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Las puertas del sótano fueron abiertas, dejando a primera vista a YongIn y Soojin, observando con sonrisas arrogantes a los 7 chicos encadenadas a las paredes del lugar. Yunho estaba parado en medio de la habitación, dirigiendo su mirada al par que se encontraba en la puerta. Detrás del par, estaba todo el escuadrón que los respaldaban.

— Mi cielo, ¿por qué dejamos de escucharte?~~

— Lo siento mucho, cuando trataba de entrar con ellos aquí, Hongjoong trato de atacarme y pues digamos que el micrófono pago las consecuencias — La mentira de Yunho parecía haber sido todo un éxito, pues Soojin solo pudo asentir con la cabeza en muestra de compresión.

— ¿Cómo se siente perder? Porque ganar es toda una satisfacción. Ustedes fueron mis conejillos de india durante todo este tiempo. Aún que, me siento decepcionado, no recibí los resultados que esperaba, pero no importa, ahora veré si la conexión entre ustedes es real. Tráiganme a Yeosang. — Ordenó YongIn. Dos de los desconocidos se acercaron hasta el mencionado, quitando sus cadenas y sujetándolo para que no lograra escapar.

— ¿¡Qué hacen?! ¡No!¡Suéltenme! — Yeosang suplicaba que lo soltaran, tratando de moverse todo lo que podía para lograrlo por si solo pero ellos eran más fuerte que él.

Yunho sentía su corazón oprimirse antes la escena, tenía unas inmensas ganas de sacar el arma que escondía para dispararle a esos sujetos por tratar así a Yeosang, pero no podía, debía resistir sus impulso si quería que el plan sea un éxito. Por otro lado, no era el único que tenía eso en mente, Seonghwa había sentido una gran necesidad de saltar sobre ellos, su cuerpo también había reaccionado ante la escena, moviéndose en un intento desesperado de quitarse las cadenas de manera agresiva, sin importar el dolor en sus muñecas y tobillos.

— Parece que mi hipótesis es cierta, dime, Seonghwa, ¿cómo te sientes al ver a este joven? — YongIn se había acercado a un corta distancia a Seonghwa, aún que claro, dejando una pequeña lejanía para evitar cualquier accidente.

— Te quiero asesinar, eso siento — Gruño Seonghwa. Realmente las ganas de ahorcar a aquel hombre le sobraban a montones.

— Pero,¿por qué? Se supone que tú amas a San, a no, espera, es cierto, ya no lo amas~— Los 8 chicos detestaban el canturreo que hacía Soojin cada vez que hablaba, Solo lograba molestarlos de sobremanera, sabían que ella amaba verlos sufrir.

— ¡Sólo déjenlo en paz! — Seonghwa suplicaba con todo lo que podía, tratando de que sus lágrimas no salieran, no quería darles más satisfacción.

— No es tan fácil, debemos averiguar todo a fondo, y el primero en la lista para ser el primero es él— YongIn se alejó de él para dirigirse al centro de la habitación, donde Yunho estaba a lado de los dos desconocidos que sostenían a Yeosang.

YongIn sacó del saco negro que vestía, un pequeño cuchillo, el cual provocó que los 8 chicos sudaran fríos y sintieran un mal presentimiento. Los 5 chicos que no habían dirigido una palabra era por el miedo de decir algo que los delatara o provocara un movimiento en falso hacia el pobre de Yeosang.

YongIn acercó el cuchillo a la garganta de Yeosang, por la pequeña fricción que hubo entre el filo del cuchillo con él movimiento de cabeza que hizo Yeosang como reflejo, provocó que un hilo de sangre escurriera. Seonghwa sintió que él había sido el que se cortó y no Yeo.

— ¿Sucede algo? ¿Por qué frunces el ceño? Mi amor~ — Seonghwa dirigió su mirada hasta Soojin, tratando de matarla con la mirada por el apodo que le había dado.

— Déjame adivinar, ¿Sentiste que tú fuiste él que se corto? — Seonghwa no respondió a la pregunta de YongIn, sólo pudo observar la sangre escurrir por el cuello de Yeo. — Por tu silencio, supongo que eso sucedió. Bien, cambiemos de conejito. Otros dos vengan aquí y tráiganme a San — Tal como lo ordenó, otras dos nuevas personas entraron a la habitación para repetir el proceso que hicieron con Yeo pero ahora con San, pero la diferencia es que San no emitió ninguna queja, si no que se dejó manejar como un muñeco. Él pensaba que pelear o gritar no sería bueno, lamentablemente YongIn no pensaba lo mismo, y al no recibir ninguna queja de Wooyoung y San, provocó una gran cortada en el brazo de San. La sangre escurría a grandes cantidades, manchando el suelo de la habitación, San había gritado por el dolor, tratando de quitarse los brazos de quienes lo sujetaban para doblarse del dolor.

— ¿¡Qué carajos haces?! — Wooyoung al igual que Seonghwa, trataban de romper las cadenas al ver aquella escena. JongHo estaba en shook, no lograba emitir ni mover un solo el dedo, sabía que él sería el siguiente al sentir la mirada de Soojin sobre él.

— Osito, no temas, tú no sentirás dolor por mucho tiempo ~~ — Soojin había agarrado el cuchillo de las manos de YongIn para apuntar directamente al estómago de JongHo. Los gritos de Hongjoong no tardaron ni un segundo en aparecer.

— ¡No te atrevas a ponerle un dedo encima! Te juro que te arrancare cabello por cabello si lo tocas — A pesar de sus amenazas, parecía que Soojin solo la motivaron más, provocando que enterrar el cuchillo en su estómago sin pensarlo ni siquiera dos veces. El chillido de dolor de JongHo los había alertado, ya no podían seguir aguantando más. Era la señal más clara que debían moverse ahora.

Mingi se levantó de suelo, pues había estado sentado en el rincón tratando de no hacer ningún movimiento que delatara que en realidad no estaba encadenado, para cerrar la puerta del sótano, impidiendo que más personas del escuadrón de ellos dos entraran. Yunho al escuchar el sonido de la puerta cerrarse, saco el arma y sin pensarlo un segundo, disparo a los dos desconocidos que sujetaban a Yeosang, sacando un poco del gran dolor que había sentido al ver a JongHo ser herido de una manera tan despiadada, mientras Mingi disparaba a los dos que sujetaba a San. En menos de 2 minutos, el suelo de la habitación se había cubierto de sangre y cuerpos.

— Es hora de nuestro movimiento~ — Canturrearon Seonghwa y Wooyoung.

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