preferidas.

Mi móvil suena, era un mensaje.

Melody:

¡NECESITO TU AYUDA!

Uy y en mayúsculas, ¿Qué le habrá pasado a esta loca?

Yo:

¿Qué pasa?

Melody:

Ven a mi casa, dile a tu padre que vas a quedarte.

¿Y es que era muy fácil? Decirle de momento papá voy a quedarme por fuera, ¿Era muy fácil?

Melody:

Tu padre trabaja hasta muy tarde, si te quedas no se dará ni cuenta.

Me envía como si me hubiese leído el pensamiento.

Yo:

Vale voy para allá.

Después de un rato me he bañado, cambiado, he metido algunas cosas en mi bolso, le he dejado a Pequeñín una cantidad decente de comida, he cerrado la puerta y me he ido camino a la casa de Melody.

Eran ya las siete de la noche cuando he llegado, he tocado la puerta y una señora idéntica a Melody pero con algunos años de más me ha recibido.

-Buenas, ¿Se encuentra Melody?

-Ah, tú debes de ser Rose, un gusto soy Mary la mama de Melody. –Me dice amablemente.

-Por fin has llegado. –Melody sale de repente agarrándome de la muñeca y llevándome hacia arriba.

-Fue un gusto Sra. –Digo rápidamente antes de desaparecer.

Una vez en su cuarto, me ha empujado sobre la cama.

-¿Qué te pasa? Me estas asustando.

Esta me mira con horror.

-Uy.

-Voy a morir. –Dice tirándose sobre la cama.

-¿Qué pasa?

Esta se sienta rápidamente tomando mis manos sobre las suyas. -¿Qué probabilidad hay de que me acompañes a una fiesta?

Me alejo lo más posible de ella. –Ni lo pienses, la última vez que fui contigo a una fiesta recuerda lo que paso.

Esta rueda sus ojos. –Sí, pero no es para allá que vamos, vamos para donde Víctor.

-¿Quién?

-Víctor es un amigo de los chicos, hoy esta de cumpleaños y ha organizado una pequeña fiesta.

-¿Y?

Esta me mira con desesperación. –Alvin estará ahí.

-¿Y?

Me fulmina con la mirada. –También ira Melisa.

-¿Y esa es?

-Una zorra que quiere con él.

Me siento junto a ella con una pequeña sonrisa. -¿Celosa?

Este pone ojitos de cachorro. –Si, por favor, ¿Vamos? –Pone sus manos en forma suplicante.

-Vale con una condición. –Le digo.

-¿Cuál?

-Que después que vayamos me cuentes tu historia con Alvin.

-Hecho. –Y salta de alergia. –Te amo tanto.

-Sí, sí. –Hago un ademan con la mano.

-Muy bien, ahora...

-No me diga. –La interrumpo llevando mi mano hacia mi rostro. –Hora de los vestidos.

-¡Siii!

Sálvame Dios.

Después de casi dos horas de vestidos, suplicas y maquillaje estábamos listas, Melody llevaba un vestido negro con escote desde sus pechos hasta su vientre, no dejaba nada a la imaginación, pero se le acentuaba perfectamente a sus curvas. Yo llevaba un vestido rojo completamente destapado de pechos y no sé porque demonios era un poco transparente.

-¿Por qué no puedo usar mis panties?

-Porque con ese vestido no se usan, no ves lo bien que se ve tu trasero. –Me dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-No sabes cuánto te odio. –Le digo mirándola arrugando el ceño.

-Lo sé, ahora vámonos.

Iba a abrir la puerta cuando esta me ha parado.

-Por ahí no, mis padres no saben que iremos a una fiesta.

-¿Qué? ¿Cómo saldremos de aquí?

Esta apunta con su dedo la ventana. –He puesto una escalera, por ahí saldremos.

La miro horrorizada. -¿Estas demente? Lo de la ventana es contagioso me doy cuenta.

-Vamooos.

-No pienso salir por la ventana Mel.

-Por favor, es la única forma.

-No, ¿Y si tus padres deciden entrar?

-Ya les he dicho que íbamos hacer tareas, que me he traído un poco de comida, que por favor no nos molestaran.

Vaya, la condenada había pensado en todo.

-Vamos, Alex va a morirse cuanto te vea así.

He alzado una ceja. -¿Alex también ira?

-Por supuesto es el mejor amigo de Víctor, no se perdería la fiesta.

Rechino. –Vale, vamos.

-¡Yeiiiiis!

Y así una por una ha salido por la ventana como dos ladronas, una vez afuera un taxi nos esperaba.

-Fiesta aquí vamos. –Comenta esta.

Padre nuestro que estas en los cielos.

Intense.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora