Capitulo 4

1.6K 130 12
                                    

El sonido fue estremecedor, la gente y León quedaron aturdidos por el impacto del misil.

—Maldición... No otra vez—decia el agente a medida que  intentaba incorporarse.

Ya de pie, León podía escuchar los gritos de las personas a su alrededor, la madres cuestionaban a sus hijos si estaban bien, y otras trataban de buscarlos llamandolos por su nombre, además, las personas que llevaban a sus mascotas intentaban recuperarlos, ya que estos habían huido con el sonido de la explosión.

Pero poco después, una enorme cortina de humo, proveniente del sur de Manhattan, llamó su atención.

—Pero que rayos...

Era una especie de neblina roja, era tan densa que se podía ver a kilómetros de dónde estaba, el agente sabía de qué se trataba, no era ingenuo, pero lo que no podía digerir es que sucediera en un lugar como Nueva York, es una locura.

—Salgan de aquí rápido... Corran!—Gritaba a las personas que se encontraban cerca.

La mayoría hizo caso a la advertencia del agente y empezó a retirarse del lugar, maltrecha y aturdida por el impacto del misil.

Intento más de una vez comunicarse con Sherry pero le fue imposible, su teléfono no tenía señal alguna, de hecho el rubio noto que las luces del Parke se habían apagó casi al unísono cuando cayó el misil.

—Son demasiadas coincidencias para que sea simplemente casualidad.

León sospechó de un pulso electromagnético para poder incomunicar de lleno a la ciudad, esto alertó aún más al agente, pues si hicieron esto, da a entender que esto no fue simplemente un ataque sin sentido, si no que, fue algo planeado, y que tomaron en cuenta las variables de su ataque.

...

Minutos antes, El aeropuerto de Nueva York

Jill había aterrizado con éxito, y ya estaba lista para la acción, sin embargo, le habían dado la indicación de que esperase a su compañero para que se presentara con el, esto disgusto un poco a la castaña, pero al final termino acatando la orden.

La agente espero sentada unos minutos, noto que habían muchas personas, tenía sentido para ella, ya que era verano y los turistas gustan de pasear.

Mientras Jill estaba sentada con su teléfono en la mano, se acercó un joven, se trataba de su nuevo compañero.

—Buenas que tal, tu debes ser la famosa agente Valentine—Dijo extendiendo la mano para saludar.

Jill hizo lo mismo y ambos se estrecharon la mano—¿Cual es tu nombre?—Pregunto la castaña.

—Niko Brown.

—Es un gusto Niko, ¿ya te hablaron de nuestra misión?

El joven era rapado, tenía algo de pelo, pero era mínimo, era un poco más alto que Jill y usaba anteojos.

—He...si ya me hablaron de nuestro objetivo, encontrar a los responsables y neutralizar cualquier cosa hostil que se presente.

La agente movía su cabeza de arriba a bajo, en señal de aceptación—Ok...Pues entonces vamos—Ordeno al final.

Afuera del aeropuerto los esperaba una camioneta, que los llevaría a la base de la B.S.S.A.
Ambos subieron, el conductor saludo a la agente y menciono ser un gran admirador suyo, la castaña solo se limito a agradecer al conductor y pedirle que continúe su trabajo.

—¿Hace cuánto llevas aquí Niko?—Pregunto Jill, mientras se cruzaba de piernas una arriba de otra.

El joven agente la miro nervioso y respondió cortadamente—Llevo 4 años y medio, pero apenas hace unas semanas me promovieron.

—En tu expediente leí que eres hijo único.

—Si es correcto, Nunca conocí a mi padre y... Mi madre murió, bueno, ella me crío y por supuesto le debía la vida—Afirmo cabizbajo.

Jill se percató y cuestionó.
—¿Por qué lo dices?

—Mi madre murió en el ataque el TALL OAKS, hace 2 años...—Afirmo con una mirada perdida y centraba en el suelo de la camioneta.

Ambos guardaron silencio ante aquella revelación, Jill no quería ser grosera y mejor guardo silencio, pero Niko a los pocos segundos añadió—Yo también iba morir... una horda de esas cosas que llaman zombies, ataco a mí madre enfrente de mi, yo aún no recibía mi entrenamiento y quedé en shock... Ante la situación...

—Si quieres, déjalo así— interrumpió Jill al ver crudeza de su voz.

—No está bien... Debo de alguna manera superarlo y seguir adelante...—El joven agente continuo con su relato—No podía moverme, todo mi cuerpo se paralizo... Por... Por unos momentos, creí que iba a morir...y si te soy honesto... Lo había aceptado, Había aceptado que morirá ahí mismo.

Ella escuchaba atenta ante la historia de Niko.
—¿Y que pasó?

—Cuando estaba listo para morir... El apareció—Cerro por instantes sus ojos, paso saliva y continuo.

—1, 2, 3 disparos, todos limpios y directos a la cabeza—Comento con su mano derecha imitando un arma de fuego y tocaba su cabeza como si de un disparo se tratase.

—Pero lo más increíble Jill, fue la precisión, fue increíble, como si no se tratara de un mortal—La forma de decirlo, alimento la curiosidad de Jill y comenzó a buscar en su mente de quien se podría tratar.

—Empece a escuchar pisadas detrás mío, no gire para ver de quién se trataba, estaba paralizado del miedo, Y...ahí apareció el... Se acercó a mi y me dijo, que tenía mucho por vivir aún...

—Aún había zombies, pero otra persona disparo, el no venía solo, estaba acompañado por una mujer—Comento Niko.

—Quedate aquí, yo me encargaré a partir de ahora, me dijo... Yo solo movía mis ojos, y en cuestión de segundos lo vi en acción.

—Jill...ese hombre peleaba como el mismísimo diablo convertido en hombre, nunca había visto a alguien hacer lo que el hacia, era increíble—La castaña seguía con la intriga de quien era.

—No tardo mucho para que ambos acabarán con los zombies, el hombre se acercó a mi, y me dijo, ¿Estás bien hijo?, Yo empezaba a recuperarme poco a poco, y con esfuerzo dije que si estaba bien.

—Su compañera le dijo que tenían que salir rápido de ahí, pero el hombre respondió que no dejaría a ningún civil o a alguien que necesitase su ayuda.

—Tomo su segunda arma, y me la entregó... me dijo que con esto me podía proteger, que al lugar donde el iba, era demasiado peligroso para un civil, y me hizo jurarle... que viviría para devolvérsela...

—Me dio un mapa, y me indico el camino para salir de la ciudad, me levanté lentamente, y titubeante, le dije que no podía vivir si lo único que me quedaba era mi madre... La cuál había muerto...—Un nudo en la garganta invadió a Niko.

—Y las palabras que me dijo Jill, aún las conservo y me han marcado para continuar mi camino—Comentaba el agente mientras miraba a la castaña con cierta tristeza—el me respondió, ESCUCHA HIJO... O MUERES AQUÍ, SIN META ALGUNA EN ESTA VIDA... O VIVES Y HALLAS LA MANERA DE SUPERARLO, Y SEGUIR ADELANTE.

 O VIVES Y HALLAS LA MANERA DE SUPERARLO, Y SEGUIR ADELANTE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La historia de Leon y JillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora