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Imposible...

¿Qué debía hacer? Mis cartas eran todas distintas con números bajos. Era más que  obvio que no ganaría.

Sin perder el tiempo, había empezado a intercambiar mis cartas al igual que ella, hasta que lo logré. Mis cartas se habían transformado en una escalera real, una mano invencible, ¿acaso no intentarían hacer que perdiera?

— Muéstrame tus cartas, pequeño — Habló, dejando sus cartas sobre la mesa. Tenían un color, 5 cartas del mismo grupo.

Observe su rostro, tratando de buscar algo que mostrara alguna pizca de enojo por la derrota, pero no había nada, solo tenía una de sus características sonrisas altivas. Estaba segura de que yo perdería.

Baje mis cartas a la mesa y le sonreí de la misma forma que ella hacía. Disfrutaría al máximo mi pequeño logro.

— Gane — Dije.

Su rostro se había vuelto una obra de arte abstracta. Había perdido su color por unos minutos y su gran sonrisa desapareció, dejando una llena de asombro y cierto enojo.

— ¿¡Cómo!? — Grito.

Se levanto de la mesa con rapidez, provocando que la silla donde estaba sentada se cayera, impactando con el suelo.

— Debes cumplir con lo que dijiste — Reclame, parándome de forma tranquila.

Ella volteó a ver a su compañero, buscando una respuesta. Este solo le asintió.

— Bien, al parecer si eres un chico con suerte. Dime,¿quién tendrá la oportunidad de irse por unos momentos?

— JongHo — Dije sin dudar.

A pesar de todo lo que había sentido por él desde que llegue, sentía que en ese momento no podía confiar en nadie más que no sea en él. A pesar de ser más joven que yo, era mucho más maduro y atlético que yo, por lo que no dudaba que logrará huir, siendo de mayor ayuda para poder encontrarnos después.

— Libéralo entonces — Ella me lanzó un gran montón de llaves.

Me acerqué a la celda JongHo y la abrí después de intentar por un gran rato encontrar la llave correcta.

— JongHo, te he elegido para que salgas de aquí. Te pido una cosa, por favor busca a quienes nos están buscando y ayúdalos. Una cosa más, por favor, cuida de Yunho, mi pareja, dile que lo amo demasiado y que nos encontraremos pronto. Dile al tal Seonghwa que yo estoy cuidado que a San no le pase nada. — Le susurré mientras liberaba sus manos y tobillos. Cuando por fin quita la venda de los ojos, me abrazo sin dudarlo.

— No sabes cuán agradecido estoy contigo. Te juro que haré lo posible para rescatarlos así que por favor, resistan todo y ayúdense mutuamente. — Lo escuché sollozar en mi hombro.

— Están tardando~ y me darán ganas de cancelar el juego~ — Escuche la voz de aquella mujer a mi espalda.

Me libere del abrazo con JongHo, quitándole las lagrimas que habían caído. Le sonreí por última vez y salí de la celda.

Una vez que salí de la celda de JongHo, el hombre me volvió a encadenar mis manos y tobillos.

Cuando estuve de nuevo en mi celda, observé cómo la mujer empujaba a JongHo a la puerta.

— Corre, nosotros no iremos por ti hasta dentro de 4 horas así que más te vale estar lejos de aquí.

Sin más, vi correr a JongHo una vez que abrieron las puertas de metal. Supe de inmediato que era de noche por lo obscuro que se ví todo afuera.

— Mucha suerte...— Susurré.

Esto era extraño,¿por qué me dejarían ganar de una forma fácil? Era más que obvio que esto sería una trampa, pero esperaba que JongHo no sufriera por eso.

Carajos, ahora estaba nervioso y preocupado. No debía pasarle nada, por favor, que nada le sucediera.

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No se por cuánto tiempo había corrido, pero supuse que por horas, pues sentía un gran dolor proveniente de mis piernas

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No se por cuánto tiempo había corrido, pero supuse que por horas, pues sentía un gran dolor proveniente de mis piernas. En realidad, No importaba en ese momento, mi adrenalina era mucho más que el dolor.

Mientras corría, no podía evitar mirar hacia atrás. Tenía miedo de que se hubieran arrepentido y vinieran por mi antes de haber logrado hacer de ayuda a quienes trataban de encontrarnos.

Tenía una gran mezcla de emociones, felicidad, tristeza, miedo y agradecimiento, eran los mas fáciles de percibir.

Haría todo posible para que Yeosang y San pudieran salir de allí también, no importaba cómo, pero lo haría, por Yeosang.

Él pudo haber usado el juego a su favor y liberase a si mismo pero me había elegido sin dudar, susurrándome que debía encontrar a quienes nos estaban buscando y decirle a Yunho que pronto se encontrarían, aún recuerdo como me suplicaba que cuidara de él hasta que volviera.

Logré dejar de correr cuando vi cerca un pequeño hospital, ¿un hospital en la carretera? ¿En medio de la nada? Bueno, eso era lo de menos ahora, debía encontrar al menos a una persona para que me pudiera ayudar.

Sin dudar más, entre al hospital. Se veía a primera vista que estaba algo vacío por dentro, pero había unas dos personas en el mostrador.

— A-ayuda— dije con un gran notable cansancio. Mi adrenalina se había acabado. Sin poder decir algo más, me desmaye.


[...] Cap. Corto para poder introducir lo que sucederá en el próximo.

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