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La habitación del hospital se encontraba iluminada por una tenue luz, provocada por el atardecer que asomaba por la única ventana del lugar. La luz artificial que hacían los focos, ya no estaba presente.

Se podía escuchar con mucha claridad los gritos de las personas externas a ellos, el estruendo de las cosas caer, romperse, gente corriendo por los pasillos. Todo afuera era un completo caos.

Los 8 sabían perfectamente quienes habían provocado todo esto. Era el turno de aquellas dos personas de dar su movimiento, habían sido avisados con anterioridad. Aún que claro, sabían que ellos atacarían cuando los 8 lograran unir todas las piezas. Esto era un juego peligroso, donde cualquier paso en falso que dieran, podría conseguir una mala jugada. Los 8 lo tenían más que claro, sabían que sus movimientos eran previstos por esas personas, casi estaban seguros que ellos se movían como ese trío lo quería.

Mingi cubría el cuerpo de Hongjoong con el suyo, pues este último no dejaba de temblar; Seonghwa ayudaba a Yunho sacándolo del pequeño trance; San y Yeosang ayudaban a quitarles los aparatos médicos que tenían Wooyoung y JongHo en sus brazos y pechos. Un gran estruendo vino de la puerta de aquella habitación, provocando que los 8 voltearan a verla por inercia, dejando todo lo que hacían, para llevarse una grata sorpresa al ver que dicha estructura, ya hacía en el piso. Una figura femenina con los brazos cruzados los observaba donde minutos antes estaba aquella puerta.

Soojin.

— Un pajarito me dijo que nos extrañaban ~~ — Canturreo Soojin, sin embargo, no recibió ninguna respuesta — Veo que les comió la lengua el gato, pero no me importa. Todos ustedes empiecen a seguirme, vendrán conmigo. — Ordenó

— ¿Por qué tendríamos que hacerte caso? — Gruñó Seonghwa

— Porque si no, pasará esto~— cuando terminó su oración, San, Wooyoung, JongHo y Yeosang se retorcieron de dolor, sujetando sus cuellos.

— ¿¡Qué mierda les estás haciendo?! — Mingi había soltado a Hongjoong para ayudar a Wooyoung.

— ¿no recuerden, mis niños? — Soojin se dirigía esta vez a los 4 chicos que se retorcían de dolor. Separó sus manos que estaban cruzadas, para mostrar que en una de ellas, sujetaba un pequeño control con un botón rojo en medio. — El día que San llegó, YongIn decidió dormir a JongHo, San y Yeosang con un gas para lograr ponerles un pequeño juguete en ellos, el cual se activa cada vez que apreté el botón. Cuando nos llevamos a Wooyoung, él estaba inconsciente así qué tal vez se podría decir que nos aprovechamos de él y le pusimos uno también. Digamos que ese pequeño juguete les da toques eléctricos fuertes, si reciben demasiados, sus corazones dejarán de latir~~

Fue allí que JongHo lo recordó, recordó el día que una lata entró al almacén donde estaban, desprendiendo un gas que los dejó dormidos en cuestión de segundos, pero antes de quedarse dormido como San y Yeosang, había visto a un hombre observándolos. Ahora tenia sentido para él. Él era YongIn, el Capitán, o eso era lo que él creía.

— Ahora, ¡vamos! — Gritó Soojin, sobresaltando a los 8 por igual.

Sin emitir alguna queja, los 8 empezaron a caminar detrás de ella. Cualquiera podría decir que era muy fácil quitarla del camino y huir, pero no querían arriesgarse. Esta vez serían sumisos hasta que consideraran que era adecuado actuar. Debían saber a qué se enfrentaban con exactitud.

Lo que Soojin y YongIn no sabían, es que los 8 chicos tenían un plan. Mingi, San, Seonghwa, Wooyoung, Yunho y Hongjoong tenían escondidos en su ropas ciertas herramientas que podrían usar a su favor.

Caminaban a la salida del hospital, observando en sus pasos, como habían cosas tiradas por todos lados, cristales rotos, el lugar parecía desierto y de cierta forma, tenebroso. Soojin quedaba al frente, caminando con un porte de autoridad, detrás de ella estaban Mingi, Wooyoung, Seonghwa, en medio estaban Yeosang y Hongjoong, quedando al final Yunho, San y JongHo.

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