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San y Wooyoung se acercaron a la puerta, observando con confusión a la mujer frente a Mingi. Esta los miro de arriba abajo, juzgándolos en su mente, y una vez que termino de analizarlos les mostró una sonrisa forzada.

— Deben entregarme a la niña — Pidió sin ninguna pista de tacto.

La pareja se miraron mutuamente, ¿por qué querían quitarle la niña?, no entendían que sucedía.

— ¿Se puede saber por qué? — Preguntó Yunho

Se había acercado cuando Mingi llegó a la sala contando que una trabajadora social era la que había tocó la puerta. Él no estaba enfocado en ese tipo de temas, pero también era abogado como JongHo y podía ayudarlos si era necesario.

— Han estado exponiendo a una menor de edad a conflictos psicológicos y físicos. ¿Ustedes creen que esta bien que una niña esté en medio de un tiroteo? — Preguntó con sorna.

San palideció, mientras que Wooyoung trataba de buscar las palabras adecuadas. No podían negarlo o tratar de explicarlo, todo estaba arruinado, incluso lo supieron cuando Yunho evitó mirarlos. Él tampoco podía ayudarlos.

— Por favor, tráigala. — No sonaba como una petición, si no como una orden.

Wooyoung subió a la parte de arriba de la casa de Mingi. Entrando en la primera puerta que estaba a la vista, observando como haruka dormía plácidamente en la cama de dicha habitación, iluminada solo por la tenue luz que entraba de la ventana a un costado de la cama. Ella abrazaba el peluche de minion que Hongjoong le había regalo la navidad pasada. No quería que se la llevaran, incluso había pasado por su cabeza escaparse con ella pero no debía, no era lo correcto. Debía ser fuerte por San, sabía que se destrozaría a ver partir a Haruka.

— ¿Princesa? Despierta — Habló Wooyoung, usando un tono demasiado suave y cálido. Acaricia sus cabello negro como la noche, una forma tranquila de despertarla.

La menor pasó sus pequeñas manos por sus ojos para luego ver a Wooyoung. Soltando un pequeño bostezo.

— Debes irte — Wooyoung trataba de no llorar para no asustarla pero le estaba siendo muy difícil.

— ¿A dónde vamos papi?— Preguntó mientras bajaban las escaleras con las manos agarradas.

— A un lugar seguro — Respondió Wooyoung, limpiando la lágrima traicionera que había soltado.

San veía con los ojos llorosos como haruka bajaba las escaleras saltando entre ellas para bajarlas, se veía tan feliz.

Habían luchado tanto para tenerla, y ahora se la estaban quitando por exponerla al peligro, y de cierta forma lo aceptaba. No quería que estuviera en peligro, nunca se perdonaría si algo malo le pasaba.

— ¿Papi San?¿Por qué lloras? — preguntó cuándo quedó a lado de San. — Papi Woo, papi San está llorando — aviso con preocupación a Wooyoung.

Wooyoung trataba de mantener la respiración para no llorar. La niña se estaba asustando y no sabía qué hacer.

Yunho notó la tensión de la pareja así que decidió agacharse a la altura de Haruka.

— Hola, Princesita. Verás, debes irte con la señora por un tiempo, ¿si? — Yunho trataba de sonar lo más tranquilo y suave que podía para tranquilizarla.

— ¿Con ella? ¿por qué? No quiero, quiero estar con mis papis— Su ojos se habían llenado de lágrimas y abrazo con fuerza al peluche entre sus brazos.

— Princesa, solo será un tiempo. Nosotros iremos por ti, ¿si? — Aseguró San con la voz quebrada.

— No, papis, no me dejen irme con ella. Me portaré bien.— Pidió, abrazando la pierna de san como lo había hecho con anterioridad a su peluche.

— Te has portado bien, pero hay cosas peligrosas que están pasando y no queremos que te lastimes.

— ¿Cosas malas? Pero Tío Mingi y papi Woo me protegerán, ¿no es cierto? — La menor había empezado a llorar. Creía que la estaban abandonado y no lo deseaba, ella quería estar por siempre con sus papás.

San y Wooyoung querían decirle a Minnie que se fuera y los dejara solos pero no podían, debían aceptarlo. Ellos eran un peligro para la menor.

Minnie entró a la casa sin ningún permiso, tomando a la menor del brazo un poco brusco haciendo que soltara un pequeño quejido de dolor.

— Debemos irnos — Soltó, jalando a la menor hasta la salida. Una vez afuera se lo dio a un hombre de tez blanca y cabello castaño. San sentía que lo había visto pues aquellos ojos se le hacía familiar, pero no lograba asimilarlo pues estaba más concentrado en ver cómo se llevaban a haruka.

— ¡Papis!¡No me dejen!¡Papis!¡Por favor! — Haruka gritaba y lloraba entre los brazos de aquel hombre.

San ya no había resisto más y se había derrumbado entre los brazos de Wooyoung, este también estaba destrozado, lloraba en silencio evitando ver a haruka llorar y gritar por ellos.

Cuando la menor estaba adentro del auto que se la llevaría junto con el hombre, Minnie se dirigió por última vez a ellos, diciendo sola una pequeña frase que fue lo suficiente para que el corazón destrozado de San y Wooyoung se volviera en furia y enojo.

— Me saludan a Hongjoong— Soltó, dándoles una sonrisa llena de burla antes de darles la espalda y subir al auto.

No se la quitaban por ser un peligro, si no que se la estaban quitando por culpa de Hongjoong.

Hongjoong los había traicionado a ellos. Había destruido la familia de Wooyoung y San.

San no se quedaría con los brazos cruzados, tenia cuentas que aclarar con Hongjoong, así como pudo agarro las llaves del auto de Mingi y salió corriendo con Mingi pisándoles los tobillos.

Todos sabían a dónde iban así que no se interpusieron, pero antes de subirse al carro su cerebro hizo click.

El hombre que se había ido con Minnie era...



El hombre con el que tuvo pesadillas por meses....






















Hyunjae...
















Ellos no eran trabajadores sociales...

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