Capítulo 55.

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Caigo al piso, el dolor inunda todo mi cuerpo, cierro mis ojos con fuerza, lo único que pude escuchar fueron los dos disparos, he quedado aturdida, al estar en el suelo me fijo que mis manos se encuentran mojadas, abro mis ojos, quedo paralizada. Guillermo estaba en el suelo con un disparo en el pecho, la sangre salía rápidamente de su herida, estaba inmóvil, todo estaba en cámara lenta, pude ver como Hugo salía corriendo del depósito, el hombre del arma se encontraba tirado en el piso, Melody estaba de rodillas apuntándole con lágrimas en sus ojos, Alvin también estaba tendido en el suelo con una herida de bala, mis lágrimas salen, ¿Guillermo y Alvin estaban muertos? Por favor no.

Mire a Alex quien golpeaba abruptamente a Alfred, tenía sus manos cubiertas de sangre, Alfred no se movía, iba a matarle.

-¡Alex! –Grito levantándome con dificultad y corriendo hacia él. Este estaba cegado por la ira, su rostro me daba temor, no parecía el, no era él. Lo tomo del brazo tratando de separarle. -¡Basta! Tú no eres un asesino, tú no eres el. –Tomo su rostro entre mis manos. –Mírame, estoy aquí, estoy bien, ¡Alex mírame!

Alex me mira fijamente, puedo ver sus lágrimas asomándose en sus ojos, se levanta alejándose de Alfred sin soltarme, toma mi rostro con sus manos. -¿No te perdí?

Niego con la cabeza, Alex me abraza con fuerza. –Estoy contigo. –Digo.

Escucho las sirenas acercándose, era la policía.

-N-o... no voy a morir viéndote feliz.

Volteamos Alfred nos apuntaba con el arma con la cara ensangrentada, le temblaba el pulso.

-¡Dispara de una vez! –Le grita.

Alfred se lleva la mano al rostro limpiando el rastro de sangre que caía en sus ojos, al mirar Alex le apuntaba con un arma.

Cierro mis ojos tomando a Alex con fuerza, otro disparo suena. Al abrir mis ojos veo el cuerpo de Alfred tirado en el piso, el disparo provino de Alex.

Lo abrazo. –Tranquilo.

La policía entra, no soportaba más el dolor, mi cuerpo se desploma en el suelo, Alex me sostiene, puedo ver a mi padre y a Albert corriendo hacia a mí, los paramédicos entraron, me colocaron en una camilla, Alex corre junto a Melody quien acompañaba el cuerpo de Alvin, luego mira a Guillermo, podía ver tristeza en sus ojos, mi padre toma mi mano diciéndome que todo iba a estar bien, fue lo único que escuche antes que mis ojos se cerraran.

Alex Griffin.

Mi padre me abraza. -¿Por qué no me dijiste lo del secuestro? Hubiéramos ayudado.

-No quería poner en peligro a más personas, creí que podía solo, pero en cambio he puesto en peligro a los que quiero.

-No es tu culpa hijo, tu hermano y Guillermo se mejoraran.

No estaba seguro, estaban subiendo sus cuerpo inmóviles y pálidos, sé que la herida fue fuerte y todo por mi culpa, si no hubiera sido por mi impulso no me hubiera lanzado encima de Alfred, Guillermo no se hubiera puesto delante de mí para recibir el impacto, Alvin no se hubiera metido para detener al otro hombre, si hubiera mantenido mis distancias con Rose nada de esto hubiera pasado. Maldigo para mis adentros.

Mi padre me apunta con un dedo acusatorio. –Ni se te ocurra Alex, ya ella está bien, tú la quieres no vayas alejarte de ella.

Me conocía perfectamente bien, lo fulmino con la mirada. – ¡Mira lo que ha tenido que pasar por mi culpa! Hubiera sido mejor seguir tratándola como un juguete, tal vez si hubiera dejado a Guillermo quedarse con ella esto no hubiera pasado, Guillermo y mi hermano estuviera bien. –Le devuelvo el gesto. -¿Tu sabias que Alfred era nuestro tío?

Mi padre agacha su cabeza. –Si.

-¿Por qué todo en esta familia es un maldito secreto? ¿Por qué aseguraba que mi abuelo era un asesino? ¿O vas a ocultármelo también?

-¡Tu abuelo no es un asesino!

-¿¡Entonces por qué!?

-Alfred siempre le tuvo odio porque nunca lo reconoció como un hijo, no fue porque no quería, su padre, mi abuelo lo obligo a desentenderse de ese niño, era apenas un adolescente que estaba en el mundo del alcohol y las fiestas cuando tuvo una aventura con una mujer del barrio.

-¿Y eso que tiene que ver con ser un asesino? –Pregunto impaciente.

-La madre de Alfred, su hermano, ellos murieron, Alfred culpo a mi padre, era sospechoso de sus muertes.

-¿Y fue el culpable?

-¡No! Esa es una historia que tu abuelo tendrá que contarte, ahora vayamos rápido al hospital.

No hemos subido al auto, después de un rato hemos llegado al hospital, mi madre y los padres de Melody ya estaban ahí.

-¿Estas bien? ¿Y tu hermano?–Pregunta mi madre.

-Debí ser yo. –Respondo.

Ella me mira confundida hasta que su vista se fijó en las camillas que entraban y los cuerpos que estaban en ella, Alvin, Guillermo.

Pude ver unas bolsas negras en las manos de unos de los paramédicos, cierro mis ojos con fuerza abrazando a mi madre, ellos no merece morir, no por mí.

Intense.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora