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Nadie podía creer lo que sucedía, JongHo había despertado. Estaba justo allí, enfrente de ellos en la cama, sonriéndoles como si nada hubiera sucedido.

Hongjoong no dudó en tirarse encima cuando el shook pasó, Aferrándose a él como si su vida dependiera de eso.

— ¿Hyung? Me aplasta — Dijo entre risas, pero se detuvo cuando escuchó un sollozo venir de Hongjoong, que estaba entre el hueco de su cuello y hombro. — ¿Por qué llora? ¿Sabes que te ves horrible llorando?

— Cállate — atacó entre lágrimas, pero sabían que lo había dicho en modo de juego.

— Ya desperté, no tiene porque llorar. — Susurró, con una sonrisa cálida mientras Acariciaba el cabello de Hongjoong para calmarlo.

— No sabes cuanto te extrañe, todos los días tenía la esperanza de que despertaras, y al fin hoy de dignaste a despertar. No me vuelvas asustar así.— Habló Hongjoong, despegándose de él para acariciar el rostro del menor con suavidad. Lo miraba enternecido, como si fuera la obra de arte más bella del mundo.

— JongHo, no sabes cuanto te extrañamos, pero digamos que despertaste en un momento algo crítico. — Habló Yeosang. No era su intención interrumpir el bonito momento que tenían pero Yuqi había escapado y eso no era para nada bueno.

— ¿Qué sucede? — Preguntó Jongho. Los tres restantes se tensaron, no querían asustarlo o al menos alterarlo, aún debía recuperarse del todo.

— Te contaré cuando regrese. Debo irme con ellos. — Se apresuró en responder Hongjoong. Se levantó de la cama donde se había lanzado a abrazar a JongHo, corriendo hasta la entrada con los otros dos presentes.

JongHo había despertado y no dejaría que nada malo le sucediera, no de nuevo.

Cuando los tres estaban en el elevador, Yeosang decidió hablar. 

— Debemos avisarle a Yunho,¿no lo cree? — Cuestionó con sutileza. Sabía que las cosas entres los tres eran demasiado tensas.

— Avísale, ellos tienen que hablar.

Hongjoong se había prometido que aceptaría sin ninguna objeción a la decisión de JongHo con respecto a Yunho. Si decidía perdonarlo, lo apoyaría, y si no, él sería el muro donde se podría apoyar para llorar y superarlo.

— Por fin llegan, pensé que algo  malo les había sucedido.

Seonghwa estaba afuera de las puertas del elevador, esperándolos desde que Yeosang salió corriendo a avisarles.

— Jongho despertó — Informó Mingi. Seonghwa quedó impactado, creía que aún tardaría un poco más en despertar, pero aún así sonrió aliviado estaban de nuevo los 8.




[...]

Wooyoung corrió hasta llegar al frente de Yunho y San. Estaban en la comisaría, avisando a los oficiales sobre la desaparición de Yuqi, dándoles indicaciones de que serían avisados para atrapar a todos los involucrados con ella. No podían arrestarlos así como así, tenían un plan y lo seguirán a pie de la letra. Debían acabar con todo, sin dejar ningún cabo suelto.

— Yunho, JongHo despertó — Informó Wooyoung.

El rostro de Yunho era difícil de describir. No sabía cómo reaccionar, ¿debía ir? No, pensó. Él se había despedido, no quería hacerle daño de nuevo.

— Yunho, San, debemos ir al hospital. Olvida todo lo que sucedió entre ustedes, tenemos que juntarnos — Demandó. Yunho se tensó, supuso que no tenía escapatoria. De una forma u otra lo tendría que afrontar.

Resignado, tomó aire y acompañó a la pareja hasta subir al vehículo de San. El ambiente era tenso, Wooyoung y San seguían sin dirigirse palabras desde la confesión del último, y bueno, Yunho estaba centrado en sus pensamientos. Estaba feliz, JongHo había despertado pero también lo aterraba, ¿debían hablar?¿lo escucharía?¿lo perdonaría? Tenía demasiadas dudas que se estaba agobiando.

— ¿¡Qué demonios?! — El grito de San hizo que los dos se asustaran. No significaba nada.

— ¿qué sucede? — Preguntó Yunho con algo de miedo.

— ¡San!¡frena! — demandó Wooyoung, pues al estar en él asiento del copiloto podía ver con claridad cómo el semáforo al final de la vía estaba en rojo. San presionaba con fuerza su pie en el freno pero el auto no respondía.

— San... — Llamó asustado Yunho.

— ¡No responden! ¡Los frenos no sirven! — Grito exaltado. No podía frenar y el semáforo cada vez estaba más cerca.

— ¡Saltemos del auto! — Ordenó Wooyoung.

¡Vaya sorpresa! Las puertas tenían seguro para niños, y por ende no se podían abrir por adentro.

— ¡No abren! — Grito desesperado San.

Los tres ya estaban demasiado asustados, desesperados y frustrados, pero también tenían miedo. Sabían que esto no era coincidencia, les habían tendido una trampa.

— ¡por favor! — San ya había empezado a llorar. Su miedo lo estaba venciendo. ¿Quién no lo estaría? Su vida parecía estar a segundos de acabar conforme el semáforo se veía más cerca.

Cuando Pasaron el semáforo, y sin poder evitarlo, el sonido de los autos frenar y los cláxones se apoderó de todo el lugar. Los otros automóviles los trataban de evitar para no provocar un accidente.

Sin embargo, un auto venía a lo lejos a alta velocidad, justamente dirigiéndose al auto de San. Sabían que no frenaría, tenía la oportunidad de hacerlo pero no lo hizo.

Todo había sucedido en cámara lenta...

El auto había impactado con gran fuerza al auto de San, haciendo que permaneciera en el aire por unos segundos antes de chocar contra el suelo. Yunho había abrió los ojos a dolorido, sintiendo los cristales incrustarse por todo su cuerpo. Como pudo miro a San y Wooyoung, ninguno daba señales de estar despiertos.

— San... Wooyoung— Susurro, en un intento de hacer que les respondieran, pero no obtuvo ningún tipo de respuesta.

Su cuerpo dolía, podía ver el cuerpo de san y Wooyoung cubiertos de sangre. Sabía que él también perdía sangre, pues un gran cansancio se estaba apoderando de él. Se dejó llevar, cerrando sus ojos sin poder evitarlo. El cansancio y el dolor se habían apoderado de él, así que cerró los ojos, dejándose vencer.

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