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¿Qué si estaban nervioso? Por supuesto que lo estaban. Tenían un mal sabor de boca, indicándoles que algo malo vendría. Hacían todo lo posible para pensar positivo, sin embargo aquella sensación no desaparecía, y eso los asustaba.
Enfrentarse a ellos ya no sería como antes. Se suponía que la experiencia pasada y los años que pasaron debían mostrarse, pero en esos momentos se sentían como adolescentes queriendo enfrentarse a sus padres por querer ser liberales.

Tenían miedo, Sabían que las cosas se pondrían feas, y ninguno saldría ileso. El miedo de perder a uno de ellos tenía un precio elevado, y no querían pagarlo.

— ¿Estas listo? — Habló Hongjoong, acercándose a JongHo.

Se había alejado del bullicio que se formó alrededor de Mingi y Seonghwa.

Habían tomado la decisión de ir a la comisaría, para recalcar a los oficiales las órdenes que Yunho, Wooyoung y San dieron antes de ser secuestrados.

— Tengo miedo — Respondió JongHo. Su mirada parecía perdida, como si estuviera pensando en tantas cosas sin lograr ponerles un orden.

— ¿De Yunho?

— Si, recuerdo con exactitud lo que sucedió el día que me dispararon...— tomó aire, tratando de buscar las palabras adecuadas para continuar.— Es solo que no lo sé, es tan confuso. Me traicionó, pero aún así lo quiero a mi lado, es patético,¿no? Aún anhelo casarme con él y vivir juntos para siempre, como un cuento— Sonrió con melancolía, acariciando el anillo de su dedo anular, el mismo anillo que Yunho le había dejado entre sus manos cuando se despidió de él en el hospital.

— No es patético, JongHo. Dale una oportunidad, si él te ama como lo ha demostrado desde el día 1, entonces lo aprovechará, y no tendrán que recurrir a otra. Él fue capaz de guardar todo hasta poder tener el control. Su intención no era lastimarte, era lo contrario pero las cosas jugaron en su contra.

— Esto es gracioso, me dices palabras tan sabías cuando Mingi y tú no han arreglado nada. — Se burló JongHo, recibiendo un pequeño empujón en su hombro.

— Cállate— Río Hongjoong. — Es solo qué hay tantas cosas que nos gritamos que eran ciertas. He aceptado que es mi culpa también, pero no creo que sea el momento para hablarlo con él. Debemos rescatar a tu Romeo.

Los dos rieron, sintiéndose como por al menos, durante 5 minutos tuvieron felicidad. Tenerse uno al otro era algo que sin necesidad de decir era lo que necesitaban. Habían pasado tantas cosas juntos. JongHo aún recordaba cómo Hongjoong decidió hacerse cargo de él cuando cumplió la mayoría de edad y pudo salir del orfanato, haciéndose el tutor legal del pequeño joven tímido de 15 años que se había aferrado a él cuando llegó con solo 7 años y Hongjoong le ofreció dormir con él cuando lo encontró llorando por haber quedado solo.
Ninguno tenía absolutamente nada, pero aún así Hongjoong logró conseguir un pequeño trabajo, el cual ayudó lo suficiente para que pudieran terminar sus estudios. Él lo admiraba, incluso fue capaz de dejar la universidad para que JongHo no se preocupara por buscar un trabajo. Era obvio que al pasar el tiempo, JongHo había desarrollado cierta atracción hacia su mayor, por lo que decidieron intentarlo, y para su sorpresa, había funcionado.

— Es hora.

Mingi había sentido cierta pizca de celos al ver reír a Hongjoong con JongHo, así que dejándose llevar por sus impulsos, decidió interrumpirlos, aún que claro, después de eso, mentalmente se había sentido tonto por haberlo hecho. Él había perdido todo privilegio con Hongjoong cuando decidió decirle que quería el divorcio a pesar de que Hongjoong le había rogado que no. Desde eso, siempre se ponía de mal humor de manera rápida.

— De acuerdo. — Respondió JongHo, tomando de la mano a Hongjoong para acercarse a Seonghwa.

JongHo sabía que Mingi había reaccionado por los celos, por lo que de cierta forma le confirmaba que las cosas podrían arreglarse si tan solo tenía un pequeño empujón.

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