La alarma de móvil ha sonado, 5:30am, mierda, la había programado para que sonara a las 3, mi padre debe estar a punto de llegar a la casa, me he levantado rápidamente, miro a Melody que se encontraba dormida con la boca abierta, no iba a despertarla así que he tomado mis cosas y he salido rápidamente de la casa, ¿Tomo un taxi o corro hacia mi casa?
Un taxi ha pasado, le he sacado el dedo rápidamente, al subirme le he dado la dirección y este ha conducido rápidamente. Después de unos minutos he llegado, le he pagado al taxista y he corrido rápidamente a la casa, al entrar he cerrado la puerta, misión cumplida.
-Rose Meredih Johnson Grey. –La voz de mi padre.
Mierda, si una cosa era obvia, es que cuando mi padre me llamaba por mi nombre completo significaba que estaba en problemas.
Me he girado, este tenía sus brazos cruzados y una cara no muy amistosa. ¿Sera que supo que era yo la que estaba también en ese vehículo? ¿Me habrá visto?
-Dime papito querido. –Le digo poniendo mi mejor sonrisa.
-Nada de papito querido. –Me dice. -¿Dónde diablos estabas?
-Me he quedado donde Melody.
-¿Por qué no me has dicho?
-Te deje una nota sobre la mesa.
-Ahí no había ninguna nota.
-Debe haberse volado con el viento.
Este me mira por unos segundos. –Vale, pero necesito que me expliques algo.
Listo, aquí fue, sabía todo, iba a castigarme, un vida castigada.
-¿Qué hace un cachorro en tu habitación?
Alivio, era lo que sentía en este momento.
-Es mi hijo. –Le digo sonriendo.
Me levanta una ceja. -¿Tu qué?
-Mi hijo.
-¿Por qué no me he enterado que tenías un perro?
-Alex se lo ha encontrado, su madre no quería tener perros grandes en la casa, por lo que me lo han encargado a mí, he aceptado, es muy tierno, y no sabía si ibas a dejar que me lo quedara.
-¿Cuánto metiste a ese perro?
-Un día que no estabas. -No iba a decirle que lo habíamos metido por la ventana.
-Sabes que puedes pedirme lo que quieras cariño, no voy a negarte tener un perro.
Le abrazo. –Gracias papá.
Este me da un beso. -¿Quién es el padre?
-Alex.
Este sonríe, no me agradaba su sonrisa. -¿Estas criando un cachorro con Griffin?
-Sí, algo así.
Ríe, -Ya veo, por cierto, anoche casi lo arresto.
-¿Ah sí? –Finjo sorpresa.
-Sí, su auto había perdido el control, pensé que iban a tener un accidente, que descuido.
-Claro, mucho descuido por su parte. –Contesto tratando de parecer relajada.
-Sí, sube a tu habitación, el cachorro creo que quiere comida.
-Claro.
Al entrar a mi habitación Pequeñín me ha recibido muy contento, lo he tomado en mis brazos.
-Mami también te ha extrañado bebe.
Después de haberme bañado, cambiado me he acostado sobre mi cama. Mi móvil ha sonado era un mensaje.
Ojitos intensos:
¿Ya has llegado a tu casa?
Yo:
Si, hace rato.
Ojitos intensos:
¿Qué te ha dicho tu padre?
Yo:
No sospecho nada, pero descubrió la existencia de Pequeñín.
Ojitos intensos:
Mierda, ¿Quiere que te deshagas de el?
Yo:
No, al contrario, me ha dejado quedármelo.
Ojitos intensos:
Qué alivio, por cierto, ¿Te ha gustado el beso?
De solo recordarlo me ruborizo.
Yo:
¿Qué beso? ¿De quién?
Ojitos intensos:
¿Ah no te acuerdas? Qué pena, debí haberme confundido de boca.
Malnacido.
Yo:
De seguro y la zorrita rubia.
No, espera, no te envíes, no te envíes, enviado. Coño.
Ojitos intensos:
¿Celosa?
Yo:
Quisieras, ¿No te dije que no volvieras a besarme jamás en tu vida?
Ojitos intensos:
Tus ojos y tu cuerpo me pedían a gritos que lo hiciera linda.
Ay si, como no, si pensaba que iba a derretirme con sus palabras estaba equivocado.
Yo:
Por favor, puedo vivir sin tus besos.
Ojitos intensos:
¿Segura?
Yo:
Si.
Ojitos intensos:
Comprobémoslo.
Yo:
¿Como?
Ojitos intensos:
Hagamos una apuesta, yo no te besare, ni siquiera voy a intentar tocarte, si lo hago, pierdo.
Yo:
Ummm, me parce una buena apuesta, ¿Y cómo pierdo?
Ojitos intensos:
Si tú me pides que te bese, que te toque, que te haga mía, tu perderás.
Sus palabras me ocasionan un escalofrió.
Yo:
¿Qué ganaremos?
Ojitos intensos:
Si yo pierdo te llevare a la feria que abra al final del mes, pero si tu pierdes, tendrás que quedarte en mi casa, dormirás conmigo.
¿Qué? ¿Acaso estaba delirando?
Después de unos minutos me ha mandado otro mensaje.
No hay respuesta, ¿Te acobardas niña?
No era ninguna niña, voy a demostrarte que si puedo ganarte.
Yo:
Para nada, acepto tu apuesta.
Ojitos intensos:
Perfecto, que gane el mejor preciosa. ;)
No sé en qué me estaba metiendo, pero no podía decirle que no, veremos quién de los dos tendrá más fuerza de voluntad.
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Intense.
RomanceLes cuento mi historia. Mi nombre es Rose Johnson, una chica común y corriente como cualquier otra. Tenía un sueño ser escritora profesional, era mi mayor sueño pero, una tragedia arruino todo, perdí toda ilusión de mi vida, una parte de mí, no tení...