Capítulo 42.

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Los besos eran cada vez más frenéticos, sentía unas enormes ganas de tocarle, agarro con fuerza la camiseta para quitársela, observo con atención el abdomen de Alex, me encantaba verle así, este me toma del cuello para besarme con fuerza. El corazón me latía de manera frenética, sus ojos negros me miran con intensidad liberándome de mi camisa, lleva su mano hacia mi espalda desabrochando mi brasier, por instinto he llevado mis manos a mis pechos.

-No te cubras, siente segura para mí. -Dice con su voz ronca.

Aparto mis manos, quedo expuesta, este me mira con un brillo en sus ojos, sonríe. –Perfectos.

Lleva sus manos a mis pechos apretándolos con fuerza mientras deja húmedos besos por mi cuello, mete un pezón en su boca, jugando con su lengua y mordisqueándolo ligeramente, un gemido escapa de mis labios. Alex sube su mano lentamente por debajo de mi falda, hasta mi parte húmeda, me despoja de mis panties subiendo mi falda, dejando húmedos besos por mi vientre y en el interior de mis muslos. Se abre camino entre mis piernas mientras me mira con deseo, una sonrisa traviesa se dibuja en su rostro, inclina su cabeza mientras me recorre con besos hasta descender hacia mi vagina.

Me arqueo un poco y un gemido sale de mi cuando su dedo entra en mi interior, gemidos fuertes salen de mí mientras me penetra con sus dedos más rápido, dentro, fuera, dentro, fuera, con mucha fuerza.

-¿Te gusta? –Me pregunta sacando su dedo de mi interior.

-Ah, sí. –Digo necesitando de nuevo su contacto.

Alex me sonríe y luego le da una lamida a mi zona húmeda mientras una descarga eléctrica me recorre por todo mi cuerpo, tomo su cabello con fuerza, un gruñido sale de su boca, suelto un gran gemido cuando su dedo me penetra de golpe mientras su lengua juguetea con mi punto.

Aumenta su ritmo, adentro, afuera, adentro, afuera.

Siento como una corriente recorre mi zona, mis piernas tiemblan, y su ritmo se hace más frenético. No puedo controlar mis gemidos que salen uno por uno, echo mi cabeza hacia atrás. Alex abandona mi punto pero no sacando su dedo, esta vez me penetra con otro, dándole más deprisa, más fuerte. Su mano libre toma mi barbilla atrapando mis labios, adentrándose a mi boca, jugando con su lengua y la mía, un beso demandante.

Suelto gemidos mientras sigue penetrándome, el gruñe sobre mis labios, siento como la descarga se apodera de mi cuerpo, haciendo que sientas pasmo en mi zona, me arqueo sobre su mano, sujetando sus hombros con fuerza, el orgasmo llega a mí, muerdo su labio con fuerza, este sonríe. Mi respiración es frenética, Alex me mira depositando un tierno beso en mis labios.

Alex Griffin.

El reflejo del sol que entra por la ventana logra despertarme, me remuevo un poco sobre la cama, dándome cuenta que algo está sobre mi brazo, me giro un poco, Rose estaba dormida, su cabello estaba desordenado, su rostro parecía angelical, sonrió aunque en el fondo sé que es perversa, mi pequeña sádica pienso, sus labios estaban un poco hinchados, retiro lentamente la sabana, esta se encontraba solo con la falda, recorro su cuerpo con mi mirada, era realmente hermosa, me fijo en sus pequeños, tenía grandes marcas de mordidas, sonrió orgulloso.

Recorro con un dedo su rostro, era suave y tibio, esta se remueve un poco. Sonrió.

De pronto caigo en la realidad, maldición, llegue muy lejos con ella, cálmate Alex no es como si hubieran tenido sexo pero, ¡Maldición! Digo que tengo que alejarme de ella, que no quiero que tenga ideas equivocadas conmigo, ¿Y qué es lo primero que hago? Lanzarme de cabeza a ella, maldigo, no puedo razonar cuando estoy con ella, no quiero hacerle daño, no puedo prometerle algo que no podre darle, ella no es una chica de solo un acoston y ya.

¿Por qué mierda no podía solo alejarme de ella y ya? La miro con atención.

-¿Qué estás haciéndome? –Susurro.

Escucho un ruido abajo, me levanto lentamente para no despertarla, tomo mi camisa, pero antes de ponérmela veo ligeros mordiscos por mi abdomen, sonrió que sádica más salvaje.

Al llegar a la sala, puedo ver un rastro de prendas, al llegar al sillón veo a un Alvin desnudo y una Melody tapada con sus brazos sobre el sillón, me divierte la escena.

-¿No podían follar en otra parte?

Estos se sobresaltan, levantándose rápidamente, Melody se cubre rápidamente mientras Alvin trata de analizar la situación.

-¿Qué? –Me pregunta perdido.

-¿En serio? ¿En el sillón?

Este sonríe para luego levantar su ceja. –Podíamos a verlo hecho en la habitación pero ya estaba ocupada por unas personas. –Dice guiñándome el ojo.

Maldición.

-No sé de qué hablas. –Digo restándole importancia.

-¿Ah no? –Melody se dirige hacia mí ya vestida. –Si hasta acá se escuchaban los gemidos.

Unos deliciosos gemidos, sacudo mi cabeza.

-Deben de estar confundiéndolos con los suyos.

Melody sonríe de oreja a oreja. –Umm no lo creo, conozco mis gemidos y esos no eran los míos.

Los miro con frustración. –Bueno ya, suficiente.

Ambos sonríen como idiota.

-¿Qué tal es? –Me pregunta Alvin.

Melody y yo lo fulminamos con la mirada.

Este levanta sus manos. –Vale, vale, yo solo preguntaba.

-No hicimos nada. –Contesto desviando la mirada.

-¿Nada? Si escuche los gemidos.

-No hubo sexo. –Les digo mirándolo de mala gana.

Ambos abren los ojos como platos.

-¿No? -Alvin me mira de arriba abajo. –Vaya, estas perdido. –Dice en una sonrisa.

Lo fulmino con la mirada.

-Creo que nuestro migo se nos está enamorando. –Comenta Melody con un silbido.

Por supuesto que no, yo no me enamoraba, lo mío era probar aquí y alejarme completamente, pero si siquiera había tenido sexo con Rose y ya tenía ganas de probarla otra vez, ¿Qué mierda me pasa con ella?

Miro a ambos, estos me sonríen.

-Si siguen mirándome así los golpeare.

-Sí, si –Contestan.

Mi móvil suena, frunzo el ceño cuando veo el número.

-¿Alo?

-¿Señor Griffin? Por favor ¿Podría venir? Ha intentado cortarse las venas.

Un escalofrió me recorre, hace mucho que no llamaban.

-¿Qué pasa? –Pregunta Alvin notando mi reacción.

Lo miro, parece adivinar mis pensamientos, su expresión cambia.

-¿Iremos? –Me pregunta.

-Vamos. –Afirmo.

Mientras caminaba hacia el auto doy un largo suspiro, hace mucho tiempo que no visito ese lugar.

Intense.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora